Más de 8.000 indígenas se movilizan hasta Bogotá para exigir al Gobierno de Iván Duque que los escuche
La resistencia de las comunidades, que reclaman el fin de las masacres y los asesinatos, llega hasta la capital de Colombia ante la negativa del presidente de reunirse con ellos en su territorio
La palabra minga es un sinónimo de resistencia de los pueblos indígenas de los Andes; y en Colombia, el nombre de una movilización social a la que no ha escapado ningún Gobierno en las últimas décadas. Sin embargo, hace 10 años que la minga indígena con sus chivas, bastones y banderas no llegaba masivamente a la capital, Bogotá.
El domingo, tras una semana de recorrido desde el Cauca, en el suroeste del país, y ante la negativa del presidente, Iván Duque, de reunirse personalmente con ellos en Cali, más de 8.000 indígenas decidieron viajar a la capital para insistir que los escuche, entre otros temas, sobre las masacres y asesinatos de líderes de sus comunidades. “Si Duque no viene a la minga, la minga va donde Duque y punto. Está dicho”, ha afirmado el congresista indígena Feliciano Valencia.
La llegada de los indígenas a Bogotá supone un desafío para el Ejecutivo de Iván Duque ante una nueva semana de protestas sociales. Aunque en principio eran movilizaciones separadas, la minga coincidirá con el paro nacional promovido por las organizaciones sociales y sindicales para el 21 de octubre, miércoles, en medio de un ambiente caldeado tras las protestas de septiembre que terminaron con 14 muertos presuntamente a manos de la Policía.
Desde que comenzó el recorrido de 600 kilómetros, el Gobierno alertó sobre el riesgo de contagio de coronavirus que podría generar la aglomeración de los indígenas; mientras desde algunos sectores afines al partido de Gobierno, Centro Democrático, sugieren que la minga está infiltrada por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla activa en Colombia, o por disidencias de las FARC. Los indígenas han respondido que no es la primera vez que se estigmatiza la marcha social y que ellos son víctimas de esos grupos armados. De acuerdo con la ONG Indepaz, al menos 167 líderes indígenas han sido asesinados durante la presidencia de Duque.
La minga se ha convertido también en otro punto de tensión entre el Gobierno local y el central. La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, asumió la logística para la recepción de los indígenas y dispuso un parque con carpas y aseos para ellos. Los indígenas viajaron con alimentos cultivados en sus territorios. "El uribismo no puede venir a decirle al país que para defender a un presidiario sí se puede marchar, pero para defender los derechos de los colombianos, no”, dijo López en clara alusión al expresidente Álvaro Uribe, que estuvo detenido y sigue investigado por un caso de fraude procesal y soborno de testigos. La regidora fue más allá y habló del “desgobierno” de Iván Duque como la causa de la crispación social. “La minga llega a Bogotá por la incapacidad del presidente de concertar con ellos [una cita] en su territorio”, agregó López.
Álvaro Uribe fue uno de los primeros en pronunciarse contra la minga. Según el exmandatario, esta tiene un “objetivo político” que es “la toma socialista del Estado”, una frase que ha dado aliento a sus seguidores, que hablan de “invasión indígena” y promueven una etiqueta de redes sociales para que el Gobierno saque el Ejército contra la movilización de estas comunidades. Un grupo de congresistas uribistas pidió también que el Gobierno tenga preparado un decreto de Conmoción Interior para enfrentar la violencia durante las protestas. Sin embargo, la minga ha transcurrido con total tranquilidad tanto en las ciudades por las que pasó en el recorrido como en Bogotá.
Aún no está claro si el presidente accederá a reunirse con los indígenas. A través de diferentes funcionarios, el Ejecutivo ha dicho que varios de sus ministros ya estuvieron en el Cauca y se reunieron durante cuatro horas con los líderes de la movilización; que han cumplido con el 80% de los compromisos adquiridos con los indígenas desde 2019; y que el presidente no acudió al encuentro porque no se trata de una minga reivindicativa, en la que los indígenas exigen sus derechos, sino una de carácter político.
Por la tarde, mientras la Plaza de Bolívar se llenó de comunidades indígenas y otros ciudadanos que marcharon de forma pacífica, Duque habló desde el Congreso Latinoamericano de Moda y dijo que “nada justifica poner en riesgo la salud”, en referencia a las aglomeraciones y a los posibles contagios por la covid-19. “Si tenemos discusiones démoslas en el marco de la democracia, pero sin emplazamientos ni ultimátum, ni invocar juicios políticos que no tienen asidero”, agregó.
Los indígenas instalaron una silla vacía frente a la Casa de Gobierno para escenificar la ausencia de Duque y un “juicio político”, al tiempo que altos funcionarios del Ejecutivo anunciaron que viajarán a Totoró, Cauca, para reunirse con los pueblos indígenas, aunque no es claro con cuáles, pues los líderes de la minga han dicho que permanecerán en Bogotá hasta que Duque en persona les reciba.
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