La maquinaria electoral de Bernie Sanders entre los latinos le impulsa en las primarias de Nevada
Cuatro años después de perder contra Clinton sin apenas organización, el senador ha desplegado una campaña sin precedentes para ganar en el Estado más diverso de las primarias
Unas elecciones en Nevada se ganan al grito de ‘sí, se puede’. No es un guiño a los latinos. No es una frase que el candidato pueda soltar al final de un discurso en inglés como una anécdota. Conectar con la población que habla español es la esencia misma de cualquier campaña electoral viable en un Estado con un tercio de población latina, en su mayoría con una experiencia de inmigración muy reciente. En Nevada, el favorito para ganar las primarias de este sábado no es el senador Bernie Sanders. El favorito es el Tío Bernie.
“En Nevada no se puede ganar si no les gustas a los latinos. Tan sencillo como eso, hermano”. El activista y sindicalista José La Luz era así de rotundo el jueves en las oficinas de campaña de Sanders en Las Vegas, donde un grupo de voluntarios se disponía a salir a tocar las últimas puertas para asegurarse de que los simpatizantes de Sanders estén el sábado presentes en los caucus que pueden sentenciar estas primarias.
Los latinos son un tercio de los tres millones de habitantes de Nevada. Más del 70% de la población del Estado vive en el condado donde se encuentra Las Vegas. El 33% de todos los demócratas registrados en Nevada son latinos. Son los trabajadores de la hostelería, la primera industria de la ciudad. En las cocinas de Las Vegas siempre se ha hablado español. Pero en la última década han crecido hasta ser mucho más. Hoy, barrios enteros de la ciudad solo hablan español.
Hace cuatro años, el senador Bernie Sanders se encontró aquí con una maquinaria electoral engrasada por Hillary Clinton desde una década antes. Voluntarios latinos recorrían los barrios de Las Vegas y llamaban a listas de simpatizantes en nombre de Clinton. La campaña de Sanders se componía de un grupo de activistas. El mayor evento de la campaña fue un mitin en un auditorio en Henderson, a las afueras. Aun así, Sanders se quedó a cuatro puntos en un estado donde las encuestas decían que Clinton iba a arrasar.
En 2020, la campaña omnipresente en la ciudad es la de Sanders. Aquella guerrilla de activistas es hoy un ejército. Sanders ha abierto 11 oficinas en todo el Estado, 8 de ellas en Las Vegas. La primera en abrir está en East Las Vegas, un barrio convertido en el corazón mexicano de Nevada. Esta oficina lleva haciendo trabajo de campo desde mayo de 2019. Por entonces, Sanders ya estaba emitiendo un anuncio en español en Iowa, ocho meses antes de que se votara en ese estado. En diciembre, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez vino a Las Vegas a hablar en un foro a favor de Sanders íntegramente en español. Según los datos de la campaña, han organizado 560 eventos bilingües y los voluntarios han hecho más de medio millón de llamadas en español.
Ese ejército de voluntarios son gente llegada de todo el país. Como Vaneik Echeverría, un actor y productor de teatro de Nueva York de 46 años que vino a Las Vegas a ayudar dos días y se ha quedado dos semanas. Asegura que la campaña es global. “He conocido voluntarios en la campaña que han venido de Alemania o de Eslovenia. Siempre hemos sido americanos los que íbamos a los sitios a arreglar los problemas. Ahora este país tiene problemas y está viniendo gente de todo el mundo a ayudar”. El pasado jueves fue a tocar puertas para pedir el voto para Sanders por tercera vez al mismo cruce de calles en el este de Las Vegas. Echeverría es de los que apoyaban a Sanders en 2016 y se negó a votar por Clinton. Este año, reconoce que votará “estratégicamente” y que el objetivo es vencer a Donald Trump, pero advierte al Partido Demócrata que no dé su voto por hecho.
En la oficina del este de Las Vegas estaba también Lupita Arreola, una señora mexicana de mediana edad venida de Arizona que ayuda con los equipos de voluntarios. Ya apoyaba a Sanders hace cuatro años, cuando las señoras latinas de su edad estaban ayudando a Clinton, porque era la candidata natural del partido. “De hecho perdí muchas amistades por eso. Y ahora están con Bernie Sanders y son mis amigas de nuevo”. Sanders está ahora ocupando las redes de apoyos latinos de las que disfrutó Clinton.
La marca Tío Bernie “se le ocurrió a Alexandria Ocasio-Cortez en un mitin en Nueva York y ha tenido una pegada tremenda”, explica José La Luz. “Cuando tocamos a las puertas, los chicos dicen: ‘¡Son la gente del tío Bernie, mamá! ¡Tenemos que hablar con ellos!”. Curiosamente, mientras los demás candidatos hacen esfuerzos más o menos acertados por decir unas palabras en español o mostrar cercanía a los inmigrantes, Sanders no hace nada parecido. Es un blanco judío de Nueva York que no dice una palabra en español. Según José La Luz, lo que hace que conecte con los latinos es “el apoyo de la gente trabajadora”. “Es por su consistencia. El Bernie Sanders de hoy es el mismo de hace 10 y 20 años atrás. Ha sido un campeón de la gente trabajadora y se lo están recompensando”, asegura. Sanders no conecta con los latinos porque hable en español, sino porque habla de ayudarles con la sanidad y la educación, que son los principales problemas que citan en las encuestas.
Sanders ganó el 66% del minúsculo voto latino de Iowa, según una estimación de la Universidad de California, y el 42% del también modesto voto latino de New Hampshire, según encuestas a pie de urna de CNN. En una reciente encuesta de Univision, el 33% de los votantes que se identifican como latinos iba a votar por Sanders. El siguiente es Joe Biden, el candidato más parecido a lo que fue Clinton hace cuatro años, con un 22%. Las encuestas coinciden en dar a Sanders alrededor del 30% de los votos totales este sábado, una diferencia muy grande para haber seis candidatos.
Nevada es el primer Estado que se parece al resto de Estados Unidos, el primer test real de quién puede aspirar a un apoyo amplio y quién no. Tras empatar en Iowa (voto blanco rural) y ganar en New Hampshire (voto blanco de los suburbios), el tirón de Sanders entre los latinos de Nevada terminaría de probar que su coalición de apoyos es la más amplia de todas las que se presentan. La siguiente cita es Carolina del Sur, donde se mide el apoyo entre los afroamericanos. Allí está segundo, por detrás de Biden.
Pero inmediatamente después llega el supermartes del 3 de marzo. Ahí, los dos estados más poblados del país, California y Texas, van a repartir entre los dos un tercio de los delegados necesarios para ganar la nominación (415 California y 228 Texas). Y los dos estados tienen, igual que Nevada, más de un tercio de población latina. Es decir, por como está configurado el calendario de estas primarias, se puede deducir que si un candidato gana con rotundidad en el laboratorio latino de Nevada tiene todo a su favor para salir del supermartes con la nominación al alcance de la mano.
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