“Es ingenuo creer que Kazajistán será hoy o mañana una democracia jeffersoniana”
El ministro de Exteriores kazajo visita España
Kazajistán --país inmenso, poco poblado, ubicado entre Rusia y China y rico en gas y petróleo--sigue con gran atención los planes y calendario de la salida de las tropas occidentales de Afganistán. El ministro kazajo de Exteriores, Erlan Idrissov, de visita oficial en España, desecha las hipótesis más pesimistas que apuntan al caos, pero apuesta por mantenerse en una cauteloso estado de alerta. “Afganistán es, por supuesto, un lugar que causa preocupación en todo el mundo. Debe lograr la paz y la rehabilitación social y económica que tanto merece. Afganistán necesita recursos y apoyo, no injerencias”, recalca en una entrevista en Madrid.
Idrissov tiene presente el riesgo de que yihadistas que ahora combaten en Afganistán se desplacen hacia Asia Central: “Entre los distintos escenarios posibles, uno, muy pesimista, dice que tras la salida en 2014, estas fuerzas extremistas se moverán al norte, a Asia Central. Nosotros no creemos en esos escenarios caóticos, en esas teorías del fin del mundo tras 2014, pero Kazajistán y otros países deben estar preparados para afrontar esas amenazas”. Sostiene que Occidente debe generar recursos y expertos para que los propios afganos se gestionen sin injerencias. ¿Y qué opina sobre esos pronósticos que apuntan a un Afganistán partido en dos, una parte pastún y el resto? “Sería muy desafortunado. La integridad de Afganistán y su estabilidad son parte esencial de la solución a largo plazo. Me preocupa esa retórica”, afirma.
Idrissov, que antes que ministro de Exteriores fe embajador en Estados Unidos, Reino Unido y los países nórdicos, pide paciencia y sentido común cuando se le pregunta cuándo implantará su país las reformas democráticas de verdad en vista de que su presidente, Nursultán Nazarbayev, en el poder desde la independencia, en 1991, ganó las últimas elecciones (2011) con el 95,5% de los votos. “No veo ninguna ecuación entre la evolución democrática de Kazajistán y esa cifra. Quizá es extraño para las democracias occidentales, pero nuestra sociedad es distinta. Nuestro líder disfruta de un apoyo genuino”, dice, reflejado incluso, sostiene, por una encuesta del Internacional Republican Institute.
“Es muy ingenuo pensar que la democracia jeffersoniana llegará a Kazajistán hoy o mañana. Muy ingenuo”, sostiene el ministro, que recalca que “es mucho más fácil hacer reformas económicas que construir instituciones genuinas y una nueva cultura política”. Asegura que “es imposible cambiar tus hábitos 360 grados de un día para otro”, que su país ha hecho un esfuerzo formidable – “en el Kazajistán actual verá fantásticos progresos en todos los órdenes de la vida, no solo económicos”-- y pone como ejemplo el surgimiento de ONG. “¿Cuánto le llevó a España llegar a este estado? Somos jóvenes, tenemos solo 20 años. Mi respuesta a los críticos es que vengan y vean con sus propios ojos, que hablen con la gente. No somos ideales”. La OSCE criticó aquellos comicios de 2011, a los que achacó “las mismas deficiencias” que las elecciones previas.
Kazajistán, un país cinco veces mayor que España y solo 17 millones de habitantes, tenía un PIB per cápita de menos de 700 dólares en 1992; hoy es de 12.500 dólares. El Gobierno de Astana quiere reforzar su papel como mercado de las empresas españolas y ejercer de plataforma para exportar a las repúblicas vecinas. Idrissov explica que Talgo, que llegó hace años y ha construido el tren Astaná-Almaty, está construyendo allí vagones de pasajeros. Empresas como Indra o Repsol ya trabajan allí y otras como CAF u OHL “han mostrado interés”, según el ministro, que enumera los sectores donde existe oportunidades: transporte terrestre, energías renovables –“aunque tenemos mucho petróleo y gas, tenemos planes para que nuestra economía sea verde”., procesamiento alimentario y turismo . “Desarrollar una industria turística e infraestructura de hospitalidad es una gran prioridad. Y España puede ofrecer mucho en este ámbito” a este país.
Dice que supo por los medios que dos veinteñaros kazajos habían sido detenidos por su supuesta vinculación con el atentado de Boston. Son sospechosos, junto a un estadounidense, de haber intentado encubrir al supuesto terrorista Dzhokhar Tsarnaev. Declara que Kazajistán participa en la lucha contra el terrorismo y asegura que está en contacto "con las autoridades americanas para que los derechos de los detenidos no sean violados". Poco más dice saber de los dos jóvenes, solo que no eran parte del programa gubernamental que beca a 3.000 universitarios kazajos en el extranjero cada curso.
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