La justicia iraní procesa a 516 personas por participar en las protestas contra el régimen

La justicia iraní ha procesado a 516 personas, de las que cuatro afrontan en el peor de los casos la pena de muerte o de amputación de un miembro, por participar en las protestas contra el régimen desencadenadas por la muerte el 16 de septiembre bajo custodia policial de Mahsa Amini, la joven de 22 años detenida por llevar mal colocado el velo. De esos manifestantes, 315 fueron detenidos en la provincia de la capital iraní, informó el fiscal encargado de Teherán, Ali Salehi, citado por Mizan, la agencia de noticias del poder judicial iraní, este lunes. El resto de los acusados fueron arrestados en la vecina Alborz, indicó el jefe de justicia de esa provincia, Fazeli Harikandi.

Los cargos contra estas 516 personas son graves. De acuerdo con Salehi, los acusados de Teherán han sido procesados por “tentativa de actuar contra la seguridad del país”, “propaganda contra el sistema” y atentado contra el orden público. Cuatro de ellos podrían ser condenados a muerte o a la amputación de alguno de sus miembros, pues a esos cargos se ha sumado el de “enemistad con Dios”, el delito más grave que prevé la legislación iraní, por el “uso de armas para aterrorizar a la sociedad, herir a miembros de las fuerzas de seguridad, provocar incendios y destruir propiedades públicas y privadas” enumeró el fiscal.

Las autoridades iraníes no han informado de la cifra de detenidos ni de fallecidos durante las protestas pero, según la ONG iraní en el exilio, Iran Human Rights, con sede en Oslo, los muertos son al menos 215, incluidos 27 niños, y los detenidos, 12.500. Un parlamentario iraní, Alireza Beigi, afirmó recientemente que al menos 3.000 personas han sido detenidas solo en la provincia de Teherán desde el inicio de las protestas. Entre ellos, hay 200 universitarios y 200 alumnos de institutos. Medios locales calculan, por su parte, en unos 600 los manifestantes detenidos en la provincia de Alborz.

El parlamentario precisó después que todos los menores de edad han sido liberados. En una entrevista al periódico Sharq Daily a mediados de mes, el ministro de Educación, Yousef Nouri, aseguró que los adolescentes detenidos están siendo enviados a “centros de salud mental” para “reformarlos y liberarlos de sus comportamientos antisociales”.

Las protestas desencadenadas por la muerte de Amini, la joven kurda que falleció en Teherán tres días después de ser detenida por la impopular policía de la moral, duran ya 38 días, sin que la represión desencadenada por el régimen haya conseguido sofocarlas. Sin ser multitudinarias, estas manifestaciones son las mayores que vive el país desde las de 2019, motivadas por el alza del precio de la gasolina. Este lunes, se registraron protestas en 17 ciudades de 11 provincias iraníes, de acuerdo con el proyecto de monitoreo de la crisis en Irán Critical Threats, del centro de estudios conservador estadounidense American Entreprise Institute, y del Instituto de Estudios de la Guerra de Washington.

Desde el fallecimiento de Amini, las manifestaciones han congregado a miles de iraníes, sobre todo mujeres y jóvenes, bajo lemas como “Mujer, vida y libertad” y “Muerte al dictador”, en alusión al máximo líder iraní, el ayatolá Alí Jamenei. Numerosos vídeos en redes sociales muestran a adolescentes y jóvenes sin velo e incluso quemando esa prenda, convertida en un icono de la opresión que sufren las iraníes.

Las universidades e institutos de secundaria son dos de los focos del descontento popular. Este domingo —en Irán, el fin de semana es el jueves y el viernes— las universidades de varias ciudades del país fueron de nuevo el escenario de las manifestaciones, de acuerdo con Critical Threats e Iranwire, un medio de comunicación elaborado por periodistas iraníes en el exilio. El portal iraní informó de que, ese mismo día, una huelga de médicos se sumó al paro convocado por asociaciones de profesores en solidaridad con los manifestantes. Iranwire cita un comunicado del Consejo Coordinador de Asociaciones Culturales de Profesores, que asegura que las escuelas, principalmente en las ciudades de mayoría kurda, en el noroeste de Irán, siguieron su llamamiento a boicotear las clases durante dos días en protesta por las muertes y detenciones de estudiantes.

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