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La ciudad de Rochester paga 12 millones de dólares para enterrar la muerte de un afroamericano a manos de la policía

Daniel Prude murió por asfixia en 2020. Los agentes, que le colocaron una capucha en la cabeza y aplastaron su cabeza contra el suelo, fueron absueltos el año pasado

Iker Seisdedos
Daniel Prude
Armin (izquierda) y Joe Prude sostienen una foto ampliada de Daniel Prude en septiembre de 2020.Ted Shaffrey (AP)

La ciudad de Rochester, al norte del Estado de Nueva York, ha resuelto pagar 12 millones de dólares (una cantidad similar en euros) a la familia de Daniel Prude, que murió asfixiado a manos de la policía local el 23 de marzo de 2020.

“Es momento de mirar hacia adelante para que podamos trabajar juntos y centrar nuestros esfuerzos en el futuro de Rochester”, ha declarado el alcalde, Malik D. Evans, tras conocerse el acuerdo extrajudicial. En un tono más práctico, ha añadido: “Dados los costos del litigio, este acuerdo es la mejor decisión. Seguir [con el proceso] habría constado a los contribuyentes mucho dinero, además de que habría causado un gran daño a nuestra comunidad”.

Aquel día, Prude, natural de Chicago, estaba de visita en esta localidad de unos 200.000 habitantes cercana a la frontera con Canadá. Echó a caminar desnudo por las calles bajo los efectos del PCP (fenciclidina), un potente fármaco que se emplea como droga alucinógena. Su hermano avisó a la policía, y también el conductor de un camión, que alertó a los agentes de que Prude iba por ahí gritando que estaba contagiado con coronavirus. Todo aquello sucedió en los primeros días de confinamiento mundial a causa de la pandemia.

Cuando lo detuvieron, no opuso resistencia, según se pudo comprobar seis meses después, cuando la familia hizo pública la grabación de la cámara corporal de uno de los cuatro agentes que participó en el arresto. Lo sentaron en el suelo cubierto por la nieve, y otro le colocó una capucha blanca en la cabeza. En Estados Unidos, la policía las lleva para evitar que los detenidos escupan o vomiten sobre los agentes. Al de un rato, y sin que el sospechoso dejara de gritar, aplastaron su cabeza contra el asfalto durante unos dos minutos y 15 segundos. Prude sobrevivió hasta que llegó la ambulancia.

En el hospital aguantó siete días, conectado a una máquina de la que finalmente lo desenchufaron el 30 de marzo. Después de que saliera a la luz el video, siete policías fueron suspendidos, y el jefe del cuerpo, La’Ron Singletary, renunció a los pocos días, tras la publicación de documentos internos que revelaron que su departamento pasó meses intentando tapar el caso, entre otras cosas, exagerando los problemas de salud mental de la víctima. “Que parezca sospechoso”, se podía leer en uno de esos documentos. Finalmente, todos los agentes implicados fueron absueltos en febrero del año pasado tras un juicio.

Cuatro meses antes de que la familia difundiera el video de la muerte de Prude, el asesinato en Minneapolis de George Floyd, también por asfixia y también a manos de la policía, provocó un estallido social contra la violencia racista de los cuerpos de seguridad en Estados Unidos. La muerte de Prude también encendió la mecha de la indignación del movimiento Black Lives Matter.

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El acuerdo alcanzado este jueves descarga de responsabilidad a la ciudad de Rochester. La familia de Prude ha emitido un comunicado a través de su abogado: “[La cantidad pactada] Es una suma suficiente para demostrar que la Rochester reconoce que algo terrible sucedió y que la ciudad tiene que esforzarse por dejarlo atrás y mirar al futuro”. Los 12 millones, menos los costos de los abogados, se los repartirán a partes iguales los cinco hijos de Prude.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.

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