Bolsonaro destinará hasta 7.500 millones de dólares al gasto social a menos de tres meses de las elecciones en Brasil
Los aliados del Gobierno consiguen modificar la Constitución para multiplicar las ayudas, lo que estaba prohibido para evitar la compra de votos
El Gobierno de Jair Bolsonaro multiplicará el gasto social cuando faltan menos de cien días para las elecciones. Lo hará después de que sus aliados en el Congreso Nacional consiguiesen modificar la Constitución para poder crear nuevos beneficios sociales en este momento, algo que hasta ahora estaba prohibido por ley precisamente para evitar la compra de votos. Los parlamentarios decretaron un “estado de emergencia” para poder esquivar leyes fiscales y electorales y abrir el grifo en Brasil.
Así, el Gobierno podrá gastar 41.200 millones de reales (más de 7.500 millones de dólares). Las ayudas que reciben los más pobres aumentarán un 50% y llegarán a los 600 reales al mes (109 dólares). Además, se aumenta el número de beneficiarios, llegando a más de 20 millones de familias. También se crean ayudas específicas para comprar bombonas de gas y para que los camioneros vean compensada el alza del precio de los combustibles. En este último caso las subvenciones serán de 1.000 reales al mes (182 dólares) y beneficiarán a más de 870.000 conductores. Las ayudas sólo valdrán hasta el mes de diciembre, dos meses después de que terminen los comicios.
El texto salió adelante por amplia mayoría (469 diputados votaron a favor y apenas 17 en contra). La oposición en bloque votó a favor, a sabiendas de que pueden estar ayudando a remontar la popularidad de Bolsonaro. Colocados entre la espada y la pared, los parlamentarios de la izquierda argumentan que votar en contra hubiera sido votar contra los más vulnerables, en un momento en que en Brasil hay más de 33 millones de personas pasando hambre.
Se espera que con las nuevas ayudas la popularidad de Bolsonaro remonte. Poner dinero en el bolsillo de la gente tiene un efecto casi inmediato. Ya ocurrió al principio de la pandemia. Bolsonaro estaba en su peor momento, lanzó el programa de ayudas ‘Auxilio Brasil’ (forzado por el Congreso, ya que él se mostraba reticente) y su número de detractores cayó notablemente en los meses siguientes.
Ahora Bolsonaro está en una situación más delicada y más urgente. El expresidente Lula da Silva le saca una clara ventaja en todas las encuestas, y algunas muestran que el líder de la izquierda podría ganar incluso en la primera vuelta. No obstante, es muy probable que la distancia se acorte en los próximos meses, a medida que las ayudas empiecen a notarse.
La campaña del Partido de los Trabajadores (PT) lo sabe y ya trabaja para contrarrestar ese impacto, reforzando la idea de que Lula es el verdadero ‘padre de los pobres’ y que Bolsonaro es un oportunista. “Las ayudas de Bolsonaro sólo duran hasta diciembre, cuando pasen las elecciones te deja tirado”, dice uno de los primeros videos lanzados por el partido en las redes sociales como reacción al paquete de ayudas.
Además del efecto electoral, estos nuevos programas asistenciales dejarán un importante agujero fiscal que el gobierno que salga de las elecciones de octubre tendrá que gestionar. El ministro de Economía, Paulo Guedes, que hace meses llamaba la propuesta de “kamikaze” por el desequilibrio que generaría en las cuentas públicas, dijo esta semana que “no habrá impacto fiscal en 2022″. Esta es la quinta vez que el gobierno Bolsonaro rompe el llamado ‘techo de gastos’, la principal regla fiscal del país, que limita el crecimiento del gasto a la inflación del año anterior.
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