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Ucrania se abre a desminar sus puertos para permitir la salida del cereal bloqueado si Rusia retira los barcos

Kiev exige una misión internacional que garantice que Moscú cumple su parte del trato para sacar el grano atascado por la guerra

Guerra en Ucrania
Explosión controlada este domingo de una mina marina en playa de Peschnaya, cerca del muelle de carga de la ciudad ucrania de Mariúpol, conquistada por el Ejército ruso el mes pasado.SERGEI ILNITSKY (EFE)
Andrés Mourenza

Ucrania está dispuesta a desminar al menos uno de sus puertos en el mar Negro para establecer un corredor naval que permita sacar su producción agrícola, especialmente el cereal, cuyo bloqueo a causa de la invasión rusa amenaza con crear una crisis alimentaria. Pero lo hará únicamente si Rusia retira sus barcos del corredor designado y se despliega una misión internacional con poder de fuego que vigile que la flota rusa cumple su parte del trato, explicaron fuentes diplomáticas ucranias en declaraciones a EL PAÍS.

Ucrania es uno de los mayores exportadores mundiales de trigo, cebada, maíz y girasol, pero el bloqueo naval impuesto por Rusia a sus puertos ―por donde, antes de la guerra, salía el 95 % de sus exportaciones― ha hecho casi imposible que Kiev cumpla sus compromisos. Esto ha dejado en una situación muy delicada a los países más dependientes de la producción agrícola ucrania como, por ejemplo, Líbano (importa de Ucrania casi el 75% del trigo que consume), Libia (40%), Túnez (25%), Indonesia (28%) y Bangladés (20%).

A finales de abril, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, visitó Ucrania y transmitió al Gobierno de Kiev la necesidad de hallar una solución al bloqueo del cereal ucranio. Desde entonces, la ONU ha tratado de acercar posturas entre Rusia y Ucrania, sin conseguirlo, por lo que requirió la ayuda de Turquía para mediar entre ambos países. La semana pasada, una delegación rusa, que incluía militares y técnicos, viajó a Ankara para tratar el tema. Entonces, el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, aseguró que su país no pondrá obstáculos al plan propuesto por Turquía para sacar el cereal de Ucrania siempre y cuando Kiev acepte retirar las minas de sus puertos.

En líneas generales, el plan pasa por asegurar un corredor naval a uno de los puertos ucranios (probablemente Odesa), donde los buques serían protegidos por barcos de un país no beligerante (Turquía se ha ofrecido para ello). Sin embargo, el diablo está en los detalles, y en la obvia desconfianza entre las partes: Moscú exige poder inspeccionar los cargueros antes de que accedan a la costa ucrania para revisar si portan armas, aunque los ucranios creen que puede utilizarlo para llevar a cabo maniobras de sabotaje.

Kiev exige, además, garantías sólidas de que la flota rusa no aprovechará un eventual desminado de sus puertos para lanzar un asalto anfibio. Lavrov aseguró la semana pasada que Vladímir Putin ha prometido no atacar los puertos ucranios que sean desminados, pero, dados los antecedentes, en Ucrania nadie se fía de las palabras del presidente ruso. “Ucrania aceptaría desminar sus puertos si Rusia levanta el bloqueo naval y retira su flota del área acordada”, afirmó una fuente diplomática ucrania a este diario. Para garantizar que los barcos rusos no regresan a esa zona una vez abierto el corredor naval, Kiev requiere que se despliegue una misión naval internacional con potestad para el uso de la fuerza en caso de que la flota rusa contravenga el pacto. Esta misión podría actuar bajo el paraguas de la ONU o de la OTAN, ambas opciones son aceptables a ojos de Ucrania.

Canales extraoficiales

Las conversaciones entre ambas partes y a través de la mediación turca continúan por canales extraoficiales, sin que de momento hayan dado resultado, pese a que apremian el tiempo y los dirigentes de los países más afectados. El pasado jueves, el presidente senegalés y presidente de turno de la Unión Africana, Macky Sall, pidió que Ucrania proceda cuanto antes a retirar las minas del puerto de Odesa o, de otra forma, África “se hallará en una situación de hambruna que puede desestabilizar al continente”. A principios de mes, Sall también se desplazó a Rusia para exigir a Putin un desbloqueo a la situación del cereal ucranio.

Porque, una vez alcanzado un acuerdo, el desminado llevaría meses, según han explicado varios expertos. “Se han colocado minas marinas en los accesos a los puertos y las salidas de algunos puertos están bloqueadas por barcazas y grúas hundidas”, dijo un portavoz de la Organización Marítima Internacional, ligada a la ONU. No se trata solamente de las minas colocadas por los ucranios en sus puertos para evitar un desembarco ruso ―sobre las cuales las autoridades militares ucranias disponen de mapas―, sino también de las que, según Kiev, han colocado los militares rusos en torno a la península de Crimea y la isla de las Serpientes, frente a la desembocadura del Danubio y por donde debería pasar un eventual corredor al puerto de Odesa. Los ucranios no están seguros de que Moscú vaya a facilitarles planos sobre la disposición de dichas minas.

Kiev calcula que unos 22 millones de toneladas de cereal han quedado retenidos en los silos y los puertos de Ucrania desde el inicio de la invasión rusa, algo que obstaculiza la logística de la cosecha que está a punto de comenzar. De momento, se está intentando sacar la producción agrícola por ferrocarril y a través de puertos en Rumania a los que se llega por tierra y mediante pequeñas embarcaciones, si bien la capacidad de transporte es muy inferior y el acceso más costoso. Hay, también, más de 80 buques internacionales de carga varados en los puertos ucranios, muchos de ellos cargados de grano y la mayoría de los cuales han sido abandonados por su tripulación. Varios mercantes han sido alcanzados por proyectiles en el mar Negro desde el inicio de la guerra, por lo que los seguros de navegación en la zona se han disparado, lo que incrementa aún más el coste del transporte de cereal.

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