Laurence Boone, secretaria de Estado francesa para Europa: “Con la Italia de Meloni, firmeza y vigilancia”
Sobre el gasoducto MidCat, que impulsan Madrid y Berlín, Francia replica: “Hay que salir del gas. Nosotros invertimos en lo nuclear y en las renovables”
En el juego de las alianzas en Europa, Francia se ha quedado sin un socio clave tras la victoria de la ultraderechista Giorgia Meloni en Italia. El mensaje en París es claro: respeto a la elección democrática, pero vigilancia máxima.
Al mismo tiempo que París y Roma toman distancias, un proyecto de gasoducto por los Pirineos perturba la que podría ser una relación natural entre Francia y su otro gran socio del sur: España. Según Madrid, Berlín y Lisboa, el MidCat es una pieza valiosa para garantizar la futura soberanía energética europea ante Rusia, y la solidaridad entre los socios. Francia lo bloquea.
Y mientras tanto, el presidente ruso, Vladímir Putin, en plena guerra de agresión contra Ucrania, confía en la fatiga bélica de las sociedades occidentales, o la divergencia de intereses interna para quebrar la Unión Europa.
“Tenemos enfrente a Rusia, y contamos con Italia, de acuerdo con lo que ha dicho Giorgia Meloni”, dice, en su despacho del Quai d’Orsay en París, Laurence Boone, secretaria de Estado para Europa. Meloni se ha declarado favorable a la Unión Europea y a la OTAN. “Pero insisto en nuestros valores”, añade, “que son distintos. Así que también hay, por parte de Francia, firmeza y vigilancia”.
Boone (Boulogne-Billancourt, 53 años) llegó al cargo el 4 de julio, tras unas elecciones legislativas en las que el presidente, Emmanuel Macron, perdió la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. La nueva ministra viene de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), donde ejerció como economista jefa desde 2018 y como secretaria general adjunta en los meses anteriores al salto al Gobierno francés. No era la primera experiencia en el poder de esta experimentada economista: en 2014, el entonces presidente, el socialista François Hollande, la llamó para sustituir, como asesora económica en el palacio del Elíseo, a un tal Macron.
Lo suyo nunca han sido los mítines ni las elecciones. Boone no es política. Pero maneja un lenguaje técnico y a la vez muy político. Lo muestra cuando aborda el contencioso hispano-francés por el gasoducto MidCat, aparcado en 2019 por motivos económicos y ante la oposición de los ecologistas, y desenterrado tras la invasión rusa de Ucrania en febrero.
“¿Acaso es una solución a corto plazo?”, se pregunta en una entrevista con La Repubblica y EL PAÍS. La respuesta es no: culminar su construcción llevaría tanto tiempo que, según París, es inútil ante la crisis actual. Afirma Boone: “La posición de Francia es que hay que salir del gas, de modo que no nos apetece mucho invertir en gasoductos para los próximos 15 o 20 años, evidentemente. Nosotros invertimos en lo nuclear y en las renovables”.
Ante el argumento según el cual el MidCat no sirve para paliar la escasez de gas de este invierno ―ni del próximo― y además socava la lucha contra el cambio climático, España contrapone otro: en el futuro, el tubo podría servir para transportar hidrógeno, una energía limpia.
“No estoy segura de que se pueda transformar fácilmente un gasoducto en un hidrogenoducto”, observa Boone, en alusión a los costes y dificultades técnicas que generaría adaptar el conducto al hidrógeno. “Hay discusiones técnicas sobre el hidrógeno”, resume, “lo cual es distinto que tener discusiones técnicas sobre una interconexión para gas natural”. “Pero realmente hay que mantener una visión de conjunto”, precisa en otro momento. “Saldremos del gas y lo que está en juego, sobre todo, es reforzar las interconexiones eléctricas”.
Macron y el presidente español, Pedro Sánchez, pactaron el viernes en Praga la celebración de una reunión extraordinaria en París sobre el MidCat, a la que también asistirá el primer ministro portugués, António Costa, y que tendrá lugar antes del Consejo Europeo del 20 y 21 de octubre.
Relación bilateral con España
A la pregunta sobre si esta cuestión entorpece las relaciones con España, zanja: “No”. Y explica que ambos países trabajan para reforzar la cooperación. “Oirán hablar de ello el año próximo”, en referencia al ambicioso tratado de cooperación bilateral que ambos países preparan a imagen del Tratado del Quirinal franco-italiano.
Lo técnico es político; lo político, técnico. Con España y con Italia. No hubo declaraciones altisonantes en París tras la victoria de la ultraderecha italiana el 25 de septiembre. Ni dramatismo ni gesticulación política.
“Respetaremos la decisión democrática de los italianos”, afirma Boone. Pero admite: “Claro que tenemos diferencias. Estaremos muy atentos al respeto de los valores y reglas del Estado de derecho. La Unión Europea ya ha demostrado vigilancia con otros países como Hungría o Polonia.”
Que Meloni se alinee con la UE ante Putin es una garantía, pero hasta cierto punto. Como explica la secretaria de Estado, son los valores los que distinguen a las democracias de Rusia. “Es vital preservar este modelo”, dice. Que es un asunto delicado quedó claro en la reacción de Meloni el viernes al adelantar La Repubblica sus declaraciones. “Confío en que el Gobierno francés desmienta inmediatamente estas palabras que se parecen demasiado a una inaceptable amenaza de injerencia en un Estado soberano miembro de la UE”, escribió en la red social Facebook.
En el trasfondo del reordenamiento de las piezas planea la amenaza de Putin, quien “no solo intenta debilitar [a la UE] con precios de la energía muy elevados, sino también dividir[la]”, según Boone. “No hay que darle esta satisfacción”, declara. “Por el momento, fracasa totalmente”. Y enumera la respuesta humanitaria de la UE, la ayuda militar y financiera, las medidas para atenuar la factura energética. “Reaccionamos rápido y bien”, valora. “Esto debe continuar”.
¿Putin puede ser derrotado? “Ucrania debe poder defender su territorio, por eso hacemos todo esto”, responde. ¿Esto significa la derrota de Putin? “Significa que será la Ucrania democrática que habrá triunfado y podrá definir los términos de la paz que desee. Significa que no hay más injerencias en el continente europeo y que no hay agresiones de un Estado con cruce de fronteras y desastre humanitario en otro Estado”.
Dirigentes como la líder de la extrema derecha francesa Marine Le Pen han criticado las sanciones con el argumento de que, supuestamente, dañan más a los sancionadores (la UE) que a los sancionados (Rusia). “Absolutamente falso”, replica Boone. Y señala a la inflación y la recesión rusa, el cierre de las inversiones y la caída de las ventas de hidrocarburos... “Hay mucha propaganda rusa, hay que contrarrestarla con hechos, cifras, pruebas”.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.