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Benedicto XVI está “estable” y ha participado en una misa

El último comunicado del Vaticano rebaja la gravedad que transmitió el papa Francisco en el mensaje en el que pidió una oración para su predecesor

Unos turistas contemplan la basílica de San Pedro desde un parque público, este jueves en Roma. Foto: REMO CASILLI (REUTERS) | Vídeo: EPV
Daniel Verdú

El Vaticano ha informado este viernes, pasadas las tres de la tarde, de que el papa emérito, Benedicto XVI, se encuentra en una situación estable que incluso le ha permitido participar en la celebración de una misa en su habitación. El portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, se ha expresado así en un escueto comunicado: “La pasada noche el papa emérito pudo descansar bien. Ayer incluso participó en la Santa Misa en su habitación. En el estado actual, su condición es estable”.

La salud de Joseph Ratzinger es muy delicada. A sus 95 años, cada contratiempo supone un riesgo para su vida. Y en las últimas horas sus condiciones de salud se habían agravado, tal y como el papa Francisco dio a entender alarmando a los fieles y pidiendo una oración porque su predecesor estaba “muy enfermo”. Sin embargo, las palabras de los últimos comunicados y las filtraciones que emanan del apartamento donde reside Benedicto XVI en el convento de Mater Ecclesiae en el Vaticano, están medidas al milímetro y dan a entender que, en este momento, no se encuentra en una situación crítica.

La sensación de un cierto desajuste comunicativo aumenta con el paso de las horas. Y las primeras informaciones han sido algo atenuadas desde el entorno de Ratzinger, que insiste en añadir adjetivos y adverbios que rebajan la criticidad de su situación en cada comunicado. Su secretario personal, monseñor Georg Gänswein, estaba de vacaciones en Alemania cuando Francisco alertó de la gravedad de su situación. Pero el alemán volvió rápidamente y ha tomado el control de la situación y vigila de cerca la evolución de Ratzinger, junto a cuatro a monjas y un médico.

La realidad es que, dada su avanzada edad, están abiertos todos los escenarios y la Santa Sede se prepara ya para abrir un proceso inédito en la historia de la Iglesia moderna: el funeral de un papa emérito. Pero Benedicto XVI, si no fuera por las palabras del papa el pasado miércoles, no tendría todavía todos los focos mediáticos puestos alumbrando los últimos días de su vida.

La tarde del viernes, el vicario de Roma, el cardenal Angelo de Donatis, ofició una misa para rezar por Benedicto XVI en la basílica de San Juan De Letrán. “Estamos aquí para acompañarlo con nuestra oración, para apoyarlo con todo nuestro afecto, para agradecer a Dios su servicio desinteresado a esta diócesis”, dijo el de Donatis ante los fieles que se congregaron en la basílica.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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