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La Cámara de Representantes aprueba que Washington DC se convierta en Estado

La ley nace prácticamente muerta ya que con total seguridad no superará la prueba en el Senado

Yolanda Monge
La alcaldesa Muriel Bowser se cubre con una mascarilla con la leyenda 51.
La alcaldesa Muriel Bowser se cubre con una mascarilla con la leyenda 51.YURI GRIPAS (Reuters)

En una votación que pasará a la historia, la Cámara de Representantes ha votado este viernes convertir a Washington DC en el Estado número 51 de la Unión. Frente a la euforia de los demócratas y los washingtonianos, el Partido Republicano calificó la decisión como una maniobra para obtener más poder político por parte del partido Demócrata. El conteo final fue de 232-180.

“Esta ley permite que nuestro país viva según la afirmación de que es una democracia”, declaró la representante de DC, Eleanor Holmes Norton, miembro demócrata de la Cámara pero sin derecho a voto. “Decimos ser una democracia que sin embargo niega esa misma democracia a los residentes de su propia capital”, declaró la política, quinta generación de washingtonianos y cuyo bisabuelo fue esclavo en una plantación de Virginia.

Aunque los defensores de la estatidad son conscientes de que esta es una ley que nace muerta, ya que no logrará pasar un voto -de llegar a convocarse- en el Senado de mayoría republicana y además cuenta con el veto ya anunciado del presidente Donald Trump.

“Se trata de poder, que nadie se engañe”, dijo el representante de Texas Chip Roy, en referencia a que si DC lograra convertirse en un Estado sin duda los senadores elegidos serían demócratas y los congresistas también, lo que sin duda cambiaría el balance del Capitolio. Quienes se oponen al cambio de estatus argumentan que los Padres Fundadores deseaban que la capital estuviera claramente separada del resto de Estados.

Los Estados de Maryland y Virginia cedieron tierras en la década de 1780 para la creación de una capital federal a lo largo del río Potomac. Washington, el Distrito de Columbia, se convirtió en la capital permanente de Estados Unidos en 1790. El nuevo Estado se llamaría Washington Douglass Commonwealth, tomando el nombre del primer presidente de la nación, George Washington, y el prominente abolicionista negro Frederick Douglass.

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Para la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, se trata de un “error histórico” que debe corregirse. Nací aquí sin voto [en el Congreso], pero juro que no moriré aquí sin voto”, agregó. Bowser dijo que los habitantes de Washington pagan impuestos, sirven en el ejército, tienen negocios y crían hijos y, sin embargo, están privados de sus derechos porque no tienen representación electoral en el Congreso. Varios demócratas en la Cámara, incluida la presidenta, Nancy Pelosi, y el líder de la mayoría demócrata, Steny Hoyer, utilizaron las máscaras para protegerse del coronavirus para hacer campaña y lucir el 51, número en el que se convertiría el nuevo Estado dentro de la Unión.

Defensores de la estatidad han creado un grupo llamado 51 for 51 que viajó por todo el país el año pasado buscando el apoyo de los candidatos presidenciales, incluido el eventual candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, quien tuiteó el pasado jueves a favor de que DC se convierta en un Estado. 51 for 51 busca que el futuro presidente apoye la causa y si llegara el caso evitara el filibusterismo que se daría en el Senado para frenar la ley por parte republicana.

La última vez que se votó en la Cámara la propuesta para que D.C. (abreviatura en siglas por las que se conoce al Distrito de Columbia) se convirtiera en un Estado fue en 1993 y fracasó por 277 votos frente a 153 (tan solo tuvo un voto republicano a favor). Por aquel entonces, el Distrito sufría de un alto índice de criminalidad y se encontraba al borde de la bancarrota.


Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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