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Los separatistas del sur de Yemen proclaman la autodeterminación

El anuncio confirma la fractura en las filas gubernamentales y agrava la guerra civil que ha hundido al país en la miseria

Ángeles Espinosa
Tropas leales al Consejo de Transición del Sur se despliegan en la ciudad de Adén tras el anuncio de la autodeterminación.
Tropas leales al Consejo de Transición del Sur se despliegan en la ciudad de Adén tras el anuncio de la autodeterminación.MOHAMED ABDELHAKIM (AFP)

Los separatistas del sur de Yemen han anunciado este domingo el estado de emergencia y la autodeterminación en las áreas bajo su control. A un paso de pedir su reconocimiento internacional como país independiente, el comunicado del Consejo de Transición del Sur (CTS) oficializa la fractura existente en las filas del Gobierno yemení que respalda Arabia Saudí frente a los rebeldes Huthi. Aunque las diferencias vienen de lejos, la medida agrava la guerra civil que el país sufre desde hace cinco años.

Poco después del edicto de la pasada medianoche, el CTS desplegó sus fuerzas en Adén, capital formal del Gobierno en el exilio tras su expulsión de Saná por los Huthi a finales de 2014. Bajo la firma de su líder, Aidarus al Zubaidi, el texto notifica la toma de control del puerto, el aeropuerto y otras instituciones del Estado como el Banco Central. También justifica la medida por “el impago de sueldos y salarios durante varios meses a las fuerzas militares y de seguridad, los jubilados y los funcionarios”, así como “el deterioro de los servicios públicos”.

La realidad es que todo el país, a uno y a otro lado de sus múltiples frentes, es un desastre, tras cinco años de guerra y décadas de mala gestión y corruptelas. Pero la situación se ha agravado en el sur, un país independiente hasta 1990 y muchos de cuyos habitantes han lamentado desde entonces la unión con el norte, con las últimas inundaciones y la detección del primer caso de la covid-19.

El Gobierno internacionalmente reconocido ha interpretado la medida como “una reanudación de la insurgencia armada”. “El CTS será el único responsable de las consecuencias peligrosas y catastróficas de semejante anuncio”, afirma el ministro de Exteriores, Mohamed al Hadhrami, en un comunicado. La decisión también ha sido rechazada por los gobernadores de las provincias de Abyan, Hadramaut, Mahra, Shabwa y Socotra, pero no está claro qué significa. Se teme una reanudación de los combates entre separatistas y leales al Gobierno.

“En todos los puestos de control de Mukalla y el resto de las localidades de la costa [de Hadramaut] ondea la bandera del Sur, pero los valles y desierto del interior están bajo control de las fuerzas del norte que se dicen bajo el Gobierno legítimo que reside en Riad”, describe la situación a EL PAÍS un habitante de esa provincia. “Si las fuerzas del Sur intentan desalojar a las del Norte, por supuesto que va a estallar una guerra y la vida de la población se verá afectada”, añade antes de lamentar que ni los saudíes ni otros [asesores] hayan “aconsejado al Gobierno que se libre de ministros y altos cargos corruptos”. “Sufrimos falta de electricidad y otros servicios, además de precios muy caros en los alimentos”, explica.

El principal enfrentamiento armado de Yemen se libra entre los rebeldes Huthi, alineados con Irán y que controlan el noroeste del país, y las “fuerzas gubernamentales”, amalgama de unidades del Ejército y milicias tribales en cuyo apoyo intervino en marzo de 2015 una coalición militar árabe liderada por Arabia Saudí. Durante estos cinco años de combates y catástrofe humanitaria, las divisiones en este campo se han hecho evidentes y han sido explotadas para consolidar sus posiciones por los Huthi, bajo cuya férula viven hoy dos tercios de los 28 millones de yemeníes.

Tampoco ha ayudado que el principal socio de Arabia Saudí en la coalición, Emiratos Árabes Unidos, tuviera desde el principio objetivos diferentes a los suyos en Yemen. Además, Emiratos, como el CTS, tiene una política de tolerancia cero hacia los Hermanos Musulmanes, a cuya línea se adhiere el partido Islah, uno de los pilares del Gobierno al que respalda la coalición. Después de que las fuerzas emiratíes se retiraran del terreno el pasado verano, sus intereses han quedado protegidos por sus socios locales.

Aunque el separatismo del sur arranca de la unión percibida como asimilación de hace tres décadas, el apoyo de Emiratos al CTS, cuyas fuerzas ha entrenado y financiado, ha resultado instrumental para que se convierta en el principal grupo separatista del sur. De hecho, ya se han enfrentado con las tropas respaldadas por Riad. Tras la última toma de Adén por los separatistas el pasado verano, los saudíes intentaron solventar esas diferencias con un acuerdo alcanzado en noviembre que debía integrarlos en el Gobierno.

El resultado está a la vista y complica sin duda el empeño del enviado especial de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, que ha intentado utilizar el alto el fuego unilateral de la coalición para reunir virtualmente a Gobierno y rebeldes en busca de una tregua permanente. Su objetivo es coordinar los esfuerzos contra la expansión del nuevo coronavirus y acordar medidas humanitarias que permitan restablecer la confianza y reanudar las negociaciones de paz que apenas llegaron a arrancar a finales de 2018. Arabia Saudí ha extendido un mes más el alto el fuego que inicialmente ofreció por dos semanas, pero los Huthi han ignorado el gesto que ven como una forma del reino de salvar la cara.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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