Las quejas por racismo crecen un 10% en Alemania en 2019 respecto al año anterior
Un informe señala que el mayor número de casos de discriminación se produce durante la búsqueda de empleo o en los lugares de trabajo
En medio de una ola mundial de protestas contra el racismo, la Oficina Federal contra la Discriminación en Alemania ha dado a conocer este martes su informe anual correspondiente a 2019 que deja al descubierto que en la primera potencia económica de Europa el racismo goza de buena salud y representa “un problema persistente” en la sociedad alemana. El texto exige una mejora del estatuto jurídico y de las ayudas a los afectados, así como una reforma a la ley de igualdad de trato.
Según el informe, el organismo de lucha contra la discriminación prestó asesoramiento legal en un total de 3.580 casos, un 4% más que el año anterior, pero el estudio señala que las peticiones de consejo jurídico recibidas por motivaciones de origen étnico o racial aumentaron un 10% respecto a 2018, de 1.070 a 1.176, y suponen el 33% de todas las demandas cursadas por discriminación, frente al 25% en 2016. La mayor proporción de los episodios de racismo se produce en el lugar de trabajo o cuando se busca un empleo (el 36%). La discriminación en las actividades cotidianas, como la búsqueda de una vivienda, las compras, la gastronomía y la banca representa un 26% de las denuncias.
"Las preocupaciones, los temores y las experiencias de exclusión de las personas con antecedentes migratorios, en última instancia, no se toman en serio” señala el informe, que afirma que la violencia, el odio y el acoso son solo la punta del iceberg de actitudes y sentimientos racistas, que ya se han manifestado mucho antes a través de la exclusión cotidiana.
“Alemania tiene un problema persistente de discriminación racial y no apoya a los afectados de manera consecuente a la hora de hacer valer sus derechos”, ha dicho el jefe en funciones de la oficina, Bernhard Franke, durante la presentación del informe en Berlín. “La sensación de estar solo ante una injusticia tiene consecuencias fatales a largo plazo que ponen en peligro la cohesión social. La discriminación desgasta”, ha añadido.
No fueron esos los únicos datos. El jefe de esta oficina federal también ha denunciado que Alemania no protege con rigor a las personas afectadas por la discriminación, una realidad que le ha llevado a pedir al Gobierno federal y a las autoridades estatales que apliquen mejoras sustanciales en las medidas legales y en las ofertas de ayuda para los afectados.
El informe ha sido dado a conocer pocos días después de que la canciller Angela Merkel y el ministro de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, admitieran, después de comentar las consecuencias de la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en Minneapolis, que el racismo es un problema que también está incrustado en la sociedad alemana.
“El racismo ha existido siempre”, dijo la canciller, mientras que su ministro de Asuntos Exteriores recordó que en Alemania hay ataques racistas, los negros sufren discriminación y se arranca con violencia la kipá a los judíos. “Tenemos que mirar lo que ocurre en nuestra propia casa. El racismo no solo mata en Estados Unidos”, escribió Maas en Twitter.
Viele Menschen teilen gerade ihre Erfahrungen mit Rassismus - weltweit. Viele hören ihnen zu, hinterfragen sich, sind solidarisch. Dank allen dafür am #DonnerstagderDemokratie. Rassismus ist Gift für unsere Demokratien. Besiegen können wir es nur gemeinsam. #BlackLivesMatter pic.twitter.com/zfI0j1FbBV
— Heiko Maas 🇪🇺 (@HeikoMaas) June 4, 2020
El jefe de la Oficina Federal contra la Discriminación, un organismo creado en 2006, tuvo, sin embargo, palabras elogiosas para una ley aprobada en Berlín, la primera en un Estado federado, que permite a los ciudadanos reclamar una indemnización por actuaciones policiales o por hechos sucedidos en el ámbito de la educación.
Tanto el Sindicato de Policías como el ministro del Interior, Horst Seehofer, criticaron este pasaje de la ley al considerar que pone “bajo sospecha generalizada” a las fuerzas de seguridad. Pero la copresidenta del partido Socialdemócrata (SPD), Saskia Esken, se atrevió a pedir una revisión independiente del uso excesivo de la fuerza y el racismo en la policía alemana. “En Alemania hay un racismo latente en las filas de las fuerzas de seguridad”, dijo.
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