La guerra en el norte de Etiopía se extiende a la región de Amhara tras el bombardeo de dos aeropuertos
Más de 17.000 refugiados han caminado a pie hasta la vecina Sudán, según Naciones Unidas
El Frente de Liberación del Pueblo Tigray (TPLF) lanzó un ataque con misiles este viernes contra dos aeródromos situados en la región de Amhara, tal y como ha reconocido el portavoz del Ejército regional Getachew Reda a una televisión local. “Hemos provocado graves daños a las zonas militares de los aeropuertos de Gondar y Bahir Dar”, aseguró Reda, quien además acusó a las autoridades eritreas de estar implicadas en los bombardeos contra Tigray. De esta manera la guerra entre el Gobierno federal y el TPLF alcanza a una segunda región y amenaza con extenderse al país vecino.
“Tanto si los ataques proceden de Asmara (la capital de Eritrea) como de Bahir Dar habrá represalias, lanzaremos misiles contra objetivos escogidos además de los aeropuertos”, dijo Reda, quien añadió nuevas amenazas contra el país vecino. “Vamos a lanzar misiles para frustrar todo movimiento militar en Asmara y Massaoua”, puerto eritreo situado en el Mar Rojo. Los ejércitos etíope y eritreo mantuvieron duros enfrentamientos por un conflicto fronterizo a finales de los años noventa cuando los tigray dominaban el aparato del estado en Addis Abeba. El actual primer ministro etíope Abiy Ahmed firmó la paz con Eritrea a su llegada al poder en 2018.
El temor a una deriva intercomunitaria de la violencia también es fuerte. La masacre de la noche del 9 de noviembre denunciada por Amnistía Internacional (AI), en la que decenas de civiles fueron asesinados en la localidad de Mai Kadra a golpes de machetes y cuchillos, es un peligroso punto de inflexión. La alta comisaria para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, habla de posibles “crímenes de guerra” y anuncia una investigación. Testigos presenciales dijeron a AI que la mayoría de las víctimas eran amharas y que fueron asesinados por su pertenencia étnica, mientras que los ejecutores serían fuerzas leales al TPLF, según los testimonios recogidos por esta organización.
Por otra parte, los bombardeos en Tigray y los enfrentamientos entre ambos bandos en la parte occidental de esta región han provocado un enorme flujo de refugiados hacia la vecina Sudán. Naciones Unidas estima que ya son unos 17.000. La mayor parte de estos refugiados proceden de la ciudad de Humera, que el Ejército federal aseguró haber tomado el pasado miércoles, y llegan caminando a la frontera sudanesa después de 30 kilómetros de marcha. ACNUR ha alertado de una emergencia humanitaria y ha pedido a las dos partes en conflicto que abran pasillos para permitir la salida de personas y, al mismo tiempo, la llegada de suministros.
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