Biden apoya un alto el fuego en Gaza en una conversación con Netanyahu
El primer ministro israelí responde al presidente de Estados Unidos que completará los objetivos contra Hamás antes de cualquier tregua
La escalada de violencia en la franja de Gaza está forzando a Joe Biden a involucrarse cada vez más en un conflicto que pretendía dejar en segundo plano en su mandato. El presidente de Estados Unidos ha hablado este lunes por teléfono con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y ha expresado su “apoyo a un alto el fuego”, según el resumen de la llamada facilitado por la Casa Blanca, algo que no había hecho hasta ahora, al menos pública y explícitamente, si bien dista de una exhortación al cese inmediato de la ofensiva.
Desde que comenzaron las hostilidades la semana pasada, el demócrata ha defendido el derecho de Israel a defenderse de los ataques terroristas de Hamás, una línea de la que no se había movido a lo largo de estos días, mientras la crisis se agravaba, pese a las presiones de otros países y del flanco izquierdo de su propio partido. Biden también ha reiterado ese derecho a la protección ante los “ataques indiscriminados con cohetes” en la conversación de este lunes, pero ha planteado además su respaldo a un alto el fuego y “la involucración de Estados Unidos y Egipto para ese fin”.
La declaración, pese a lo medido de las palabras, refleja que las placas tectónicas se mueven. Washington había bloqueado varios intentos de declaración conjunta del Consejo de Seguridad de la ONU ―en el que, como otras grandes potencias, tiene poder de veto― que instaban a ese alto el fuego, aunque en paralelo había abierto vías diplomáticas para lograrlo.
No parece fácil, Netanyahu ha advertido a Biden en ese mismo intercambio que está decidido a completar los objetivos de la ofensiva de Gaza antes de aceptar esa tregua, informa Juan Carlos Sanz desde Jerusalén. Esta escalada bélica, la más grave que sufre la zona en 14 años, comenzó la tarde del pasado lunes tras el disparo de cohetes de Hamás sobre Jerusalén y se ha cobrado desde entonces la vida al menos de 204 personas en Gaza (incluidos 58 niños y 34 mujeres), dejando imágenes sangrientas que han causado estupor en la comunidad internacional.
Biden ha pedido a Netanyahu “hacer todos los esfuerzos para asegurar la protección de los civiles inocentes”, según el comunicado de la Casa Blanca, que pocas horas antes aseguraba que Washington estaba llevando a cabo una “intensa y silenciosa” labor diplomática ante este estallido. La postura de Netanyahu ante la petición del alto el fuego había quedado clara previamente, después de una reunión del primer ministro israelí con altos cargos de seguridad. “La orden es continuar atacando los objetivos terroristas”, dijo.
Para el demócrata, esta crisis es un quebradero de cabeza. Determinado a situar la rivalidad con China en el centro de sus prioridades geopolíticas, pensaba eludir el polvorín de Oriente Próximo en la medida de lo posible, rompiendo, eso sí, con la política de la Administración de Donald Trump ―que trató de impulsar un acuerdo de paz abiertamente favorable a Israel― e insistiendo en la solución de los dos Estados.
El jefe secretario de Estado, Antony Blinken, estadounidense reiteró, durante su visita oficial a Copenhague, el apoyo de Washington a su estrecho socio y se cuidó mucho de pedir o animar al alto el fuego: “Estamos preparados para prestar apoyo si las partes buscan el alto el fuego”; “Israel tiene derecho a defenderse, no se puede equiparar con un grupo terrorista como Hamás, pero como democracia tiene una carga [responsabilidad] adicional para hacer todo lo posible para evitar víctimas civiles”, apuntó el jefe de la diplomacia estadounidense. También instó a Hamás a detener “de forma inmediata” el lanzamiento de misiles a territorio israelí.
Washington mantiene conversaciones con Egipto, Qatar y Jordania para tratar lograr una solución. Su hombre en el terreno es el subsecretario para Asuntos Palestinos y de Israel del Departamento de Estado, Hady Amro, que viajó a Israel el viernes, aunque ninguna de sus gestiones parecen haber fructificado de momento. Los esfuerzos de mediación tienen lugar a ambos lados del Atlántico. Según anunció el domingo el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, los ministros de Exteriores de la UE se reunirán este martes de forma extraordinaria para bordar el asunto, si bien el propio Borrell ha señalado que es Estados Unidos el país con la influencia suficiente como para desbloquear la situación.
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