Rusia afirma que los supuestos mercenarios detenidos en Bielorrusia iban a América Latina
Moscú asegura que los 33 rusos acusados por Minsk de preparar disturbios de cara a las elecciones son empleados de una compañía de seguridad que estaban en tránsito a un tercer país
Rusia asegura que los 33 ciudadanos rusos detenidos la semana pasada en Bielorrusia y acusados de intentar provocar disturbios para desestabilizar el país iban camino de América Latina. El embajador ruso en Minsk, Dmitri Mezentsev, declaró este fin de semana en un comunicado que Minsk identifica como mercenarios del grupo Wagner, una compañía militar con vínculos con el Kremlin, son empleados de una compañía de seguridad y que estaban en la capital bielorrusa de tránsito para viajar a Estambul y de ahí a un país no identificado de América Latina. Moscú insiste en que el arresto es “infundado y exagerado”.
En la noche del martes pasado al miércoles, una unidad especial del KGB (Bielorrusia es el único país que mantiene el nombre soviético de su servicio de inteligencia) detuvo a las afueras de Minsk a 32 ciudadanos que, según sus informaciones, son contratistas militares del grupo Wagner; otro fue arrestado en el sur del país. Un día después les acusó de colaborar con la oposición bielorrusa y de planear “actos de terrorismo” de cara a las elecciones presidenciales del próximo domingo, unos comicios en los que por primera vez en años Aleksandr Lukashenko, que lleva más de un cuarto de siglo en el poder, se enfrenta a una oposición real.
“Quiero destacar que cada uno de los detenidos ha asegurado a los diplomáticos rusos que entró en el país [Bielorrusia] en tránsito”, ha dicho esta mañana el cónsul ruso en Minsk, Kirill Pletnev, a la cadena estatal rusa Rossía 1. “El destino final era un país de la región de América Latina”, ha añadido sin precisar cuál.
Rusia, que tiene estrechas relaciones con varios países latinoamericanos, envió el año pasado a decenas de “especialistas militares” a Caracas. Varios informes han identificado que también llegaron contratistas de Wagner.
Moscú, que no ha reconocido que los arrestados en Bielorrusia sean mercenarios de la compañía Wagner y que nunca ha admitido la existencia de esa empresa, ha reclamado este lunes una investigación conjunta. “Los rusos pueden ser empleados de una compañía de seguridad privada, que, como parte del cumplimiento de las obligaciones de un contrato comercial, debe garantizar la protección de la infraestructura y los recursos energéticos en el extranjero, en absoluto en Bielorrusia”, ha dicho en un comunicado Mezentsev.
El viernes, el comité de investigación bielorruso aseguró que había interrogado a los rusos detenidos y que habían dado “coartadas e informaciones contradictorias”. Este organismo afirma que 11 de los arrestados dijeron que planeaban volar a Venezuela; 15, a Turquía; dos, a Cuba y uno que planeaba trasladarse a Siria. Otro aseguró que no conocía su destino de viaje y otros tres se negaron a declarar.
En Rusia los ejércitos privados son ilegales, también combatir en uno en el extranjero. Sin embargo, varias investigaciones señalan que la compañía Wagner, que pertenece a Yevgeni Prigozin, un empresario estrechamente vinculado con el presidente Vladímir Putin, según distintos informes, ha enviado mercenarios a países como Ucrania, Siria, Libia o Venezuela. Los contratistas de Wagner, soldados bien formados y experimentados, suelen desplegarse en apoyo a la política del Kremlin y allí donde Moscú no puede intervenir directamente.
Mientras los actos de campaña de la opositora Svetlana Tijanóvskaya, que ha unido fuerzas con las jefas de campaña de otros dos opositores vetados, siguen sumando miles de personas y cobrando fuerza, Lukashenko agudiza sus acciones para tratar de permanecer en el poder. El descontento de la ciudadanía por la crisis económica y la gestión de la pandemia de coronavirus crece y el líder bielorruso, de 65 años, está dando un puñetazo sobre la mesa al exigir una explicación a Rusia sobre qué hacían los arrestados en Bielorrusia. El incidente puede tensar aún más las relaciones entre ambos países, aliados pero con los vínculos deteriorados después de que Moscú rechazase ampliar varios acuerdos comerciales de los que Minsk es muy dependiente.
“El arresto de ciudadanos rusos, llevado a cabo bajo un pretexto infundado y exagerado, no corresponde al espíritu de las relaciones aliadas fraternas entre los dos países y pueblos”, ha dicho el Ministerio de Exteriores ruso en un comunicado.
Una investigación del diario independiente ruso Novaya Gazeta ha identificado a varios de los detenidos como mercenarios del grupo Wagner. También el escritor ultranacionalista ruso Zajar Prilepin, que combatió en el Este de Ucrania junto a los separatistas prorrusos respaldados por el Kremlin, asegura que algunos de los arrestados fueron combatientes de su batallón. Esto ha llevado a Ucrania, que también asegura tener fichados a varios, a plantearse pedir la extradición de los detenidos para procesarlos por su participación en el conflicto del Donbás.
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