Un despertar sangriento en el granero canadiense
Los investigadores buscan explicaciones para la matanza a cuchilladas de 10 personas, uno de los mayores asesinatos en masa del país
“Es posible que nunca comprendamos los motivos”. Con la muerte de los hermanos Sanderson, los dos supuestos atacantes, la oficial de la policía montada Rhonda Blackmore cree que quizá nunca se esclarezca el porqué de una de las peores matanzas en la historia de Canadá. Durante cuatro días, la provincia de Saskatchewan, ubicada en el centro del país y famosa por su producción agrícola (está considerada el granero canadiense), ha captado la atención de medio mundo por una masacre de 10 personas perpetrada con arma blanca y una búsqueda sin tregua de los presuntos autores.
Los investigadores han analizado 13 escenarios de ataques y han tratado de ir recomponiendo las piezas de un puzle difícil de encajar. El epicentro del dolor ha sido James Smith, una reserva indígena de unos 2.000 habitantes, la mayoría miembros del pueblo cree, donde se concentraron 9 de las 10 víctimas mortales.
La reserva se despertó el domingo pasado con una orgía de violencia y sangre. A las 5.40 de la mañana, hora local, la Real Policía Montada de Canadá (RCMP por sus siglas en inglés) recibió la primera llamada de la reserva. Pocos minutos después, personas de la misma comunidad denunciaban telefónicamente otros apuñalamientos e identificaban a los supuestos responsables: Myles y Demian Sanderson (de 30 y 31 años, respectivamente).
Myles ya tenía un largo historial delictivo, problemas con las drogas y un carácter violento. Pese a las acusaciones que pesaban sobre él, estaba en libertad condicional. A las 7:12, el cuerpo federal lanzó una primera alerta pidiendo a los residentes que se resguardaran. A las 7.57 difundió los nombres y las fotografías de los Sanderson.
El padre de su pareja
Los investigadores creen que los atacantes eligieron algunas víctimas como objetivo, pero que otras las mataron un poco al azar. Entre las primeras puede estar el padre de la que era pareja de hecho de Myles: Earl Burns, de 66 años, un conductor de autobús al que el propio Myles ya había atacado con un cuchillo en 2015 y que murió el domingo por las heridas.
La policía cree que Demian participó con su hermano en los primeros ataques, pero que este lo mató cuando trató de frenarle. Su cadáver apareció el lunes en una zona de hierbas altas de la reserva con “heridas que no parecían autoinfligidas”, según la policía.
También la localidad de Weldon —a unos 20 kilómetros de la reserva— se tiñó de sangre con la décima víctima mortal. En su huida, Myles Sanderson dejaba atrás 10 muertos: seis hombres y cuatro mujeres de 23 a 78 años. El mayor de todos ellos residía en Weldon; los demás vivían en la reserva. “No es una víctima, sino una heroína”, expresó Mark Arcand refiriéndose a su hermana Bonnie Burns, de 48 años, y con distintas tareas de voluntariado en la comunidad. Fue apuñalada mientras protegía a sus hijos. Lana Head, guardia de seguridad en el casino de Prince Albert, figura también entre los muertos. Lo mismo que Eddie Burns, un veterano de guerra de 66 años.
Tras los ataques, la RCMP extendió la alerta a todo el territorio de Saskatchewan a las 8.20; tres horas después hizo lo mismo en Alberta y Manitoba, las provincias vecinas. Esa misma tarde, la institución policial presentó un primer saldo: 10 muertos y 15 heridos. La cifra más reciente indica que 18 personas resultaron lesionadas y las víctimas son 11 contando a Damien.
Los agentes de la RCMP, junto con el apoyo de las policías de las ciudades de Regina y Fort Albert, difundieron sin cesar las fotografías y características físicas de Damien y Myles Sanderson. También indicaron que habían recibido información respecto a que los prófugos se desplazaban en un Nissan Rogue negro y que habían sido vistos en una zona de Regina, la capital provincial, a unos 320 kilómetros al sur de la reserva. La búsqueda era compleja debido a que la superficie de Saskatchewan es mayor que la de España. Considerando la posibilidad de que los Sanderson viajasen a las provincias vecinas, el área equivalía a media Europa.
En libertad condicional
Además de los controles de carretera y las búsquedas en zonas rurales y urbanas, las autoridades pedían el apoyo de la población para obtener cualquier información de interés, pero pidiéndoles resguardarse y evitar contactos con extraños. Justin Trudeau, primer ministro canadiense, calificó los ataques de “horrorosos” y prometió todo el apoyo federal tanto para las pesquisas como para la atención a las víctimas. La policía montada recibió críticas por la lentitud con la que actuó en la masacre de Portapique, donde en abril de 2020, un individuo mató con arma de fuego a 22 personas en esa localidad de Nueva Escocia.
Poco a poco fueron conociéndose detalles sobre el nutrido pasado criminal de Myles Sanderson: 59 condenas por delitos tales como asalto a mano armada, robo y agresiones, además de líos relacionados con drogas y alcohol. La RCMP buscaba a Sanderson desde mayo por incumplir condiciones estipuladas en su libertad condicional. Marco Mendicino, ministro federal de Justicia, dijo que habrá una investigación respecto a la forma en que se liberó a Sanderson.
El martes, la RCMP dijo que investigaba el supuesto avistamiento de Myles Sanderson en terrenos de la reserva James Smith. Horas después, las fuerzas federales indicaron que no se encontraba en el lugar. La mañana del miércoles, la madre de Sanderson lanzó un mensaje a través de la cadena CBC: “Myles, por favor, entrégate. Puedes hacerlo. Haz lo correcto”.
Muerte del detenido
A las 15.00 del miércoles, una nueva alerta señalaba que un individuo con un cuchillo viajaba en un vehículo blanco en una zona perteneciente a Wakaw, localidad ubicada a 90 kilómetros al noreste de Saskatoon. Los agentes informaron de su detención media hora después en la comunidad de Rosthern. El arrestado era Myles Sanderson. La oficial Blackmore dijo en rueda de prensa que Sanderson sufrió “problemas médicos” tras ser detenido y fue declarado muerto en un hospital de Saskatoon. La policía de dicha ciudad y el equipo provincial de Respuesta a Incidentes Graves investigarán sobre las circunstancias de esta muerte.
Este jueves tuvo lugar una ceremonia en recuerdo de las víctimas en la reserva James Smith. Su jefe, Wally Burns, declaró: “No hay palabras que puedan expresar los sentimientos por los que estamos pasando. Las familias, los miembros de la comunidad: son muchos los que buscamos ayuda”. En un emotivo momento del encuentro, el hermano de uno de los asesinados y la pareja de Damien Sanderson se abrazaron. Burns y otros líderes autóctonos pidieron a los Gobiernos provincial y federal que apoyen a la comunidad para establecer un cuerpo policial y financiar centros de lucha contra las dependencias y un sistema de transición para los delincuentes indígenas que hayan cometido crímenes graves.
La reserva James Smith está inmersa en el dolor y pide ayuda a gritos, reflejando en buena medida las calamidades que sufren diversas comunidades indígenas canadienses. En septiembre del año pasado, un tiroteo tuvo ahí un saldo de dos muertos y un herido. En 2016, un derrame de petróleo contaminó su principal fuente de agua (se llama “Saskatchewan”, como la provincia, que en lengua cree significa “río rápido que fluye”). Además, varios de sus habitantes vivieron en los antiguos internados para niños autóctonos; centros cuyo principal objetivo era asimilar por la fuerza a los menores indígenas del país y donde la negligencia, el racismo y las agresiones físicas y sexuales fueron una constante.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.