Condenan a 27 años de arresto domiciliario por traición al líder de la oposición de Camboya
Un tribunal inhabilita a Kem Sokha para presentarse a cargos políticos. La sentencia despeja la vía para que el primer ministro, Hun Sen, se perpetúe en el poder
El líder de la ilegalizada oposición de Camboya, Kem Sokha, ha sido condenado este viernes por un tribunal de la capital camboyana, Nom Pen, a 27 años de cárcel, tras ser declarado culpable de traición, confirmó la familia del político. Estados Unidos y varias ONG de derechos humanos han calificado este cargo de “inventado”. Sokha, quien además ha sido inhabilitado de por vida para presentarse a cargos políticos, cumplía ya antes arresto domiciliario en su casa de Nom Pen.
Monovithya Kem, la hija del político, señaló en un tuit que a su progenitor se le ha prohibido a su vez “todo tipo de comunicación con cualquier persona, excepto con miembros de la familia”. El opositor, de 69 años y líder del ilegalizado Partido para el Rescate Nacional de Camboya (PRNC), fue detenido en 2017 acusado de conspirar con extranjeros para derrocar al gobierno del primer ministro, Hun Sen, que lleva en el poder desde 1985.
El abogado de Sokha, Ang Udom, ha explicado que el equipo legal de Kem Sokha recurrirá el veredicto.“Está en arresto domiciliario y se le ha despojado de todos sus derechos políticos y ciudadanos. Esto no es justicia”, aseveró el letrado, citado por Reuters.
El arresto de Sokha se llevó a cabo a instancias de Hun Sen, en medio de una vasta ofensiva contra la oposición, las ONG y los medios de comunicación independientes meses antes de la celebración de las elecciones generales de 2018. El opositor fue detenido tras la difusión de un vídeo en el que aparecía alardeando ante sus seguidores de contar con asesoramiento de Estados Unidos para propiciar un cambio de régimen político en el país.
Su detención fue seguida de la ilegalización del PRNC y la huida de Camboya de un centenar de sus dirigentes, el cierre de varios medios de comunicación independientes y la expulsión de algunas ONG.
La Embajada de Estados Unidos en Camboya expresó en un comunicado su “preocupación” por la condena, que se basa en una “conspiración inventada” y que tiene por objetivo “silenciar” al opositor. Negar a Kem Sokha “su libertad de expresión y asociación socava la Constitución de Camboya, los compromisos internacionales y el progreso realizado hacia una sociedad pluralista e inclusiva” en ese país, remarca la legación estadounidense.
“Pedimos a las autoridades que permitan a todos los camboyanos disfrutar de los derechos humanos universales de reunión pacífica y libre expresión y a participar en la construcción de un sistema verdaderamente democrático”, declaró a la prensa a las puertas del tribunal donde se celebró el juicio, el embajador estadounidense, Patrick Murphy.
El Gobierno de Hun Sen ha estrechado sus lazos con China en los últimos años y suele hacer caso omiso de las críticas de Washington.
Por su parte, la parlamentaria indonesia Mercy Barends, presidenta de Parlamentarios de ASEAN para los Derechos Humanos, criticó en un comunicado la acusación de traición contra Sokha, que definió como “totalmente descabellada” y que “solo puede ser admitida por un tribunal al servicio de un gobierno que ha convertido al país en una dictadura de partido único”.
El gobernante Partido del Pueblo de Camboya obtuvo todos los escaños en liza, 125, en los comicios de julio de 2018, en los que el partido de Sokha no concurrió. En las anteriores elecciones, en 2013, el PRNC obtuvo casi la mitad de los votos.
La sentencia de este viernes contra el líder opositor, que comenzó a ser juzgado en enero de 2020 en un proceso que se alargó por la pandemia de la covid-19, se anuncia cuando Camboya prepara unas nuevas elecciones generales, previstas para el 23 de junio, en los que Hun Sen busca la reelección ante una oposición debilitada.
Phil Robertson, subdirector para Asia de la organización Human Rights Watch (HRW), ha subrayado que “enviar a Kem Sokha a prisión, aplasta cualquier esperanza de que pueda haber elecciones generales genuinas en julio”.
“Este veredicto es una inequívoca advertencia a los grupos de oposición meses antes de las elecciones nacionales. El uso de los tribunales para acosar a los opositores del primer ministro Hun Sen no conoce límites”, asegura, por su parte, Amnistía Internacional.
Hun Sen ordenó en febrero el cierre de La Voz de la Democracia, uno de los últimos medios de comunicación independientes del país, con el argumento de que este medio le había atacado a él y a su hijo y perjudicado a Camboya.
Se da casi por hecho que al autócrata camboyano aspirará a otros mandato de cinco años en las elecciones de julio, mientras prepara su sucesión, para la que ya ha dado su apoyo a su hijo mayor, Hun Manet, subcomandante de las Fuerzas Armadas Reales de Camboya y jefe del Estado Mayor Conjunto. El vástago del gobernante se graduó en la Academia Militar de West Point, en Estados Unidos, en 1999.
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