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La paz en Colombia, rezagada para las mujeres

Un informe de ONU Mujeres y el Instituto Kroc asegura que el 42 % de compromisos de género del acuerdo de paz con las FARC no han empezado a implementarse

Catalina Oquendo
Un indígena lleva una máscara que recuerda a Cristina Bautista, una líder indígena asesinada.
Un indígena lleva una máscara que recuerda a Cristina Bautista, una líder indígena asesinada.LUIS ROBAYO (AFP)

La paz en Colombia les llega más tarde a las mujeres. A tres años de la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las extintas FARC, los avances en los compromisos con las mujeres "son insuficientes" y "tienen un mayor rezago". Adicionalmente, en algunos casos, las medidas pactadas para la igualdad de género ni siquiera han comenzado a implementarse. Así lo han señalado ONU Mujeres, el Instituto Kroc, la Federación Democrática Internacional de Mujeres FDIM y el Gobierno de Suecia en un informe.

De los 130 compromisos con perspectiva de género del acuerdo de paz, el 42% aún no han empezado a implementarse, agrega el informe Hacia la paz sostenible por el camino de la igualdad de género, que analiza el periodo comprendido entre septiembre de 2018 y agosto de 2019. Es decir, el manejo que ha dado el Gobierno de Iván Duque a los compromisos. “Más de la mitad debe completarse entre 2019 - 2026, lo cual confirma que muchos de ellos son acciones de largo plazo. No obstante, 28 de los compromisos que según el Plan Marco de Implementación deben completarse en 2019 no se han iniciado aún”.

El Gobierno ha respondido asegurando que "las mujeres y el género son el centro" de su política de paz. “El informe de la ONU ignoró los avances: no tiene en cuenta los índices de medición acordados por las partes y ni siquiera valora los programas en que la misma Organización participa”, ha dicho Emilio Archila, Alto Consejero para la Estabilización y la Consolidación.

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El capítulo de género en el proceso de paz es particularmente sensible. Durante los diálogos de La Habana y por iniciativa de los movimientos de mujeres y de víctimas se incluyó el enfoque de género al acuerdo de paz y este se convirtió en uno de los más avanzados en el mundo en materia de incorporación de los derechos de las mujeres. Sin embargo, esa perspectiva fue atacada desde flancos religiosos y de extrema derecha, así como por miembros del partido de Gobierno. Estos grupos promovieron una narrativa contra el enfoque de género que influyó en el triunfo del no en el plebiscito por la paz.

Desde ese momento, la implementación de las medidas para las mujeres ha estado bajo la mira de la comunidad internacional. Por eso, estas entidades advierten que "pasa por un momento crítico de inflexión" y le hacen un llamamiento a pasar a la acción.

Asesinato de mujeres, la mayor preocupación

El mismo llamamiento hacen desde otros sectores de la sociedad civil. Claudia Mejía, de GPaz y Sisma Mujer, también señala la gravedad de los incumplimientos, particularmente los que afectan a la vida de las mujeres. “Tenemos una alta preocupación por los asesinatos de las líderes. Todos los sistemas de información coinciden en el incremento desproporcionado de los ataques contra las defensoras y aunque existe el Programa Integral de Garantías para las defensoras, a la fecha no contamos con los mecanismos que se requieren para su implementación”, dice Mejía. “Nos preocupa la falta de respuesta del Estado en lo que tiene que ver con el incumplimiento de estos marcos que podrían frenar los ataques a las mujeres”. De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), desde 2016 a septiembre 2019, han sido asesinados 320 defensores de derechos humanos, de los cuales 36 eran mujeres y seis pertenecían a la comunidad LGBT. Pero esas cifras han aumentado en 2019, según la Defensoría del Pueblo.

Las mujeres en la búsqueda de la verdad

SANTIAGO TORRADO

La guerra en Colombia golpeó de diversas formas a las mujeres. Por eso la perspectiva diferencial de género ha sido transversal para la Comisión de la Verdad, surgida de los acuerdos de paz, que en dos años debe entregar un informe final que arroje luces sobre los hechos de violencia más graves. En ese trabajo de esclarecimiento ha surgido la reflexión sobre cómo los esquemas patriarcales generaron un mayor desprecio por la vida y el cuerpo de algunas víctimas, explica la comisionada Marta Ruiz. La comisión organizó este jueves y viernes su cuarto Encuentro por la Verdad, dedicado a las poblaciones campesinas. El primero estuvo dedicado a las víctimas de violencias sexuales y el segundo a las familias buscadoras de desaparecidos, ambos con un marcado acento femenino. En el de esta semana también fue importante el papel de las mujeres campesinas, que han cargado en sus hombros el mayor peso del desplazamiento en un país con más de ocho millones de víctimas.

El temor es parte de la vida diaria de líderes como Maria Eugenia Alarcón que coordina la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos. “Hay miedo, claro, porque hay actores armados que hacen un control de territorio y el Gobierno no está ofreciendo las garantías necesarias. A pesar de eso somos valientes. Pero en la medida en que la implementación de las medidas de género y las garantías para las defensoras tenga retraso, el riesgo que corremos será mucho mayor”, cuenta a EL PAÍS. Y recuerda que ya existe un plan de prevención que la Red ha probado en dos regiones de Colombia con apoyo de la comunidad internacional pero aún esperan que el Gobierno establezca un plan de acción para todo el país. “Solo pedimos que implemente el plan de acción. No pedimos medidas que requieren mayores costos presupuestales, son acciones concretas que ya hemos probado. Las mujeres víctimas estamos dejando un legado al mundo entero, pero si eso se valorara lo suficiente nos estarían garantizando lo que requerimos para seguir recomponiendo este país destruido por la guerra”, agregó Cruz, que fue víctima de violencia sexual durante el conflicto.

GPaz también ha hecho un análisis detallado del enfoque de género y aunque lo evalúa bajo la metodología de semáforo (el grueso de compromisos está en amarillo, otros en rojo y solo uno en verde) llega a conclusiones similares a las de ONU Mujeres y Kroc. Valoran que exista un plan de trabajo para los próximos años, una arquitectura institucional y normativa, pero exigen mayor celeridad al Gobierno para llevarlo a los hechos.

Claudia Mejía, que ha comparado el proceso de paz de Colombia con los de Centroamérica, Irlanda y Sudáfrica asegura que la correcta implementación del enfoque de género es garantía de una paz sostenible. "Si se garantizan que los procesos de participación política o de reincorporación hay mayores desarrollos de género, se construye una paz más perdurable. A mayor tierra para las mujeres, mayor posibilidad de que la sociedad rural salga de la pobreza", dice la experta.

La reincorporación de los excombatientes de las FARC era otro de los objetivos del proceso de paz. En este punto, ONU Mujeres y Kroc destacan que el Gobierno ha desarrollado algunas medidas con enfoque de género, pero muchas otras son autogestionadas por las excombatientes y la comunidad internacional. "Hay mecanismos y programas enunciados pero el Gobierno los está dilatando en el tiempo. Han hecho una lectura unilateral y una reinterpretación del acuerdo que socava su acción reparadora relacionada con las mujeres y la comunidad LGBTI", dice a EL PAÍS Sandra Ramírez, senadora del partido FARC, creado tras los acuerdos de paz.

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Sobre la firma

Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.

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