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Una operaria de la central nuclear atacada en Ucrania: “Los trabajadores llevan ahí 24 horas, los rusos no les dejan salir”

EL PAÍS contacta con una empleada de la planta de Zaporiyia, la mayor de Europa, a la que no ha podido acceder tras el asalto de las tropas rusas durante la madrugada

El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, durante una comparecencia este viernes tras el ataque ruso a la central nuclear de Zaporiyia.
Margaryta Yakovenko

Las tropas rusas han tomado el control de la mayor central nuclear de Europa, situada en Energodar, en la región de Zaporiyia, al sureste de Ucrania, en la madrugada de este viernes. Las instalaciones llevaban desde la tarde del jueves recibiendo ataques de mortero por parte del Ejército ruso, lo que provocó un incendio en el edificio conocido como Corpus G que ya ha logrado ser sofocado. En la mañana de este viernes, los soldados rusos no están permitiendo a nadie entrar ni salir de las instalaciones, como explica por teléfono a EL PAÍS Alexandra, una técnica que trabaja en la central de Zaporiyia. “El jueves, los responsables de la central nos dijeron que podríamos ir a trabajar con normalidad porque estaba controlada por el Ejército ucranio. Entró el turno de la mañana. Y tras 24 horas, todavía siguen allí, no les dejan salir”. Ella debía haber entrado en el turno de noche del jueves, pero no lo pudo hacer, ni tampoco en la mañana de este viernes: cuando ha intentado aproximarse a la central, las tropas rusas le han dicho que estaba tomada y que no dejaban entrar a nadie.

Los compañeros de Alexandra llevan dentro, manteniendo la central en funcionamiento, desde la mañana del jueves. Debido a lo peligroso que es el trabajo en una planta nuclear y a que se trata de una instalación estratégica, es importante que siempre se mantengan los turnos de mañana, tarde y noche para que los trabajadores puedan descansar. Turnos que ahora no se están cumpliendo. “Ahora mismo solo puedo pensar en los compañeros que están allí dentro y a los que los rusos han tomado casi como rehenes. También pienso en mi familia constantemente. Estoy muy preocupada. Esto puede ser una catástrofe sin precedentes”, confiesa Alexandra. Ni ella ni su familia han podido huir de la ciudad de Energodar, ya que está rodeada. “¿Adónde vamos? No tenemos salida. Y ante una situación así, es mejor quedarse en casa. Al menos, si pasa algo, estamos todos juntos”.

La central nuclear de Zaporiyia tras el bombardeo, este viernes.
La central nuclear de Zaporiyia tras el bombardeo, este viernes.ENERGOATOM (via REUTERS)

La central, que tiene una potencia de 5.700 megavatios —Almaraz, la mayor de España, tiene 1.100 megavatios— genera cerca de la mitad de toda la energía nuclear del país y una quinta parte de la energía total de Ucrania. Situada en la ciudad de Energodar (que significa “el que da energía”), la planta está compuesta por seis reactores, lo que la convierte en la tercera central nuclear más grande del mundo.

Alexandra, que prefiere no ser identificada con su nombre real, relata que, a pesar de que la central tiene seis reactores, ahora mismo solo está en funcionamiento el reactor número cuatro. Hace dos días y debido a la ofensiva rusa en marcha desde el 24 de febrero, los responsables de la central tomaron la decisión de apagar los reactores dos y tres, que daban energía a Rusia y Bielorrusia, según el relato de esta empleada técnica. El uno estaba en un proceso de mantenimiento, con material radiactivo, y el cinco y el seis, apagados. En el momento de la ofensiva, solo el reactor cuatro, que da energía a Ucrania, estaba en funcionamiento.

El ataque ruso, en la madrugada de este viernes, causó un incendio y una gran alarma. El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, advirtió durante el incendio: “En Chernóbil explotó solo un reactor. Si aquí son atacados los seis, va a afectar no solo a Ucrania. Afectará al agua y al aire de Ucrania, de Rusia y del mundo entero”, explica Alexandra. “¡Si estalla, será 10 veces más grande que Chernóbil! Los rusos deben parar el fuego inmediatamente”, avisa.

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Sobre la firma

Margaryta Yakovenko
Periodista y escritora, antes de llegar a EL PAÍS fue editora en la revista PlayGround y redactora en El Periódico de Cataluña y La Opinión. Estudió periodismo en la Universidad de Murcia y realizó el máster de Periodismo Político Internacional de la Universitat Pompeu Fabra. Es autora de la novela 'Desencajada' y varios relatos.

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