Un tercer testimonio de acoso estrecha el cerco sobre el gobernador de Nueva York
Cuomo da luz verde a la fiscal general para investigar las acusaciones en su contra, después de que en cinco días tres mujeres hayan denunciado su comportamiento
Tres mujeres han denunciado en menos de una semana sendos casos de acoso sexual y comportamiento inapropiado del gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo. El tercer testimonio, sobre un “encuentro incómodo” con el político en una boda consistente en un “avance no solicitado”, se conoció el lunes, apenas cinco días después de la primera denuncia, y al tiempo que la oficina del gobernador daba luz verde a la fiscal general de Nueva York, Letitia James, para investigar las acusaciones en su contra. Unas denuncias que la también demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, ha calificado de “creíbles”.
“¿Puedo besarte?”, preguntó Cuomo a Anna Ruch, de 33 años, durante un banquete nupcial en Nueva York en 2019 al que ambos asistían como invitados, según relata el diario The New York Times. El gobernador había puesto su mano en la parte baja de la espalda de la mujer, que se la retiró azorada, y a continuación le agarró ambas mejillas. Fue cuando, presuntamente, le preguntó si podía besarla, en voz tan alta que uno de los amigos de Ruch, que estaba cerca, le oyó y la sacó de allí. La mujer ha relatado lo sucedido al diario estadounidense en una entrevista, el lunes. “Estaba tan confusa y estupefacta e incómoda que me quedé sin palabras”, explicó. Su versión ha sido corroborada por el amigo. Hay testimonio gráfico del momento en que Cuomo, de 63 años, le agarra la cara por las mejillas.
El testimonio de Ruch es el tercero en menos de una semana contra Cuomo, después de que dos exasesoras denunciaran haber sufrido acoso en su lugar de trabajo. Como una bola de nieve, los relatos de hostigamiento se suman a la polémica originada por la ocultación de datos de la cifra de muertes por covid-19 en los geriátricos del Estado, que está siendo investigada por el FBI y la justicia, y que tiene en pie de guerra a la facción progresista de su propio partido. Para intentar frenar el escándalo, el propio Cuomo admitió el domingo que algunas cosas dichas en el pasado han podido ser malinterpretadas por sus víctimas como un coqueteo. “Si he hecho sentir eso a alguien, lo siento verdaderamente”, se disculpó mediante un comunicado.
Sin embargo, el gobernador guardó silencio el lunes, justo cuando se cumple un año del primer caso declarado de coronavirus en Nueva York. La gestión de la pandemia le lanzó al estrellato político en la primera ola, en la primavera pasada, hasta el punto de que algunos consideraban que dicha fama era la antesala de su salto a la arena política nacional. Pero la proliferación de escándalos, de los muertos en las residencias a los tres presuntos casos de acoso, pasando por la renuncia de expertos de su Administración por diferencias de criterio sobre la vacunación, empañan su carrera a corto plazo.
Los tres casos siguen un patrón parecido: mujeres jóvenes, hasta 30 años menos que él, ante las que pretendía constituirse en mentor, como él mismo explicó para rechazar la primera de las denuncias. Ruch es la única que no trabajaba para el gobernador ni para el Estado. Charlotte Bennet, la segunda denunciante, se refirió a sus disculpas calificándolas de “lamentables e inadecuadas”. “Estas no son las acciones de alguien que simplemente se siente malinterpretado, sino las de un individuo que ejerce su poder para evadir la justicia”.
La fiscal general James comunicó el lunes que ha recibido una carta oficial de la oficina del gobernador que da a su equipo “la autoridad para avanzar en una investigación independiente sobre las denuncias de acoso sexual presentadas contra el gobernador Cuomo”. “Esta no es una responsabilidad que tomamos a la ligera, ya que las denuncias de acoso sexual deben tomarse siempre en serio”, señaló. Las conclusiones se harán públicas.
En el mismo sentido que James se ha manifestado Pelosi horas antes de conocerse el tercer caso: “Las dos mujeres han de ser tomadas en serio, merecen ser escuchadas y tratadas con dignidad. La investigación independiente debe seguir el debido proceso y respetar a todos los involucrados”. Un poco más allá ha ido el alcalde de Nueva York, el también demócrata Bill de Blasio, adversario declarado de Cuomo, al afirmar que las denuncias le han puesto “enfermo”.
Si las acusaciones resultan ser ciertas, “el comportamiento de Cuomo habría sido asqueroso y escalofriante”, manifestó De Blasio, quien subrayó el patrón de comportamiento que subyace al hostigamiento: “El pensamiento de un hombre poderoso tratando de sacar partido a su poder, intimidando a una mujer joven, tratándola como si fuera de su propiedad”.
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