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LA BRÚJULA EUROPEA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Comparando a Sanders con la socialdemocracia europea: objetivos parecidos, medidas más radicales

El candidato demócrata a la presidencia de EE UU impulsa en varios sectores propuestas más extremas que los progresistas tradicionales europeos

Andrea Rizzi
El candidato demócrata Bernie Sanders, en Vermont, el pasado martes.
El candidato demócrata Bernie Sanders, en Vermont, el pasado martes.Matt Rourke (AP)

La carrera para representar al partido demócrata en las presidenciales de EE UU de noviembre queda reducida a un duelo entre Joe Biden y Bernie Sanders. Este último despierta mucho interés global, con planteamientos heterodoxos y radicales para los estándares de la política estadounidense. Algunos observadores señalan, sin embargo, que sus planes están en línea con los de la socialdemocracia europea. ¿Es eso cierto?

La pregunta es compleja y el formato de esta columna no permite una respuesta exhaustiva que contemple todos los aspectos de los planes de Sanders. Sin embargo, es posible señalar pistas.

En términos generales, los objetivos políticos de Sanders son homologables a los de la socialdemocracia europea mainstream: sistemas fiscales vigorosamente redistributivos; cobertura sanitaria universal; facilitar el acceso a la educación pública; impulso a la lucha contra el cambio climático. En los medios para conseguirlos, sin duda pueden encontrarse muchos elementos de características comparables, pero también destacan varios, de relieve, que se sitúan más allá de la posición socialdemócrata europea media. Veámoslos:

Capitalismo. Entre las propuestas de Sanders para domesticar las vetas más rapaces del capitalismo, destaca una que prevé que todas las empresas cotizadas y aquellas con al menos 100 millones de facturación anual tendrán que ceder a los trabajadores un 2% de sus acciones cada año durante 10 años. Europa tiene mecanismos para garantizar la participación de los trabajadores, como la cogestión en el capitalismo renano o la entrega de acciones en concepto de retribución. Una medida de expropiación equivalente al 20% del capital es, sin embargo, muy radical dentro de la ideología socialdemócrata europea actual. En su fracasado liderazgo del laborismo británico, Jeremy Corbyn planteó una medida parecida, que llegaba solo al 10%.

Sanidad. En el rumbo que propone Sanders hacia una cobertura sanitaria universal hay una medida especialmente polémica: la prohibición de contratar seguros privados. El sistema sanitario estadounidense es una completa anomalía en el mundo desarrollado. Sanders quiere revolucionarlo y asemejarlo a modelos europeos. La prohibición de seguros privados, sin embargo, es algo insólito en el panorama europeo y que, por lo general, no está a la orden del día de los socialdemócratas del continente. Los partidarios del senador de Vermont pueden argumentar que se trataría de una medida necesaria para revertir un sistema distorsionado. Aun así, la aniquilación por decreto del sector y el espíritu liberticida de la medida no se halla en el mainstream de la socialdemocracia europea.

Educación. En este apartado también hay una filosofía muy acorde a la de la socialdemocracia europea —educación pública de calidad para todos— pero con planteamientos más extremos que la doctrina estándar. Sanders propone que el sistema educativo sea gratuito hasta las universidades y la cancelación de las deudas contraídas por motivos de estudio por, según sus cálculos, unos 45 millones de estadounidenses por valor de 1,6 billones de dólares. Algunos países de Europa —Alemania o Suecia— tienen universidades públicas gratuitas y la socialdemocracia es un pilar de la Educación pública. Pero en la mayoría de los países europeos las universidades públicas entrañan costes de inscripción anual, aunque muy moderados en comparación con las privadas. Y la cancelación tout court de un volumen de deuda como el que afecta a este sector tampoco es un tipo de medida estándar en la socialdemocracia europea, lo que sitúa a Sanders un paso más allá del mainstream en esto también.

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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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