Un grafiti en un monumento a tropas aliadas de los nazis siembra la polémica en Canadá
La pintada apareció sobre un cenotafio a soldados ucranios que combatieron del lado alemán durante la Segunda Guerra Mundial
Una pintada con aerosol en un camposanto de Canadá ha movilizado a agentes policiales y a organizaciones civiles. La policía regional de Halton (provincia de Ontario) ha abierto una investigación tras denunciarse el pasado mes de junio que un cenotafio en homenaje a soldados ucranios había amanecido con un grafiti que decía: “monumento de guerra nazi”.
El mensaje sobre el monumento fue borrado poco tiempo después por personal del lugar, pero para entonces la policía ya lo investigaba como presunto delito de odio. Construido en el cementerio de St. Volodymyr, en la población de Oakville, conmemora a quienes combatieron en la Primera División del Ejército Nacional de Ucrania, conocida anteriormente como la 14.ª División de las SS, las temibles Escuadras de Protección del Partido Nacionalsocialista, y responsable de cometer numerosas masacres durante la Segunda Guerra Mundial.
Tras las primeras reacciones en contra a la decisión de investigar las pintadas como delito de odio, un portavoz policial indicó a un medio local que una sección del código criminal estipula que los mensajes en cualquier sitio público que inciten al odio contra cualquier grupo podrían acarrear penas de prisión por un máximo de dos años. “Este incidente ocurrió en un monumento y el grafiti parece apuntar a un grupo específico”, manfiestó Steve Elms al periódico Ottawa Citizen.
Sin embargo, las explicaciones de Elms no calmaron las protestas. Al contrario: Bernie Farber, presidente de la Red Canadiense contra el Odio expresó en Twitter que las fuerzas del orden deberían distinguir entre un ataque a la propiedad y un crimen motivado por el odio. “¡Me encuentro francamente estupefacto! Estaría encantado de impartir nuestro taller sobre odio y extremismo a la policía”, comentó. Por su parte, la oficina en Toronto de Amigos del Centro Simon Wiesenthal envió un mensaje a la policía regional de Halton para expresar sus preocupaciones, argumentando que “los nazis no son un grupo protegido" y que "no hay nada odioso respecto a objetar sobre ellos”.
La policía no tardó en emitir un comunicado asumiendo su responsabilidad. “La información inicial recopilada por nuestros investigadores indicaba que el grafiti podía ser motivado por el odio hacia los ucranios en general o a los miembros de dicha comunidad en la zona. En ningún momento el servicio de policía regional de Halton consideró que los destinatarios del mensaje fueran nazis”, afirmaba el documento, donde también se señalaba que la investigación pasaba a ser por vandalismo. Stephen Tanner, jefe de este cuerpo policial, manifestó después: “Lo más desafortunado de todo esto es que exista un monumento de este tipo”.
El alcalde de Oakville, Rob Burton, también se pronunció públicamente sobre este incidente: “Por desgracia, los Gobiernos municipales no pueden regular el contenido de los cementerios privados. Esto me resulta repugnante, porque familiares míos murieron combatiendo a los nazis”. Cabe señalar que existen otros dos monumentos similares en Canadá; ambos están ubicados en Edmonton (provincia de Alberta).
Una petición en Change.org pide apoyos para que el monumento sea retirado, aunque la decisión compete únicamente a la administración del cementerio donde se encuentra, que es privado. Miembros de la comunidad ucrania afincada en Canadá expresan en redes sociales que los soldados de esta división combatieron a Stalin y no a los países occidentales, y también subrayan que otros ucranios pelearon contra Hitler.
De acuerdo al último censo, hay 1.300.000 personas con raíces ucranias en suelo canadiense. Viven sobre todo en las provincias de Alberta, Manitoba, Saskatchewan y Ontario. Una investigación de Howard Margolian, exmiembro de la Unidad de crímenes de guerra del Departamento de Justicia de Canadá, sostiene que el país norteamericano admitió a unos 2.000 criminales de guerra o colaboradores nazis, la mayoría provenía de Ucrania y Hungría. A su vez, más de 40.000 canadienses de origen ucranio lucharon contra el Tercer Reich.
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