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Choques entre Armenia y Azerbaiyán avivan el temor a una escalada en el conflicto por el enclave del Alto Karabaj

El enfrentamiento más grave desde 2016 deja al menos 16 muertos entre los dos países, en disputa desde 1994 por el control de la zona

María R. Sahuquillo
Un soldado armenio toma posiciones en Tavush, el martes.
Un soldado armenio toma posiciones en Tavush, el martes.AP

La escalada en las hostilidades entre Armenia y Azerbaiyán ha causado al menos 16 muertos desde el domingo. Los combates en la frontera entre ambos países, enfrentados desde el derrumbe de la URSS por el montañoso enclave del Alto Karabaj, son los más graves desde 2016. Yereván y Bakú se acusan mutuamente de invadir sus territorios e iniciar los ataques. El martes por la noche, cientos de personas reclamaron en las calles de capital azerbaiyana una movilización contra Armenia. Mientras, Turquía, unida por estrechos vínculos a Bakú, tildó a Yereván de “imprudente” y aseguró que sus acciones han sido “deliberadas”. Moscú, aliado de Armenia, donde tiene una base militar, ha pedido contención.

Pese al alto el fuego acordado en 1994, la zona alrededor del Alto Karabaj y la frontera entre los dos países ha visto repetidos y letales combates en los últimos años. Y aunque la escalada se ha detenido durante la pasada noche, la situación aviva los temores a que se reactive el conflicto, latente desde la firma de la tregua, e implique a Moscú y Ankara. El enclave montañoso del Alto Karabaj o Nagorno Karabaj, controlado por Armenia en suelo de Azerbaiyán, es escenario de uno de los conflictos territoriales que quedó tras el derrumbe de la Unión Soviética.

Los choques con artillería pesada han matado desde el domingo a un civil y a 11 militares azerbaiyanos, entre ellos dos oficiales de alto rango, según Bakú. Armenia, tras dos días sin hablar de bajas, informó ayer de la muerte de cuatro soldados. Hay varios heridos en ambos bandos. Los incidentes se localizaron esta vez en la frontera volátil entre ambos países, entre las ciudades azerbaiyanas de Tovuz y Gazakh y la zona armenia de Tavush, a unos 280 kilómetros al norte de Nagorno Karabaj.

El ministro de defensa de Azerbaiyán ha acusado a Armenia de violar el alto el fuego y de tratar de hacerse con territorio azerbaiyano. Mientras, el Ministerio de Defensa de Armenia asegura que drones azerbaiyanos lanzaron un ataque contra la ciudad de Berd, apuntando a la infraestructura civil. Uno de los drones fue derribado, según Yereván, que acusa a las fuerzas azerbaiyanas de colocar artillería y utilizar a civiles como escudo en la zona de Tavush; también de lanzar ciberataques en las web del Gobierno armenio.

El presidente de Azerbaiyán, Iljam Alíev, afirmó que los incidentes son “otra provocación de Armenia” y prometió proteger su territorio. El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, acusó al país vecino de provocar los enfrentamientos y advirtió que Bakú sería “responsable de las consecuencias impredecibles de la desestabilización regional”.

La pasada noche, por primera vez desde el domingo, no se registraron grandes escaladas, pero cientos de personas se manifestaron en Bakú. Allí, ondeando banderas azerbaiyanas corearon lemas como “Karabaj es nuestro, y seguirá siendo nuestro” o “¡Comandante supremo, danos armas!”. La policía ha desalojado esta mañana a un grupo de manifestantes que irrumpió durante la madrugada en el Parlamento azerbaiyano, para exigir acciones militares contra Yereván.

Manifestación en Bakú para reclamar una intervención militar en el Alto Karabaj, el martes por la noche.
Manifestación en Bakú para reclamar una intervención militar en el Alto Karabaj, el martes por la noche.Aziz Karimov (AP)

Durante la época de la URSS, el Alto Karabaj era una provincia autónoma de Azerbaiyán, habitada por una mayoría de armenios. En 1988, los armenios de la provincia aprobaron una resolución que reclamaba unirse a Armenia. Estalló entonces un conflicto que causó unos 25.000 muertos y centenares de miles de desplazados. En 1994, las fuerzas armenias se hicieron con el control del enclave y de otros territorios que reclama como una “franja de seguridad”. Se considera una región independiente y está unida a Armenia por un corredor. Azerbaiyán estima que la solución al conflicto pasa por la devolución de los territorios y reclama que varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU lo respaldan. En 1994, Bakú y Yereván alcanzaron un alto el fuego y encauzaron una resolución al conflicto en el marco de diálogo del llamado grupo de Minsk (codirigido por Rusia, EE UU y Francia y bajo el amparo de la OSCE), pero desde entonces se han producido incidentes. El más grave hace cuatro años, que coincidió además con el deterioro de las relaciones entre Moscú y Ankara.

Azerbaiyán, una potencia petrolera cuyo gasto militar supera todo el presupuesto de Armenia, ha aumentado recientemente sus fuerzas armadas y ha amenazado con actuar para recuperar el control del Alto Karabaj. Pero son acciones medidas, señala el analista especializado en el espacio postsoviético Alexánder Sytin, Armenia pertenece a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, una alianza político militar liderada por Moscú, además de acoger una base rusa en su territorio.

Turquía ha expresado su apoyo al Gobierno de Iljam Alíev. “El incidente no es una violación o conflicto fronterizo, sino un ataque deliberado directamente contra Azerbaiyán”, dijo el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el lunes. “Armenia caerá en el agujero que está cavando para otros”, añadió durante una reunión de su gabinete, según cita el diario Hürriyet.

Rusia está tratando de activar la vía diplomática para que la escalada no vaya a más. Ayer, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, conversó con sus homólogos armenio y azerbaiyano para pedir un alto el fuego inmediato. Moscú, afirma que el Kremlin, está “profundamente preocupado” por los enfrentamientos y ha llamado “a la moderación” a ambos países.

El conflicto preocupa a la comunidad internacional no solo por la inestabilidad para en el sur del Cáucaso, una región que sirve como corredor para los gasoductos y oleoductos que transportan gas para varios mercados. También desde el punto de vista de la acción de las potencias regionales con influencia en la zona. Moscú y Ankara tienen buenas relaciones ahora, pero también mantienen una alianza incómoda por su apoyo a partes enfrentadas en Siria, y ahora también en Libia.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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