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Detenido un expresidente de Mauritania por corrupción

Mohamed Ould Abdelaziz, distanciado del actual jefe de Estado, se enfrenta a graves acusaciones de contratación irregular y malversación

José Naranjo
El expresidente de Mauritania Mohamed Ould Abdelaziz en junio de 2019 durante las elecciones presidenciales en Nuakchot.
El expresidente de Mauritania Mohamed Ould Abdelaziz en junio de 2019 durante las elecciones presidenciales en Nuakchot.SIA KAMBOU

El expresidente de Mauritania Mohamed Ould Abdelaziz fue detenido este lunes por la tarde en el marco de una investigación judicial por varios casos de corrupción y malversación de fondos públicos que fueron destapados por un informe de una comisión parlamentaria de investigación. Abdelaziz, quien pasó la noche en la Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN), está siendo interrogado por la policía.

El arresto del expresidente se produjo sobre las cinco de la tarde del lunes después de que se negara a acudir a las dependencias policiales para someterse a un interrogatorio. En ese momento, agentes de la seguridad se personaron en su domicilio de Nuakchot y se lo llevaron detenido. Desde entonces se encuentra en la sede de la DGSN prestando declaración. Durante la investigación parlamentaria, que condujo a la destitución de todo el Gobierno, varios de sus exministros le señalaron como el máximo responsable de los supuestos hechos delictivos.

La detención de Abdelaziz es el último capítulo del distanciamiento entre el actual presidente, Mohamed Ould Ghazouani, en el cargo desde hace un año, y su antecesor. Ambos fueron compañeros de armas en el Ejército, se aliaron en el golpe militar que puso fin a un breve experimento democrático en 2008 y fueron estrechos colaboradores durante los 11 años en que Abdelaziz fue presidente. Ghazouani llegó a ocupar los puestos de Jefe del Estado Mayor de la Defensa y ministro del ramo y posteriormente fue elegido sucesor a la presidencia. Sin embargo, pocas semanas después de ganar las elecciones las relaciones entre ambos empezaron a deteriorarse.

Los desplantes de Abdelaziz al que fuera su delfín llegaron a un punto de no retorno cuando intentó hacerse con el control del partido gubernamental, la Unión por la República, lo que Ghazouani interpretó como un intento de marcarle el paso como presidente. El pasado mes de enero, el jefe de Estado avaló la creación de una comisión de investigación parlamentaria inédita en la historia de Mauritania para arrojar luz sobre la corrupción del régimen de Abdelaziz entre 2008 y 2019.

Los parlamentarios pusieron el foco en una decena de casos de diversa índole, desde contrataciones irregulares, venta de terrenos públicos de manera opaca y concesiones que no respetaban los procedimientos de fiscalización establecidos por la ley. Los ministros convocados a la citada comisión, tanto del actual Gobierno como de la era Abdelaziz, señalaron al expresidente como el máximo responsable y quien tomaba todas las decisiones. Durante el proceso incluso salió a la luz el intento de este de regalar una isla al entonces emir de Catar sin pasar por ningún control ni del Gobierno ni de la Asamblea Nacional.

Abdelaziz se negó a declarar ante la comisión, pero el informe final fue transferido por los diputados a la Justicia que se puso rápidamente manos a la obra y comenzó a interrogar a altos cargos y ministros, que confirmaron ante el fiscal que el expresidente era responsable de todo. En los últimos días, la policía se incautó de numerosos vehículos pertenecientes a Abdelaziz y ordenó el cierre de los locales de un partido político afín a medida que el cerco se iba estrechando en torno a él.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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