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“Gracias a Dios que no había casi nadie en el edificio”

Temor entre los beirutíes del barrio atacado con drones, refugio donde se oculta el líder de Hezbolá

Natalia Sancha
Las oficinas del centro de prensa de Hezbolá en la periferia de Beirut este domingo tras el ataque israelí con drones.
Las oficinas del centro de prensa de Hezbolá en la periferia de Beirut este domingo tras el ataque israelí con drones./SANCHAGARCIA

Cortinas rasgadas, rejas de balcones reventadas y ordenadores volcados junto a fotos de Hasán Nasralá (secretario general del partido-milicia libanés Hezbolá) es la escena que ha dejado el dron suicida la madrugada del domingo a su paso por el centro de prensa del partido chií, en la periferia sur de Beirut. Las oficinas están emplazadas en un inmueble de viviendas en el barrio de Moawad, a escasos 300 metros de un puesto de control del Ejército libanés.

En uno de los pisos superiores, Nasiha, una vecina de 60 años y madre de cinco hijos, se esmeraba escoba y recogedor en mano en barrer la alfombra de vidrios rotos que cubría las baldosas de su hogar. “Gracias a Dios que no había casi nadie en el edificio”, cuenta aliviada al saber que nadie resultó herido. El marco de la ventana del cuarto de sus hijas salió disparado por la deflagración. “Con las altas temperaturas muchos han pasado el día libre fuera de Beirut”, añade esta mujer que lleva 11 años viviendo en el inmueble.

En los subsuelos de Dahie (periferia, en árabe), es donde, según los servicios de inteligencia internacionales, se oculta el secretario general de Hezbolá, Hasan Nasralá, y objetivo prioritario de Israel. “Se mueve de túnel en túnel, cavados entre los aparcamientos subterráneos”, se rumorea entre los vecinos que hace ya años que apenas ven al carismático líder en persona, sino en discursos televisados como en el que se ha dirigido hoy a sus seguidores. Nasralá ha reclamado, en línea con la dialéctica adoptada en el último año, el retorno de la resistencia islámica a la lucha contra el enemigo israelí. “El ataque de anoche es la primera agresión [de Israel] en Líbano desde el 14 de agosto de 2006”, ha dicho conforme tronaban las balaceras al aire en varios barrios de Beirut.

Las viviendas de varios vecinos se han visto afectadas por el ataque con dron este domingo al edificio en el que está emplazada la oficina mediática de Hezbolá en la periferia de Beirut
Las viviendas de varios vecinos se han visto afectadas por el ataque con dron este domingo al edificio en el que está emplazada la oficina mediática de Hezbolá en la periferia de Beirut/NATALIASANCHA

Muchos de los edificios colindantes al centro mediático atacado, el mismo que visitan los periodistas extranjeros para solicitar acreditaciones, son de construcción reciente. Forman parte de la zona que los aviones de combate israelíes destruyeron durante 33 días en la última guerra que libró contra la milicia chií en el verano de 2006. Bombardeos y combates segaron la vida de 1.191 civiles libaneses y de 44 israelíes.

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Sin embargo, al oír los estruendos de madrugada, varios vecinos aseguran que lo primero que les vino a la mente fue “un atentado terrorista”. Y es que en el transcurso de 2014, cuatro ataques suicidas sacudieron estos arrabales de Beirut matando a más de un centenar de vecinos. El ISIS se responsabilizó de la autoría como “castigo a la injerencia de Hezbolá” –que EE UU califica de grupo terrorista y la UE lo hace a su brazo armado– en Siria junto a las tropas de Bachar El Asad. Nasralá ha alabado en su arenga el papel que jugaron sus milicianos que lucharon junto con las Fuerzas Armadas Libanesas en el verano de 2017 para expulsar de Líbano a los radicales del ISIS y Al Qaeda llegados de Siria.

No obstante, son los rostros de unos 2.000 hombres de Hezbolá muertos luchando en Siria los que empapelan las calles de Dahie. Este domingo inundaban las redes sociales las fotos de dos jóvenes caídos “mártires” en el bombardeo israelí de madrugada en Damasco, tal y como ha admitido el propio Nasralá. “Si Israel mata a uno de nuestros miembros en Siria responderemos en Líbano […], y le decimos al Ejército Israelí en la frontera que esté atento”, ha advertido tras prometer que el ataque en Dahie no quedará impune.

Palabras que han despertado la congoja en muchos hogares libaneses que hasta ahora han visto las diatribas entre Hezbolá e Israel saldarse en suelo sirio. Si en Israel el ataque con drones puede insuflar votos en una campaña electoral en curso, en Líbano puede sembrar el pánico en una coyuntura en la que la economía del país amenaza con colapsar. Y ello, ahondando las ya tensas relaciones entre los dos principales bloques políticos del país, siendo Hezbolá parte de la coalición mayoritaria en el Gobierno.

“Es muy peligroso lo que ha sucedido”, ha reiterado este domingo el líder de Hezbolá. Si bien las arcas del Partido de Dios se han visto afectadas por las férreas sanciones impuestas por EE UU sobre el acreedor iraní, en el campo político su partido ha salido reforzado de las últimas elecciones, y en el militar, aseguran los expertos, su brazo armado ha adquirido técnicas ofensivas y ganado experiencia en los cerca de ocho años de lucha en los campos de batalla sirios. Fuentes internas de Hezbolá aseguran que la mayoría del grueso de los efectivos desplegados en Siria –estimados en 10.000 por los analistas-, han sido replegados durante el último año a Líbano tras la “reducción de los focos de lucha en Siria”.

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