La UE prepara sanciones para Irán por la represión de las protestas sociales
Bruselas se plantea incluir a una quincena de personas y entidades en la lista negra para viajar a la Unión y la congelación de activos. Los Veintisiete tratarán el uso de drones ‘suicidas’ iraníes por Rusia en los ataques a Ucrania
Los ministros de Exteriores de la UE plantearán este lunes imponer nuevas sanciones a Irán, en esta ocasión por la violación de los derechos humanos y la represión de las protestas sociales desencadenadas por la muerte bajo custodia policial de la joven Mahsa Amini, que ha sacudido el país y hecho aflorar la ira contra el régimen y su represión. Las sanciones de la Unión afectarán a una quincena de personas y entidades involucradas en las acciones represivas, en las que han muerto decenas de manifestantes. Los sancionados verán congelados sus activos en territorio comunitario y tendrán vetada la entrada en cualquiera de los Estados miembros de la UE, según fuentes diplomáticas. Hace 10 días, los europarlamentarios reclamaron nuevas sanciones contra el régimen iraní. Estados Unidos, Canadá y Reino Unido ya han impuesto restricciones en la misma línea.
El uso de drones suicidas de fabricación iraní en los ataques de Rusia contra Ucrania de los últimos días también estará sobre la mesa de los responsables de Exteriores de los Veintisiete, que se reunirán este lunes en Luxemburgo. Sin embargo, no se esperan por ahora sanciones por el empleo de estos aparatos, que están siendo muy utilizados por las fuerzas del Kremlin en sus ataques, incluidos aquellos contra infraestructuras civiles.
Bruselas está aún analizando el uso de drones iraníes en la invasión, y también si Teherán envió a Moscú los drones antes o después de la guerra a gran escala que Putin lanzó en febrero. Pese a las pruebas recabadas por las fuerzas ucranias tras los derribos de drones, Irán niega que esté suministrando estos aparatos a su aliado. Además, Teherán ha acordado en secreto enviar no solo drones de ataque, sino los primeros misiles tierra-tierra fabricados en Irán, según funcionarios de seguridad estadounidense citados por The Washington Post.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya adelantó esta semana que las acciones del régimen iraní y sus ataques contra los derechos humanos, especialmente contra las mujeres, tendrían consecuencias. “Debemos responsabilizar a quienes han emprendido la represión de las mujeres. Creo que ahora es el momento de sancionar a los responsables. La impactante violencia infligida al pueblo iraní no puede quedar sin respuesta”, dijo Von der Leyen el miércoles en un discurso ante los embajadores de la UE.
Las protestas estallaron el 16 de septiembre en Irán por la muerte de Mahsa Amini, que había sido detenida tres días antes por tener mal colocado el velo, obligatorio por las estrictas leyes iraníes. El caso de Amini prendió la mecha del descontento contra el régimen, las manifestaciones se fueron amplificando y fueron reprimidas con extrema dureza. La UE ha denominado la represión como “injustificable e inaceptable”.
El responsable para Política Exterior de la UE, Josep Borrell, conversó el viernes con el ministro de Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, y le instó a liberar a los manifestantes encarcelados. “La gente de Irán tiene derecho a protestar pacíficamente y defender los derechos fundamentales. La represión violenta debe cesar de inmediato”, dijo Borrell en las redes sociales.
La UE levantó sus sanciones sobre Irán relacionadas con la energía nuclear en 2016, pero mantiene las impuestas por asuntos relacionados con el apoyo al terrorismo y violaciones contra los derechos humanos. Bruselas, que ahora busca aumentar la presión sobre el régimen iraní, se mueve en un equilibrio delicado porque sigue negociando para resucitar el acuerdo nuclear con Teherán de 2015, que Donald Trump desbarató cuando ocupó la presidencia de Estados Unidos.
El régimen de Irán ha amenazado a la Unión Europea esta semana sobre la imposición de nuevas sanciones. En varias cartas a embajadores de algunos países de la UE ante las instituciones comunitarias y a Borrell, Irán avisa que las sanciones tendrían un “impacto” en sus relaciones, ya “muy frágiles”, según fuentes diplomáticas, que de otra manera podrían “no sobrevivir”. Las misivas reclaman a los Veintisiete que tomen en cuenta los “matices” de la situación.
Violencia en una de las cárceles más temidas
Mientras, en Irán continúan las protestas en las calles. Las manifestaciones cumplen un mes sin perder fuerza. El sábado, los jóvenes se echaron a las calles en Teherán, Tabriz, Rasht, Najafabad o Ardebil, ciudad donde la represión fue especialmente dura, informó la agencia Efe. “No queremos espectadores, uniros a nosotros”, cantaban los estudiantes de la Universidad de Gilan, en Rasht, según vídeos compartidos en las redes sociales por el colectivo 1500tasvir. Las imágenes se repitieron en la Universidad de Teherán, donde hubo cánticos contra el régimen.
Las protestas coincidieron con un motín en una prisión cerca de la capital. La televisión estatal iraní ha anunciado este domingo que cuatro internos han muerto en la cárcel de Evin, al oeste de la capital, y que 61 personas resultaron heridas en la revuelta, que estalló el sábado. Se produjo un incendio y hubo disparos y explosiones en el recinto carcelario, algo que las autoridades atribuyeron a un intento de motín por parte de presos comunes, aunque allí hay un buen número de reos políticos de doble nacionalidad. La temida prisión de Evin ha sido denunciada por grupos de derechos humanos por sus malas condiciones y supuestas torturas.
Según la versión oficial, unos presos prendieron fuego al almacén de ropa, lo que provocó un incendio y choques con los funcionarios de la prisión. El fiscal de Teherán, Ali Salehi, rechazó cualquier relación del incidente con las manifestaciones contra el régimen.
La prisión de Evin alberga a presos políticos, ciudadanos extranjeros y periodistas, como la informadora Niloufar Hamedi, el iraní-estadounidense Siamak Namazi o el activista Hossein Shanbezadeh, que informaron a sus familiares de que se encontraban bien. “Niloufar Hamedi me llamó hace unos minutos. Se encuentra bien”, escribió en Twitter Mohamed Hosein Ajorlou, esposo de la periodista, que fue una de las primeras en informar del caso de Amini y fue detenida poco después.
Por su parte, el abogado del ciudadano iraní-estadounidense Siamak Namazi, condenado a 10 años de cárcel en 2016 por supuesto espionaje y colaboración con Washington, informó de que su cliente no había sufrido daños. “Me alegra informar de que Siamak Namazi ha hablado con su familia. Él está seguro y ha sido trasladado a una zona segura de la prisión de Evin”, dijo en Twitter Jared Genser, abogado de la familia Namazi. Por su parte, la agencia de noticias Mizan, del Poder Judicial, informó el domingo de que la “situación es completamente normal” en Evin.
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