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Desciende el número de diputadas que alcanzará la Knesset

Los principales partidos israelíes relegan a las mujeres, que representarán un cuarto del parlamento hebreo

Una valla de la propaganda electoral del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Una valla de la propaganda electoral del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.Oded Balilty (AP)

En las últimas dos décadas, el número de mujeres en la Kneset (Parlamento) ha aumentado de nueve, en 1997, a 29 en los comicios de 2015, que finalmente se convirtieron en 35 al dimitir a lo largo de la legislatura varios diputados y ser sustituidos. No se espera, según las encuestas, que aumente la representación femenina en la Cámara que salga de las elecciones de este martes en Israel. Apenas tres decenas de candidatas conseguirán su acta en un Parlamento de 120 escaños dominado por hombres.

Ha pasado ya medio siglo desde que Golda Meir se convirtió en la primera mujer al frente del Gobierno del país. Israel se encuentra hoy algo más de un punto por debajo de la media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en cuanto a representatividad femenina en política.

Resulta difícil encontrarlas en los primeros puestos. El rostro femenino más popular de esta campaña ha sido, sin duda, el de la ministra de Justicia, Ayelet Shaked, número dos en la lista del partido Nueva Derecha, surgido de la alianza con el ministro de Educación, Naftali Bennett, cabeza de lista de esta formación. Es el único partido que presenta paridad entre hombres y mujeres en los diez primeros puestos de la lista y un firme candidato a socio de la coalición gubernamental si el Likud del primer ministro, Benjamín Netanyahu, logra la victoria.

Tan solo dos mujeres aparecen entre los diez primeros puestos del Likud: las ministras de Cultura, Miri Regev, e Igualdad Social, Gila Gamliel. Su más directo rival, la coalición centrista Azul y Blanco, liderada por el exgeneral Benny Gantz, tiene en sus filas caras conocidas como la periodista Miki Haimovich o la general del Ejército Orna Barvivai. Los laboristas encabezados por Avy Gabbay cuentan entre los puestos de salida con Stav Shaffir, líder del movimiento de los indignados de 2011. Las dos listas árabes tienen cada una dos mujeres entre sus principales candidatos.

Tan solo dos formaciones políticas israelíes están encabezadas por mujeres: Tamar Zandberg, líder del partido de la izquierda pacifista Meretz, y Orly Levy-Abekasis, cabeza visible del movimiento de centro Gesher.

Las activistas de la Red de Mujeres de Israel lograron que el Comité Electoral Central impidiera que el Ayuntamiento de Bnei Brak —ciudad del centro del país convertida en bastión de ultraortodoxos judíos— se negase a permitir la colocación de carteles electorales en los que aparecían candidatas.

En estas comunidades la visión de imágenes femeninas se considera inmoral y habitualmente se las censura, no solo en carteles electorales, sino también en anuncios y todo tipo de publicaciones. Ni Angela Merkel se libra del veto a su imagen y su nombre de pila en la prensa haredí en aras del pudor.

Precisamente, son las mujeres ultrarreligiosas las que menos presencia tienen en los comicios legislativos. Tan solo se presentan dos candidatas que cuentan con escasas probabilidades de lograr un escaño.

 

 

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