Corea del Norte mantiene la escalada de tensión con dos nuevos misiles en “represalia” por los ejercicios de EE UU y Corea del Sur
Japón lamenta la división en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante las acciones del régimen de Kim Jong-un
Los ejercicios bélicos continúan en Asia, elevando unos grados más la ya caldeada temperatura. Corea del Norte ha lanzado este jueves dos nuevos misiles balísticos, que se suman al cohete del martes, un poderoso proyectil que sobrevoló Japón y obligó a las autoridades de Tokio a pedir a algunos ciudadanos que se refugiaran. Pyongyang ha asegurado que sus recientes ensayos armamentísticos son “medidas de represalia” ante los ejercicios militares desplegados en la zona por Estados Unidos y Corea del Sur, a los que acusa de elevar la tensión militar en la zona.
Los misiles con los que el régimen comunista del Norte ha amagado este jueves son proyectiles de corto alcance, menos potentes que el lanzamiento del martes, según Seúl. Uno de ellos recorrió una distancia de 350 kilómetros a una altura máxima de 80 kilómetros y el otro voló unos 800 kilómetros con una altura de 60 kilómetros, antes de caer en aguas del mar de Japón, según ha recogido la agencia de noticias surcoreana Yonhap. El anterior, además de provocar órdenes de evacuación en Japón, marcó un récord de distancia en la historia del arsenal norcoreano: recorrió unos 4.500 kilómetros con una altura máxima cercana a los 1.000 kilómetros.
El país comandado con puño de hierro por el líder supremo Kim Jong-un ha multiplicado este año sus ensayos con misiles: ha lanzado cerca de 40 cohetes, incluyendo el mayor proyectil intercontinental, conocido como “el monstruo”, en marzo ―aunque tanto Estados Unidos como Corea del Sur consideran que ese lanzamiento resultó un fracaso―. Fuentes del Gobierno de Seúl y Washington citadas por Reuters aseguran que el Norte podría estar preparándose para realizar una nueva prueba atómica. La última se remonta a 2017. En menos de dos semanas, el régimen de Kim Jong-un ha realizado seis lanzamientos de proyectiles.
Corea del Norte ha afirmado a través de un breve comunicado de su Ministerio de Exteriores que con los ensayos pretende dar respuesta a las maniobras conjuntas del vecino del Sur y de Estados Unidos en torno a la península, y al regreso a las aguas de la zona del portaviones estadounidense Ronald Reagan.
El buque de Estados Unidos, de vuelta en la región, ha participado también este jueves en una nueva simulación bélica naval junto a destructores japoneses y surcoreanos, con el objetivo de detectar e interceptar eventuales misiles. El miércoles, tropas surcoreanas y estadounidenses dispararon cuatro proyectiles de corto alcance como respuesta al poderoso lanzamiento de la víspera desde territorio norcoreano.
El frenesí armamentístico de la jornada se ha visto agitado, además, con el vuelo de ocho cazas y cuatro bombarderos bajo las órdenes de Pyongyang, los cuales han realizado un ejercicio aéreo coordinado, usando aparentemente fuego real, al norte de la frontera entre ambos países, según ha informado el Estado Mayor surcoreano. En respuesta, la Fuerza Aérea surcoreana ha desplegado de inmediato 30 cazas.
El primer ministro nipón, Fumio Kishida, y el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, han mantenido una llamada de 25 minutos para valorar la situación. “Japón y Corea del Sur reconocen conjuntamente el grave desafío que esto supone para la paz y la seguridad de nuestro país, de nuestra región y de la comunidad mundial, y lo condenan enérgicamente”, ha expresado Kishida tras la conversación. “No hemos discutido la posibilidad de una prueba nuclear, pero permaneceremos alerta ante nuevas provocaciones de Corea del Norte”.
División en la ONU
Mientras tanto, desde Tokio, el Ejecutivo nipón ve cómo la fractura en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aleja la posibilidad de una condena de las acciones de Pyongyang. “Es lamentable que el Consejo no pueda actuar ante estos actos provocativos”, ha dicho en una comparecencia el viceportavoz del Gobierno, Seiji Kihara. “Seguiremos cooperando con la comunidad internacional para que Corea del Norte cumpla todas las obligaciones de las resoluciones del Consejo”. Kihara ha reclamado al órgano de la ONU que “asuma su responsabilidad y el papel de mantener la paz y la seguridad”.
El Consejo de Seguridad se reunió este miércoles para tratar el reciente aumento de los lanzamientos de misiles por parte del régimen norcoreano. Pero el encuentro hizo aguas, mostrando la creciente fractura del debate dentro del organismo, con Rusia y China ―miembros permanentes con derecho a veto― insistiendo en que los ejercicios liderados por Estados Unidos en la región habían provocado la reacción de Corea del Norte.
El debate se enquistó de forma abrupta ya en mayo de este año, cuando Pekín y Moscú vetaron una iniciativa liderada por Washington para imponer más sanciones de Naciones Unidas a Corea del Norte por sus nuevos lanzamientos de misiles, dividiendo públicamente el organismo de la ONU por primera vez desde que comenzó a castigar a Pyongyang en 2006.
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