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La emigración de británicos a la UE creció un 30% tras el voto del Brexit

Un estudio revela que España es el destino favorito de lo que salen del país

Un grupo de británicos, en el aeropuerto de Ibiza, el pasado domingo.
Un grupo de británicos, en el aeropuerto de Ibiza, el pasado domingo.ISABEL INFANTES (GTRES)

La cifra de británicos que han emigrado a otros países de la UE desde el referéndum sobre el Brexit de 2016 aumentó un 30% sobre el porcentaje habitual de salidas hacia el espacio común europeo. Y su destino privilegiado fue España, destacan las conclusiones de un estudio elaborado por dos destacadas instituciones del Reino Unido y Alemania cuyos resultados no contemplan, sin embargo, los futuribles de la posible alteración de ese flujo a causa de la pandemia.

La investigación realizada conjuntamente por la Universidad de Oxford y el Centro de Ciencia Social de Berlín, a la que ha tenido acceso en exclusiva el diario británico The Guardian, revela que más de la mitad de ese 30% decidió abandonar las islas británicas en los tres meses que siguieron al referéndum sobre la permanencia o abandono de la Unión Europea, en junio de 2016.

El resultado de la consulta, que se decantó por casi cuatro puntos hacia el desengarce de Europa, pilló a contrapié a muchos en el Reino Unido: al propio Gobierno de David Cameron, que había convocado el referéndum convencido de que un sí a Europa zanjaría las disputas internas en su Partido Conservador; a las incrédulas instituciones de Bruselas y, sobre todo, a tantos profesionales británicos de distintos ámbitos que entendieron que había que hacer las maletas antes de que se levantaran inesperadas barreras comerciales entre las islas y “el Continente”.

Como botón de muestra, el promedio anual de emigración de británicos hacia territorio español se multiplicó por cinco entre el periodo 2008-2015 (con una media constante de 2.300 personas) y los tres años que sucedieron al plebiscito sobre el Brexit (21.250 nuevos emigrados). Francia, un país especialmente accesible a través del canal de la Mancha y eternamente admirado por unos británicos que envidian su estilo de vida, ha sido el segundo destino de refugio.

Muchos han sido, además, los británicos decididos a solicitar un pasaporte de la UE, en buena parte de los casos acreditando sus muchos años de residencia y trabajo en algún país de la UE. Las peticiones en ese sentido a Alemania, un país que atrae especialmente por su solidez económica, rebasaron el 2.000% respecto a los porcentajes habituales y se han traducido hasta la fecha en la nacionalización de 31.600 británicos.

Los ciudadanos de la UE instalados en el Reino Unido entienden muy bien esa aprensión de sus colegas británicos, sobre todo los que verán perjudicado el ejercicio de profesiones beneficiarias del libre trasiego del mercado común, como ocurrirá en la City de Londres a partir del 31 de diciembre. Ellos también empezaron a hacer las maletas cuando entendieron que el Reino Unido iba a convertirse en un destino mucho menos atractivo en el ámbito de las finanzas.

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La inmigración neta de ciudadanos de la UE, es decir, la diferencia entre los que llegaron y los que se fueron, fue de 48.000 personas en el último año, la cuota más baja registrada desde 2003. Se trata de una fuerza laboral europea que nutre sectores neurálgicos como la sanidad pública o la investigación en universidades punteras del país.

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