La cumbre de la OTAN en Madrid ha dejado una imagen poderosa, difícil de batir en los álbumes de fotos de familia de este tipo de eventos. Nadie recuerda los habituales fondos planos, sosos, de anteriores citas, pero permanecerá la estampa de los mandatarios junto a Las Meninas de Velázquez en el interior del Museo del Prado, convertido, durante unas horas, en cuartel general de la Alianza.
Foto de familia de los jefes de Estado y de Gobierno que han participado en la cumbre de la OTAN en Madrid.A. Ortega. Pool (Europa Press)
La cumbre —lo han dicho el presidente del Gobierno y el líder de la oposición— ha sido un éxito de organización, pero no ha logrado todos sus objetivos, como el de “proyectar una imagen de modernidad”, en palabras de Pedro Sánchez. Porque hay algo en las imágenes de la agenda paralela y pública de los acompañantes de los mandatarios de la OTAN que chirría. En blanco y negro, y con la célebre voz del NO-DO narrando su visita a la sala de tapices del Palacio Real de La Granja, daría el pego de otro tiempo. Chirría porque al contrario que en aquella oscura etapa, ahora esos líderes que se reúnen para pactar estrategias contra el enemigo común son elegidos, sus parejas no. Y chirría porque al simultanear ambas agendas, ya sea una cumbre de la OTAN o del G-7, lo que se ve es: por un lado, a un grupo de mandatarios, con presencia abrumadora de hombres, hablando de la guerra, y, por otro, a un grupo mayoritariamente femenino haciendo turismo. Es un contraste injusto, pero es, también, lo que se proyecta.
La reina Letizia, la primera dama francesa, Brigitte Macron, y la mujer del secretario general de la OTAN, Ingrid Schulerud, conversan con una trabajadora en el vestuario del Teatro Real de Madrid durante las visitas culturales a los acompañantes de los mandatarios que asisten a la cumbre de la OTAN.Ballesteros (EFE)La reina Letizia y los acompañantes de los mandatarios que asisten a la cumbre de la OTAN han visitado los talleres de costura del Teatro Real y han asistido a un ensayo de la ópera 'Nabucco', de Giuseppe Verdi.Ballesteros (EFE)La primera dama francesa, Brigitte Macron, la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, y la reina Letizia han saludado a las costureras y figurinistas del Teatro Real de Madrid este jueves, durante las visitas culturales a los acompañantes de los mandatarios que asisten a la cumbre de la OTAN. Ballesteros (EFE)La reina Letizia ha invitado a los acompañantes de los líderes de la cumbre de la OTAN (entre ellos la primera dama francesa, Brigitte Macron, y la mujer del secretario general de la OTAN, Ingrid Schulerud) a un desayuno saludable en el Teatro Real de Madrid, donde han realizado una cata de aceite de oliva.Ballesteros (EFE)La reina Letizia ha estado junto al grupo de acompañantes de los mandatarios de la cumbre de la OTAN en su visita guiada al Teatro Real de Madrid.
Ballesteros (EFE)El director y el presidente del Teatro Real reciben a Begoña Gómez, directora de la cátedra extraordinaria de Transformación Social Competitiva de la Universidad Complutense de Madrid y esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que junto a la reina Letizia hace de guía de los acompañantes de los jefes de Estado y de Gobierno que asisten este jueves al último día de la cumbre de la OTAN en Madrid. Alberto Ortega (Europa Press)La esposa del presidente de Francia, Brigitte Macron, saluda a su llegada al Teatro Real, en el último día de la cumbre de la OTAN en la capital de España.Alberto Ortega (Europa Press)La reina Letizia y la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, posan con el resto de los acompañantes de los mandatarios que asisten a la cumbre de la OTAN junto al 'Guernica' de Picasso, en su visita al Museo Nacional de Arte Reina Sofía.
CASA DE S.M. EL REY/JOSE JIMENEZ (Reuters)Brigitte Macron, la esposa del presidente francés, Emmanuel Macron, sí que ha estado presente en la visita al museo Reina Sofía de Madrid, pese a que por la mañana se ha perdido el paseo por La Granja de San Ildefonso.OSCAR DEL POZO (AFP)En primera fila, la diplomática noruega Ingrid Schulerud, mujer del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg; la reina Letizia; la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez; y la primera dama de EE UU, Jill Biden. Tras ellos, la primera dama de Montenegro, Lidija Kuc Djukanovic; Gauthier Destenay, marido del primer ministro de Luxemburgo; Diana Nausėdienė; primera dama de Lituania; y Lydia Bela, esposa del primer ministro de Malta.OSCAR DEL POZO (AFP)La Reina sale al encuentro de la primera dama estadounidense, Jill Biden, en La Granja de San Ildefonso, este miércoles. Doña Letizia ha llevado para la ocasión unas cuñas de esparto y ha optado por la moda española, al llevar un vestido de lunares de la diseñadora murciana Laura Bernal y un bolso de una firma marca española recién nacida, Hedēn. Ballesteros (EFE)Con las fuentes de La Granja de San Ildefonso de fondo, la reina Letizia ha posado con algunos de los acompañantes de los mandatarios que asisten a la cumbre de la OTAN en Madrid. Jill Biden ha ido con sus dos nietas (a la izquierda de la imagen) y Brigitte Macron no ha acudido a la cita.Ballesteros (EFE)De izquierda a derecha, la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez; la reina Letizia; la primera dama estadounidense, Jill Biden; y la primera dama surcoreana, Keon Hee Kim, en La Granja de San Ildefonso. Ballesteros (EFE)La reina Letizia, junto a la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, y la primera dama estadounidense, Jill Biden, entre otras, visitan una exposición de tapices en La Granja durante los actos culturales para los acompañantes de los mandatarios que asisten a la cumbre de la OTAN.Ballesteros (EFE)Tras visitar la Real Fábrica de Tapices, la Reina y sus acompañantes han acudido a la Fábrica de Vidrio en La Granja de San Ildefonso.Ballesteros (EFE)La reina Letizia y sus acompañantes visitan la Real Fábrica de Cristales, en La Granja (Segovia), donde han asistido a una exhibición de vidrio soplado y una exposición de obras de la colección procedentes de países miembros de la OTAN.TWITTER/CASA DE S. M. EL REYDoña Letizia y Jill Biden se han fotografiado con trabajadores y refugiados del centro de Pozuelo de Alarcón. También han mantenido una charla con los responsables de algunas de las ONG que asisten a los refugiados, entre ellas, Acnur, Cruz Roja o Unicef.MARISCAL (EFE)En el patio del centro de refugiados ucranios de Pozuelo de Alarcón (Madrid), la reina Letizia y la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, se han reunido este martes con las familias alojadas temporalmente y han visitado la caravana de World Central Kitchen del chef José Andrés, encargada de proporcionar alimentos a los refugiados ucranios.Twitter / Casa de S.M. el ReyLa Reina y Jill Biden charlan a su llegada al centro de refugiados ucranios de Madrid. Mientras que la primera dama estadounidense vestía un diseño de Oscar de la Renta, doña Letizia acudió con un traje pantalón blanco de Carolina Herrera.Jaime Villanueva (EL PAÍS)Saltándose el protocolo, el martes Biden saludó a doña Letizia agarrándola de las manos y dándole dos besos. MARISCAL (EFE)Tras su primer encuentro el lunes, este martes por la mañana la Reina y Jill Biden han vuelto a verse en Madrid, esta vez en Pozuelo de Alarcón. Por este centro de refugiados ucranios han pasado unas 22.000 personas de las 124.000 a las que España ha concedido protección temporal.OSCAR DEL POZO (AP)La esposa del presidente estadounidense Joe Biden visitó varias tiendas del barrio de Salamanca de la capital junto a sus nietas. Compró, entre otras cosas, unas alpargatas de la firma española Castañer.
Tras la tarde de compras, Biden y sus nietas acudieron a una fiesta en la embajada de EE UU en España, sita en la calle Serrano de Madrid, donde se celebró un cóctel y una fiesta en la que tocaron y cantaron Luz Casal, Ketama, Pablo López o el cantaor Israel Fernández. Además, entre los invitados estaban Alejandro Sanz y su novia, Rachel Valdés, Rozalén, Carlos Vives y Ainhoa Arteta.José Ramón Hernando (Europa Press)Además de su agenda oficial, el lunes Jill Biden también estuvo en algunos establecimientos del centro de la capital española en los que ya había rebajas. La primera dama estuvo rodeada de grandes medidas de seguridad.José Ramón Hernando (Europa Press)En la semana en la que la cumbre de la OTAN se celebra en Madrid, la primera dama de EE UU, Jill Biden, fue una de las primeras invitadas en llegar (lo hizo el domingo). La reina Letizia la recibió en el palacio de La Zarzuela el lunes por la mañana.Casa Real/José Jiménez (EFE)Tras recibir a Jill Biden, la reina Letizia mantuvo una reunión con la primera dama de Estados Unidos en el palacio de La Zarzuela de Madrid.Casa Real/José Jiménez (EFE)Tras su paso por La Zarzuela, la Reina y la primera dama de EE UU visitaron la sede de la Asociación Española contra el Cáncer para conocer sus proyectos. “Es encantadora e inteligente”, dijo doña Letizia de su invitada en la visita a la AECC.
EFE
En 2019, en la cumbre del G-7 en Biarritz (Francia), la imagen de las esposas de algunos mandatarios subidas a altos tacones en el campo y posando sonrientes con cestas rebosantes de pimientos provocó burlas. No ayudó que el entonces presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, difundiera un vídeo con el mensaje: “Melania, Brigitte, Malgosia y Akie. El lado luminoso de la Fuerza”, refiriéndose, por su nombre de pila, a las esposas de Donald Trump, Emmanuel Macron, Shinzo Abe y la suya, que miraban al mar, de espaldas, en alguno de los actos de entretenimiento programados. En la cumbre de la OTAN de 2017 en Bélgica, los acompañantes de los mandatarios visitaron el Museo Magritte, el Palacio Real y una tienda de accesorios de lujo mientras sus parejas hablaban sobre la lucha contra el yihadismo. En esa misma cita, la Casa Blanca omitió el nombre de Gauthier Destenay, esposo del primer ministro de Luxemburgo, en la foto oficial de los cónyuges de los líderes de la Alianza Atlántica. Diez horas después, tras un aluvión de críticas, rectificó.
Gauthier Destenay, en la segunda fila, rodeado de las primeras damas en la cumbre de la OTAN en Bruselas, en 2017.SASCHA STEINBACH (EFE)
No es un problema español. Aquí, las llamadas primeras damas suelen tener un perfil bajo y varias han conservado sus trabajos, lo que ha evitado los problemas que ha generado esa figura, por ejemplo, en el país vecino, donde Macron promovió, incluso, la oficialización de sus funciones con un estatuto y un presupuesto propios. Pero España, como país anfitrión, ha sido el escenario de ese último despliegue de anacronismo. Ellos hablan de la guerra, mientras ellas hacen turismo y los medios comentan sus vestidos y los zapatos que han comprado.
¿Tiene sentido, en pleno siglo XXI, el concepto de “primera dama” cuando, lógicamente, ya hay varios “primeros caballeros”? ¿Tienen las parejas de los presidentes o presidentas que acompañarlos y mantener una agenda paralela y pública como cónyuges de? ¿Echó alguien en falta en las sucesivas cumbres y reuniones de alto nivel al marido de Angela Merkel, que vio por televisión la investidura de su esposa? Es más, ¿se acuerda alguien de cómo iba vestido en las escasas citas a las que sí asistió?
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.