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El partido de Evo Morales podrá presentarse en las elecciones presidenciales de mayo en Bolivia

El Tribunal Electoral boliviano ha anunciado que los nuevos comicios se realizarán el domingo 3 de mayo

Una manifestante en La Paz, en noviembre.
Una manifestante en La Paz, en noviembre. RONALDO SCHEMIDT (AFP)

El Tribunal Electoral de Bolivia ha tomado dos importantes decisiones sobre las elecciones que se realizarán en este país para superar la crisis política generada por la renuncia del expresidente Evo Morales y la anulación de los comicios generales anteriores. Las ha fijado para el 3 de mayo y ha desestimado las demandas que buscaban vetar la participación en ellas del partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS).

El vicepresidente del Tribunal Electoral, Óscar Hassenteufel, anticipó que el calendario electoral, que la institución publicará en breve, fija la primera vuelta el domingo 3 de mayo; de ser necesaria, la segunda vuelta ocurrirá unas seis semanas después, con lo que se espera que la transición a los nuevos gobernantes se produzca el 6 de agosto, día nacional de Bolivia. De este modo, el país sudamericano retornará al calendario político que estaba vigente antes del Gobierno de Morales, quien lo cambió para establecer el 22 de enero como día de la asunción presidencial y del Estado plurinacional.

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Por otra parte, el Tribunal Electoral encontró que no existe ninguna ley que lo obligue a prohibir la participación del MAS en el proceso electoral y, en consecuencia, rechazó varias peticiones individuales que se le habían hecho para que disolviera legalmente a este partido, a fin de sancionarlo por su responsabilidad en el fraude electoral, como valoró la OEA, del pasado 20 de octubre.

La primera gran encuesta electoral, realizada hace poco por el canal de televisión Unitel, ponía al candidato del MAS, que aún no se conoce, en primer lugar, con 20,7%. Lo seguía en la intención de voto la actual presidenta del país, Jeanine Áñez, con 15,6% y Carlos Mesa, con 13,8%. Luis Fernando Camacho y Marco Pumari, los dos dirigentes del “movimiento cívico” que se atribuye la responsabilidad por el derrocamiento de Morales, que acaban de unirse para postular a la presidencia y la vicepresidencia, respectivamente, aparecen inmediatamente después. La encuesta los midió individualmente porque habían tenido un grave distanciamiento a consecuencia de la aparición de un audio de Pumari que supuestamente grabó Camacho, en el que el primero le pide al segundo 250.000 dólares y la dirección de una aduana a cambio de apoyarlo. Ahora los dos constituyen una sola alternativa bajo el lema “Dios, Patria, Pueblo”.

La dispersión de las opciones oficialistas llevó a la presidenta Áñez a convocar, todavía sin fecha, a una “cumbre política” de los líderes políticos contrarios a Morales, con la idea de formar un “frente único” que asegure que el MAS no vuelva a levantar cabeza. La popularidad de Áñez hace suponer que este cónclave estará orientado a asegurar su liderazgo sobre un gran bloque electoral. Sin embargo, la presidenta aseguró que ella no va a ser candidata.

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Otros impulsores del frente contra el MAS son Camacho y Pumari, que no quieren en él a los “políticos tradicionales”, lo que deja fuera a Carlos Mesa, que encabezó a las fuerzas contrarias a Morales en las últimas elecciones; a Samuel Doria Medina, que lo hizo en las de 2014, y a Jorge Quiroga, que lo hizo en las de 2005. Todos ellos están preparándose para la campaña que comenzará en febrero.

La fórmula del MAS se elegirá este 19 de enero de entre, al menos, cuatro precandidatos, cada uno de los cuales representa a una facción del otrora poderoso partido izquierdista. Andrónico Rodríguez, de 30 años, el segundo de Morales en la dirección de los sindicatos cocaleros, es el postulante del “núcleo duro” del partido, pero no necesariamente el favorito del expresidente, que, en cambio, parece inclinarse por Diego Pari, de 43 años, su último canciller, quien se encuentra exiliado junto a él en Argentina. Estos dos aspirantes son quechuas, es decir, indígenas del centro y el sur del país. El tercero, David Choquehuanca, de 58 años, es el “histórico” ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno del MAS y representa a los aimaras, que habitan en el norte del territorio. El único político no indígena que suena como posible carta de la oposición es Luis Arce, de 56 años, antiguo ministro de Economía y, por esto, considerado artífice del llamado “milagro boliviano”, que aseguró el crecimiento de la producción y del bienestar durante 14 años, pero no impidió que, en noviembre pasado, Evo Morales tuviera que renunciar y escapar del país.

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