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La izquierda italiana se recompone con una victoria en las grandes ciudades

La derecha populista queda muy tocada y Roma es el único gran municipio donde tiene alguna posibilidad de competir en la segunda vuelta

La alcaldesa de Roma y candidata al Ayuntamiento de la capital italiana, Virginia Raggi.
La alcaldesa de Roma y candidata al Ayuntamiento de la capital italiana, Virginia Raggi.Riccardo Antimiani (EFE)
Daniel Verdú

Italia deberá tomar importantes decisiones en los próximos meses, como la elección del siguiente presidente de la República. En el actual estado de letargo que el Ejecutivo de unidad de Mario Draghi ha sumido a la política, la primera vuelta de las elecciones municipales celebradas entre el domingo y el lunes aporta muchas ideas sobre la fuerza real de los partidos. La primera foto indica que la izquierda ha logrado un notable resultado en este primer turno de los comicios locales, en los que está en juego el futuro de 1.192 Ayuntamientos, incluido el de las cinco ciudades más grandes: Roma, Turín, Milán, Nápoles y Bolonia. En casi todas ellas se imponen los candidatos de centroizquierda. Incluso en Turín, donde la derecha tenía la esperanza de poder, al menos, lograr la victoria en la primera vuelta. La segunda vuelta de la votación se celebrará dentro de dos semanas, pero la coalición que forman La Liga, Hermanos de Italia y Forza Italia apenas tiene ya posibilidades de imponerse en ninguno de esos municipios.

El Partido Democrático (PD), que en algunas ciudades como Nápoles ha buscado candidatos de consenso con el Movimiento 5 Estrellas (M5S), se impone de forma clara y toma un gran impulso en la batalla nacional después de una larga temporada de decaimiento. De hecho, el partido socialdemócrata logra la victoria definitiva en la primera vuelta (por más del 50% de los votos) en Nápoles, Bolonia y Milán (la primera vez desde que se instauró el sistema de doble turno en 1993).

El ex primer ministro Enrico Letta y nuevo secretario del PD puede apuntarse la primera gran victoria desde que tomó el mando del partido hace seis meses. En cambio, los datos son muy severos con Matteo Salvini, cuyos candidatos, especialmente el de Milán, no han dado la talla. El líder de La Liga, de hecho, hizo ya ayer a primera hora autocrítica y reconoció el pésimo resultado en las urnas. “En algunas ciudades hemos elegido a los candidatos demasiado tarde. Hemos dado poco tiempo a los ciudadanos para conocerles”, señaló, obviando que ha sucedido justo lo contrario: a medida que se han dado a conocer han perdido apoyos.

Los resultados dejan pocos cabos sueltos para la segunda vuelta, completamente inclinada a favor de la izquierda. Roma, sin embargo, se convierte en una de las pocas plazas donde la derecha puede mantener un hilo de esperanza. Enrico Michetti, el candidato elegido por la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, para encabezar la lista de la coalición de las derechas, ha cabalgado un desastre tras otro desde que fue nombrado antes del verano. Pese a los errores y continuas metidas de pata, el resultado de ayer le sitúa en primer lugar (30,2%), pero sin un margen suficiente como para soñar con sobrevivir en la segunda vuelta.

El Partido Democrático no quiso arriesgar en la capital y eligió al exministro de Economía Roberto Gualtieri como la figura que debía competir con Michetti, con la alcaldesa, Virginia Raggi (M5S), y con el independiente Carlo Calenda (actual eurodiputado). El extitular de Economía, hombre de discreto perfil político, ha quedado en segundo lugar (27%), pero tendría la victoria casi asegurada en la segunda vuelta. El electorado de los otros dos perdedores se encuentra mucho más cerca de su espectro ideológico y fuentes del PD se mostraban ayer convencidas de que la balanza se inclinaría definitivamente a favor de Gualtieri dentro de dos semanas. Pero hay que esperar a posibles indicaciones de voto de parte de alguno de ellos (la derecha ya comenzó ayer a intentar seducir a Calenda, quien quedó en tercer puesto con el 19,7%).

Roma aporta también la medida del batacazo del viejo orden del M5S, que apostó por volver a presentar a la alcaldía a Raggi, pese al evidente fracaso en la gestión de estos últimos cinco años. La actual regidora de la capital de Italia, que obtuvo el 70% de los votos hace cinco años, queda en cuarta y últiima posición (19,1%) y muestra nítidamente el fin de ciclo de los grillinos. Ahora tocará reformular la estrategia nacional de la mano de su nuevo líder, el ex primer ministro Giuseppe Conte.

La caída de los ‘grillinos’

El partido autoproclamado anticasta pierde esta vez todas las ciudades donde gobernaba (Turín y Roma) y solo resiste en los lugares en los que se presentó con el PD, como Nápoles y Bolonia. Un signo evidente de que se profundizará en el experimento de crear una suerte de gran coalición de centroizquierda entre los socialdemócratas y el partido que un día fue antisistema. La única manera, con la ley electoral actual, de poder competir con la coalición que forma el centroderecha.

La izquierda ha superado sus expectativas y evitará la segunda vuelta en tres de las grandes ciudades, una muestra más del músculo exhibido. En Bolonia, el candidato de izquierda, Matteo Lepore, también logra la alcaldía sin volver a las urnas. Lo mismo el candidato común en Nápoles del M5S y el PD, Gaetano Manfredi (63%). La capital de Campania, de hecho, es la ciudad donde las listas de izquierda han tenido más apoyo. “Hemos demostrado que la derecha se puede batir”, lanzó eufórico Enrico Letta tras conocer los resultados.

El alcalde de Milán, Giuseppe Sala, se adjudicará previsiblemente un nuevo mandato con una victoria (57,7%) que le distancia claramente de Luca Bernardo (32%), su rival de la derecha: un desconocido médico que eligió personalmente Matteo Salvini. La contundente derrota pasará factura al líder de La Liga, que atraviesa las horas más bajas desde que cogió las riendas del partido y afronta una posible rebelión en las próximas semanas si no logra contener a los barones del norte, que le piden un cambio de rumbo.

La debacle de la derecha alcanza también la ciudad de Turín, la única gran urbe donde la coalición de partidos confiaba en obtener una victoria clara en estas elecciones. Su candidato, el empresario Paolo Damilano (38,9%) se situaba ayer claramente por debajo de su rival del centroizquierda, Stefano Lo Russo (43,9%). Una diferencia que aumentaría en la segunda vuelta de las municipales, donde la derecha pierde de nuevo todo el impulso.

Salvini pierde todos los duelos con Giorgia Meloni

El diagnóstico para la derecha después del recuento de ayer está claro y apunta directamente a la disolución del efecto Salvini, que hace solo dos años parecía imparable. El líder de La Liga es hoy alguien más divisivo que aglutinador y pierde apoyo cada vez que Italia saca las urnas. Ayer fue el principal señalado, especialmente tras la clamorosa derrota en Milán, su ciudad natal y un entorno relativamente favorable para La Liga. Las listas de su partido están prácticamente todas por debajo de Hermanos de Italia, su principal rival dentro de la coalición. No ha logrado imponerse ni en las grandes ciudades del norte, como Trieste.

La única duda ahora es si el auge de Hermanos de Italia será capaz de ocupar ese espacio y mantener el músculo de la derecha. Y si el espectro ideológico que un día lideró Silvio Berlusconi podrá ser ahora ocupado por una política mucho más radical como Giorgia Meloni. La política romana optó hace nueve meses por dejar a Hermanos de Italia fuera del Gobierno de unidad de Mario Draghi. Una decisión que hasta ahora le ha dado muy buenos réditos, pero que en estas elecciones apenas se ha percibido. Si su candidato en Roma, Enrico Michetti, lograse imponerse en la segunda vuelta, Salvini quedaría definitivamente relegado a un segundo plano.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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