Liberados un estadounidense y un iraní en un intercambio de prisioneros
Xiyue Wang estaba acusado por Teherán de espionaje desde 2016 y Masud Solemani fue detenido el año pasado por violar las sanciones
Irán y Estados Unidos han sorprendido este sábado al anunciar un raro intercambio de presos a pesar de la escalada verbal entre los dirigentes de ambos países. Un ciudadano estadounidense encarcelado desde hace tres años en Teherán y un iraní detenido en octubre de 2018 en Chicago han recuperado la libertad con la mediación de Suiza. No está claro si se trata de un gesto humanitario aislado o de un intento de abrir una vía de diálogo, que se cerró tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su salida del acuerdo nuclear.
Trump ha pedido este sábado a Irán hacer un "trato juntos" y ha agradecido al país persa la negociación "muy justa". "¡Gracias a Irán por una negociación muy justa. Ven, podemos hacer un trato juntos!", ha dicho en Twitter el mandatario. Irán ha atribuido el gesto a la “clemencia islámica”. Mientras, el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, ha revelado la puesta en libertad de Masud Soleimani y poco después difundía en su cuenta de Twitter varias fotografías con él en Zúrich, la ciudad donde se ha producido el intercambio. Ambos responsables han agradecido la mediación de Suiza, que representa los intereses de EE UU en Irán, ya que estos no mantienen relaciones diplomáticas desde el asalto a la embajada norteamericana en Teherán en 1979.
Wang, un estudiante de Princeton nacido en Pekín pero nacionalizado estadounidense, fue condenado a diez años de cárcel por espionaje en 2017. Tanto la universidad como su familia siempre han insistido en que se encontraba en Irán investigado para su grado de Historia. En cuanto a Soleimani, se trata de un experto en células madre que fue detenido al intentar presuntamente exportar materiales biológicos a Irán en violación de las sanciones que EE UU ha impuesto a ese país.
El último intercambio de presos entre ambos países se produjo justo en paralelo a aquel pacto. Ahora, sin embargo, EE UU ha reimpuesto sanciones a Irán, con el pretexto de obligarle a renegociarlo para incluir su programa de misiles y sus actividades regionales. De momento, esa política de “máxima presión” solo ha conseguido empobrecer a la población iraní y elevar la tensión en la zona.
Tanto el comunicado de la Casa Blanca como Pompeo insisten en su empeño por “devolver a casa a todos los americanos detenidos en Irán y en el resto del mundo”. Al menos otros cuatro ciudadanos estadounidenses se encuentran encarcelados en la República Islámica, dos de ellos, Siamak y Baquer Namazi, binacionales a los que Teherán sólo reconoce su pasaporte iraní. Además, Michael White, un veterano de la Marina, está detenido desde el año pasado, y Robert Levinson, un exagente del FBI, de quien los responsables iraníes aseguran desconocer el paradero desde que se le perdió la pista en la isla de Kish en 2007. Varias decenas de iraníes se hallan en prisiones de EE UU, muchos de ellos por violar las sanciones.
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