Macron avisa de que la UE dependerá de otros si no mejora su espionaje
El presidente francés propone un Erasmus de espías en la inauguración del Colegio Europeo de Inteligencia
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha advertido este martes de que Europa debe incrementar sustancialmente sus capacidades de espionaje, como ha asegurado que ya hace Francia, si no quiere depender en unos años de la información que le suministren Estados Unidos, Rusia o China para tomar decisiones estratégicas. Macron ha clausurado en París la sesión inaugural del nuevo Colegio Europeo de Inteligencia, a la que han asistido representantes de 66 servicios secretos de 30 países (todos los de la UE más Suiza y Noruega).
Aunque son habituales las reuniones de directores de servicios de espionaje interior o exterior, hasta ahora nunca se habían reunido todos juntos, acompañados por sus homólogos militares. Como ha recordado el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, “cuando hace diez años me contaba algo el responsable de información interior de un país, lo primero que me advertía es: pero no se lo digas a mi compatriota”.
A la capital francesa han acudido los jefes de los servicios de Francia, Italia, Alemania o España; mientras que los británicos Mi5 y Mi6 han enviado a sus adjuntos, lo que Macron ha considerado una señal de que Londres quiere seguir trabajando con la UE en materia de seguridad tras el Brexit.
Después de advertir de las amenazas que se ciernen sobre Europa, desde los ciberataques hasta el Estado Islámico (que no desaparecerá, ha subrayado, con la caída del califato) el presidente francés ha reiterado la necesidad de que Europa se dote de una defensa autónoma. Consciente de que el espionaje es uno de los últimos reductos de la soberanía nacional y de que ningún país está dispuesto a renunciar al mismo, Macron ha argumentado que no se trata de construir un servicio de la UE, ni de “uniformizar” los de todos los países, sino de introducir una visión europea junto a la nacional. Tras elogiar la cooperación bilateral entre las agencias de espionaje, ha instado a sus responsables a dar un salto adelante y “construir una cultura compartida”.
Como la mayoría de las propuestas que Macron lanzó en su discurso de La Sorbona en septiembre de 2017, con el propósito de relanzar el proyecto europeo tras el trauma del Brexit, la entonces anunciada Academia de Inteligencia Europea se ha quedado en un proyecto mucho más modesto.
El colegio, como se le ha rebautizado, no será una escuela de formación de los espías europeos, ni un centro postgrado, sino un foro que organizará talleres para intercambiar experiencias y reflexionar sobre el futuro de los servicios secretos. En marzo se decidirán en Madrid sus órganos de gobierno, que se limitarán a una secretaría permanente ligera y flexible con sede en París, y en septiembre se celebrará el primer seminario temático. A falta de una academia europea, Macron ha lanzado un nuevo reto a los responsables de inteligencia: completar la formación de los agentes con un periodo en otro servicio de un país europeo, un Erasmus de los espías en toda la regla.
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