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Dimite el presidente de Kazajistán tras tres décadas en el poder

Nursultán Nazarbáyev, líder del país rico en petróleo, anuncia por sorpresa que deja el cargo. Seguirá en un puesto de gran influencia

María R. Sahuquillo
Nursultán Nazarbáyev, en Bruselas el pasado octubre.
Nursultán Nazarbáyev, en Bruselas el pasado octubre.Piroschka Van De Wouw (REUTERS)

Nursultán Nazarbáyev, el hombre que ha gobernado Kazajistán desde hace tres décadas, ha presentado su dimisión como presidente del país este martes, en un movimiento sorpresivo. Nazarbáyev, que llegó al poder en 1989, cuando aún era una república soviética (lo siguió siendo tras el derrumbe de la URSS en 1991), ha anunciado su decisión en un mensaje televisado. Sin embargo, el líder de esta región rica en petróleo, firme aliado del presidente ruso, Vladímir Putin, no se va del todo. Continuará dirigiendo el partido gobernante y conservará un cargo vitalicio como "líder de la nación" --con su correspondiente inmunidad--  y ostentará la presidencia del influyente Consejo de Seguridad.

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"Este año habré ocupado el puesto más alto durante 30 años", ha declarado Nazarbáyev, de 78. "La gente me dio la oportunidad de ser el primer presidente de un Kazajistán independiente ", ha añadido durante su mensaje televisado. No se esperaba su anuncio, aunque distintas consultas sobre si la legislación permitía su retiro habían disparado los rumores. Su dimisión se produce solo unas cuantas semanas después de que prescindiese de su equipo de Gobierno, afirmando que no habían logrado las reformas económicas deseadas. "En muchas áreas de la economía, a pesar de la adopción de muchas leyes y decisiones gubernamentales, no se han logrado cambios positivos", dijo en una declaración en ese momento.

Justo antes, en unas protestas inusitadamente perseverantes, manifestantes en varias ciudades del país habían acusado al Gobierno de ignorar las demandas y las necesidades reales de los ciudadanos. Kazajistán (18,7 millones de habitantes), el país más grande de Asia Central, tiene grandes reservas petroleras (estimadas en unos 30.000 millones de barriles) y ha conseguido atraer muchos inversores extranjeros y riqueza. Sin embargo, también se ha visto afectado por la bajada del precio de los hidrocarburos.

Hasta que se convoquen elecciones en 2020, el presidente interino será el presidente del Senado, Kazim-Zhomart Tokáyev, según lo estipulado por la ley. El decreto de la renuncia de Nazarbáyev ya se ha publicado en la web de la presidencia y se espera que Tokáyev jure el cargo mañana.

Quién puede sucederle es una incógnita. Ha sido un líder autoritario y en Kazajistán apenas hay oposición. La gran favorita es su hija Darigha Nazarbáyeva, de 55 años, que ya fue viceprimera ministra y que ahora es vicepresidenta del Senado y cabeza del Comité de Asuntos Internacionales, Defensa y Seguridad en la cámara alta.

Influencia perenne

Nazarbáyev seguirá teniendo una influencia inmensa gracias a distintas reformas legales, entre ellas la que le permitía seguirse presentando a la reelección sin freno. En 2010 fue proclamado líder de la nación con inmunidad vitalicia. En julio de 2018 cambió el papel del Consejo de Seguridad de consultivo a constitucional, aumentando su autoridad. Nazarbáyev se convirtió en su presidente vitalicio. Cambios en el país centroasiático que muchos vieron como una señal de que el mandatario buscaba mantener el control sobre el poder, si en algún momento dejaba la presidencia.

"Hasta el día de mi muerte me quedaré contigo. Las preocupaciones del país y la gente siguen siendo mis preocupaciones", ha dicho Nazarbáyev este martes al hablar de su papel a partir de ahora, sin aclarar mucho. El Consejo de Seguridad, por ejemplo, tiene el papel de organizar el control sobre la implementación de las leyes relativas a seguridad nacional y defensa.

Por mucho que retenga gran parte de su poder, eran numerosas las voces que consideraban que sería presidente hasta su muerte. Una práctica común en los estados autoritarios de Asia Central. En los últimos tiempos, la crisis económica derivada de la bajada del precio del petróleo había aumentado el descontento social y Nazarbáyev parecía estar perdiendo popularidad. Ha ganado las elecciones cinco veces con cifras apabullantes. Todo ello con las críticas de defensores de los derechos civiles que afirman que los comicios no han sido limpios; también que ha perseguido la disidencia y acallado cualquier oposición potencial.

El último informe de Amnistía Internacional denuncia torturas y malos tratos en los centros de detención y cárceles, graves casos de discriminación de las mujeres y las personas discapacitadas, así como problemas con la libertad de prensa, la restricción de los sindicatos y las ONG.

En las últimas elecciones, en 2015, obtuvo un 96% de los votos. Y desafió a Occidente a criticar su victoria. "Pido disculpas si estos números son inaceptables para los países superdemocráticos, pero no había nada que pudiera hacer", dijo entonces Nazarbáyev. "Si hubiera interferido, habría sido antidemocrático", añadió.

Con la muerte del autócrata presidente uzbeko Islam Karimov en 2016, Nazarbáyev, que había empezado a militar en el Partido Comunista de Kazajistán cuando rondaba la veintena, se convirtió en el único líder de una antigua república soviética llegado al poder antes del derrumbe de la URSS. Por su veteranía, por su buena relación con Rusia (es uno de los grandes impulsores de la Unión Euroasiática) y por el desarrollo económico de Kazajistán, es el líder más respetado del espacio postsoviético. Ahora seguirá dirigiendo el partido oficialista Nur Otan.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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