La muerte de un estudiante africano en Ucrania demuestra el reclutamiento de Rusia en las cárceles
El zambiano Lemekhani Nyirenda viajó hace tres años a Moscú para estudiar ingeniería nuclear. El pasado 9 de noviembre, el Kremlin informó de que había muerto en el frente de batalla en el país vecino
Su nombre es Lemekhani Nathan Nyirenda. Nació en Zambia hace 23 años. Su historia era hasta hace un par de años la de un joven africano más que emigraba al norte para buscarse la vida. La suya pasaba por estudiar ingeniería nuclear en Moscú, la capital rusa. Y lo hizo gracias a una beca y unas buenas relaciones trazadas entre Zambia y Rusia en tiempos de la Unión Soviética. Nyirenda viajó becado en 2019 al Instituto de Ingeniería Física de Moscú. El pasado 14 de noviembre, el Gobierno zambiano informó de la muerte del joven en el frente de guerra de Ucrania. De un golpe ―o quizá dos―, del estudio al combate en las filas del ejército ruso en la región ucrania de Donbás. La familia de Nyirenda desconoce aún cómo se trazó con detalle el periplo surrealista que acabó con la vida de este joven africano. Pero su muerte permite al menos probar que Rusia ha reclutado en las cárceles. Nyirenda entró en prisión por supuesta posesión de drogas. Hasta su penal acudió el grupo de mercenarios Wagner para alistarle.
Fue el Ministerio de Asuntos Exteriores zambiano, bajo el mando de Stanley Kakubo, el que, dejando muchas cuestiones en el aire, informó por vez primera de la muerte del estudiante. En una nota publicada en un perfil de una red social el pasado 14 de noviembre, el departamento de Kakubo comunicaba que el Gobierno de Vladímir Putin había notificado cinco días antes que Nyirenda había fallecido “en el frente de batalla del conflicto entre Rusia y Ucrania”. Eso, en primer lugar. Posteriormente, el ministerio aclaraba que esa era la fecha de la notificación del Kremlin, no la de la muerte.
El embajador del país africano destinado en la capital rusa, Patrick Sinyinza, hizo unas consultas y averiguó que el joven compatriota había muerto en la contienda el 22 de septiembre, un mes y medio antes de que Moscú informara a Lusaka de su deceso. El Gobierno de Hakainde Hichilema, presidente de Zambia, y el de Putin mantienen buenas relaciones. Los dos países, en ese contexto creciente de buena sintonía Rusia-África, han fortalecido sus vínculos, precisamente, en materia de defensa y energía nuclear.
Según el relato ofrecido a la cadena británica BBC por Muzangalu Nyirenda, la hermana del joven zambiano, este trabajaba como mensajero a tiempo parcial. En abril de 2020, el estudiante de Ingeniería Nuclear fue detenido por posesión de drogas mientras hacía una de sus entregas. Su hermana cree que él no sabía lo que llevaba en sus paquetes. Un tribunal le condenó a nueve años y seis meses de prisión en el centro penitenciario de Tver, a unos 180 kilómetros al noroeste de Moscú. El pasado 31 de agosto, algo menos de dos semanas antes de morir, Nyirenda llamó a la familia y les informó de que ya no estaba en prisión, pero que no podía revelar su paradero.
Tres días antes de que muriera en el este de Ucrania, se divulgó un vídeo en el que Yevgeni Prigozhin, apodado el chef de Putin por sus negocios de catering y jefe del grupo mercenario ruso Wagner, ofrecía a un grupo de reos en el interior de un penal la libertad a cambio de sus servicios en la ofensiva en Ucrania.
El pasado martes, Prigozhin, a petición de un medio de comunicación, revelaba en una red social que Wagner había reclutado a Lemekhani Nyirenda en Tver. Contó el empresario ruso, aliado de Putin, que le preguntó al joven zambiano por qué quería participar en la guerra si en un par de años podría salir de prisión y volver a su país. “La posibilidad de morir es bastante alta. Recuerda esto”, le dijo, según la versión ofrecida por el propio Prigozhin. “Ustedes, los rusos”, le contestó Nyirenda, siempre según el relato del jefe de Wagner, “nos ayudaron a los africanos a obtener la independencia durante muchos años. Cuando nos resultó difícil nos tendisteis la mano y lo seguís haciendo ahora”.
El chef de Putin confirmó así una de las hipótesis de la familia, el reclutamiento del fallecido por parte de Wagner, presente actualmente en las operaciones del ejército ruso en la batalla por el control de Bajmut, pequeña localidad en el oeste de la provincia de Donetsk, vital para la conquista total de la región de Donbás. Confirmaba también Prigozhin un secreto a voces: Moscú ha engordado con prisioneros sus unidades militares en Ucrania en un intento por retomar la iniciativa en el este.
EL PAÍS ha contactado con la hermana, Muzangalu Nyirenda. La familia del joven mantiene la prudencia en torno a lo que le pudo pasar tras salir de prisión y pasar a formar parte del pelotón ruso en el frente ucranio. El Ministerio de Asuntos Exteriores zambiano, según la comunicación del pasado 14 de noviembre, ha solicitado información a Moscú sobre “las circunstancias” que llevaron a Nyirenda de cumplir pena de prisión en Tver a ser “reclutado para luchar en Ucrania y posteriormente perder la vida”. Por el momento, no hay una respuesta oficial y pública del Kremlin a esta petición.
Casi un mes después de que el Kremlin informara de la muerte de Nyirenda, el profesor de universidad zambiano Ian Banda, representante de la familia del chico, asegura en un intercambio de mensajes que desconocen aún no solo los detalles de su muerte, sino también de la repatriación del cuerpo. Nyirenda fue trasladado en primera instancia a la ciudad rusa de Rostov, a pocos kilómetros de la frontera. Muzangalu ha sido informada por este periódico de la versión ofrecida por el chef de Putin. Ella, sin embargo, sigue sin tener una versión oficial sobre cómo su hermano, un estudiante de ingeniería nuclear, acabó muerto en el frente de Ucrania.
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