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Renzi y Conte aplazan la decisión sobre una posible crisis de Gobierno en Italia

La aprobación del presupuesto la próxima semana pondrá a prueba la solidez del Ejecutivo

El primer ministro, Giuseppe Conte, en Bruselas.
El primer ministro, Giuseppe Conte, en Bruselas.POOL (Reuters)
Daniel Verdú

La crisis de Gobierno por etapas que desató Matteo Renzi hace una semana en Italia ha llegado este jueves a una de las fases cruciales. El líder de Italia Viva y ex primer ministro se ha reunido a última hora de la tarde con el primer ministro, Giuseppe Conte, parta exponer los motivos de la amenaza de hacer caer el Ejecutivo del que él mismo forma parte. Un tira y afloja entre los dos políticos que se ha convertido en una suerte de reality show en el que los protagonistas retransmiten la situación antes incluso de que haya habido novedades. Por la mañana, Renzi había publicado una carta dirigida al primer ministro en la que ya desvelaba sus pretensiones. La reunión debía producirse Renzi por la mañana, pero Conte tuvo que viajar a Libia para asistir a la liberación de 18 pescadores que llevaban más de 100 días encarcelados ilegalmente.

La reunión entre los dos duró apenas 30 minutos. Mucho menos que las más de dos horas que Conte estuvo sentado con los otros partidos de la coalición de Gobierno (Movimiento 5 Estrellas y Partido Democrático). Ambas partes hicieron saber que había sido satisfactoria. Básicamente se aplaza el choque y se gana tiempo, probablemente hasta después de Navidad. Las posturas seguían muy alejadas.

El ex primer ministro está molesto porque considera que los partidos que forman la coalición de Gobierno están tratando de aislarle y presentarle como un oportunista. “Estos días el relato construido desde el Palacio [Chigi, por la sede de la presidencia del Gobierno] dice que los de Italia Viva quieren cargos. Es el populismo aplicado a la comunicación, pero sobre todo, una gran mentira”, arrancaba Renzi en su carta. La misiva era una respuesta al intento del resto de partidos de convertirle públicamente en el causante de una crisis irresponsable en un momento de extrema fragilidad. Algo que empieza a coincidir con la opinión pública, cansada del sainete político en un momento crucial para contener la pandemia.

Renzi, sin embargo, amenaza de nuevo con hacer dimitir a sus ministros si no se atiende la modificación que exige del modelo de gestión de los 209.000 millones de euros de fondos europeos que Italia debe recibir. En la carta cita al expresidente del BCE Mario Draghi, sabiendo que es una de las referencias que más irritan a Conte, que teme ser sustituido por él en algún momento. Además, pide al primer ministro que Italia acepte los 36.000 millones de euros procedentes del Mede destinado a la Sanidad. Una frontera infranqueable para el Movimiento 5 Estrellas que pondrá a Conte en serios aprietos si quisiera traspasarla. Renzi lo sabe y busca con ello tensionar todavía más la situación.

El calendario de una posible crisis de Gobierno apunta a una nueva etapa en la aprobación de la ley de presupuestos, que pasará por la Cámara de Diputados el 23 de diciembre y el 28, por el Senado. Italia Viva no debería obstaculizar que salga adelante. Pero Renzi podría obligar a sus ministras a dimitir para abrir las primeras grietas. Si eso sucediese, Conte debería dar cuenta sobre la estabilidad del Ejecutivo en el palacio del Quirinal —sede de la presidencia de la República— y mostraría la debilidad del Ejecutivo.

La realidad es que el Partido Democrático (PD) estaría dispuesto a que todo se saldase con una remodelación de Gobierno y aumentar su presencia en el Consejo de Ministros. En el palacio Chigi, como el propio Renzi recordaba en su carta, están convencidos también de que esa vía apaciguaría la tensión con Italia Viva y podría solventar la crisis. Al menos temporalmente.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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