Primera victoria de la Fiscalía mexicana en el ‘caso Ayotzinapa’
Las autoridades detienen a dos expolicías y un marino por tortura y ordenan la captura de Tomás Zerón, jefe de la investigación durante el Gobierno de Peña Nieto
Lejos de resolver el ataque contra los estudiantes de Ayotzinapa en 2014, la Fiscalía mexicana trata al menos de desenmarañar los malos manejos de sus antecesores en la primera etapa de la investigación. Fuentes judiciales han confirmado a EL PAÍS que existe una orden de detención contra el arquitecto de las pesquisas del caso Ayotzinapa durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto. Se trata de Tomás Zerón, que dirigió los pasos de la agencia investigadora durante los últimos meses de 2014 y los primeros de 2015.
Según las mismas fuentes, la Fiscalía ya tiene en custodia a dos agentes de la policía ministerial, el cuerpo investigativo de la corporación. Se trata de Ezequiel Peña e Isidro Junco. El primero todavía trabajaba en la agencia investigativa en el momento de su detención, este martes. El segundo fungía de director de seguridad en la Cámara de Diputados. También hay un marino detenido, Ariel Agustín Castillo.
Además de Zerón, la Fiscalía busca al antiguo responsable de la policía ministerial, Carlos Arrieta y a Julio Dagoberto Contreras, también de la ministerial. Los tres están prófugos.
La Fiscalía acusa a Zerón de tortura, desaparición de personas y delitos contra la administración de justicia. La agencia investigadora piensa que Zerón es responsable, al menos por omisión, de la tortura de uno de los detenidos del caso, Carlos Canto. Durante los meses en que Zerón dirigió las investigaciones, la tortura fue, si no generalizada, sí bastante habitual. Esa es al menos la conclusión a la que llegaron, por un lado, la oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, y por otro, la oficina del ombudsman.
Capturado en octubre de 2014, Canto habría sido torturado por agentes de la policía ministerial. En un vídeo que trascendió el año pasado, el detenido aparece maniatado, mientras integrantes de la ministerial le interrogan. Después de varias respuestas, un agente le coloca una bolsa en la cabeza, la cierra y estira. En el vídeo, la voz que interroga es de Carlos Arrieta. El agente Ezequiel Peña y el marino Ariel Castillo estuvieron a cargo de la detención de Canto.
Además del caso de Canto, Zerón habría “alterado el curso de las investigaciones” sobre el ataque contra los estudiantes, de ahí la acusación por desaparición de personas. También habría “ocultado y alterado pruebas” durante las pesquisas, según las mismas fuentes. Estas acusaciones aluden al affaire del río San Juan.
En octubre de 2014, Zerón viajó a la región de Iguala con un detenido. Fueron al basurero de Cocula, donde los estudiantes habrían sido quemados, según la versión que construyó entonces la Fiscalía. Guiado por los dichos del detenido, Zerón ordenó búsquedas en un río cercano al basurero. Allí, los buzos encontraron bolsas con restos humanos. Meses más tarde, un laboratorio independiente confirmó que esos restos eran de uno de los 43 estudiantes desaparecidos, Alexander Mora.
El problema es que Zerón ocultó todo: su viaje a la zona, la presencia del detenido, etcétera. Nada de eso constaba en el expediente. Descubierto, el funcionario divulgó un vídeo, editado, de las pesquisas en la zona. Quería probar que no tenía nada que ocultar. Pero para entonces, las familias de los estudiantes no creían en Zerón. Tampoco en la versión del basurero, ni la gran hoguera. Para las familias, todo aquello podría haber sido un teatro de Zerón. Las bolsas en el río, un montaje.
Zerón salió de México en octubre del año. Se fue a Canadá. La Fiscalía ignora si sigue o no allí, pero la Interpol ya lo busca.
La trayectoria del funcionario está ligada a la del expresidente Peña Nieto. En 2013, el funcionario llegó a la Fiscalía federal de la mano del mandatario. Antes ya habían trabajado juntos, cuando el segundo era gobernador del Estado de México. De 2009 a 2013, Zerón fue coordinador de la procuraduría de justicia estatal. Con Peña Nieto en la presidencia, Zerón llegó a la Fiscalía como titular de la unidad contra la delincuencia organizada. Después del ataque contra los estudiantes de Ayotzinapa en Iguala, en septiembre de 2014, ascendió a subprocurador y jefe de la Agencia de Investigación Criminal, AIC. Con la policía ministerial y la AIC bajo su mando, Zerón se convirtió en el superpolicía de México.
Con base a su investigación, la Fiscalía, encabezada entonces por Jesús Murillo Karam, presentó su versión de los hechos, la llamada “verdad histórica”, de acuerdo a la expresión del propio Murillo. Policías de Iguala y Cocula coordinados con integrantes del grupo criminal Guerreros Unidos habían atacado a los estudiantes. Se los habían llevado a un basurero, habían matado a los que habían llegado vivos allí y los habían quemado. Los restos, decía Murillo, los tiraron al río San Juan.
Las críticas a la investigación no tardaron en llegar. No fue solo por la tortura. Expertos independientes cuestionaron incluso que hubiera habido un gran fuego en el basurero. Arrinconado por las familias y por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Murillo salió de la Fiscalía en marzo de 2015. Zerón siguió hasta finales de 2016, pero durante el último año apenas contó en las investigaciones.
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