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El Senado francés critica al Elíseo por la gestión del ‘caso Benalla’

La comisión de la Cámara que investiga al exasesor de seguridad presidencial advierte contradicciones en las declaraciones del círculo de Macron

Silvia Ayuso
Benalla, a su llegada este martes a un juzgado de París.
Benalla, a su llegada este martes a un juzgado de París. GEOFFROY VAN DER HASSELT (AFP)

Emmanuel Macron parece haber superado lo más grave de la crisis que provocaron los chalecos amarillos y hasta ha conseguido un momento de unidad casi sin fisuras en torno a la firme condena de actos antisemitas en toda Francia. Su popularidad vuelve a remontar en las encuestas. Pero hay un problema que todavía lo persigue: Alexandre Benalla. Una comisión del Senado presentó este miércoles un durísimo informe en torno al controvertido antiguo responsable de seguridad y hombre de confianza del presidente francés que denuncia “graves disfunciones” en el Elíseo y pide que actúe la justicia.

“La comisión estima que la seguridad del presidente (…) se vio gravemente afectada por las injerencias de un encargado de misión (Benalla) que no disponía de las cualificaciones necesarias (…) y que no se mostró digno de la confianza que se le dio”, concluye el informe presentado por el presidente de la comisión de investigación del Senado, Philippe Bas. El informe, de 160 páginas, fue elaborado a partir de las declaraciones de 40 personas interrogadas —entre ellas varios ministros— en una treintena de audiencias celebradas durante los últimos seis meses.

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No se acaba ahí el quebradero de cabeza presidencial. Los senadores quieren además que la justicia investigue no solo a Benalla, sino que también verifique “un cierto número de omisiones, incoherencias y contradicciones” en las que considera cayeron algunos de los más estrechos colaboradores de Macron durante las audiencias celebradas en torno al escándalo. Este se desató cuando la prensa reveló, el pasado verano, que Benalla había golpeado a varios manifestantes haciéndose pasar por policía el 1 de mayo y que el Elíseo se había limitado a sancionarlo levemente. Y no se trata de colaboradores cualquiera. Entre los nombres citados está el de Alexis Kohler, secretario general del Elíseo y considerado la mano derecha del mandatario. También el de Patrick Strzoda, jefe de Gabinete del Elíseo y responsable directo de Benalla, así como el del jefe del grupo de seguridad de la presidencia, el general Lionel Lavergne.

“Si bien los colaboradores más cercanos al jefe de Estado han contribuido útilmente a la búsqueda de la verdad sobre muchos puntos, la presentación que han hecho sobre las misiones de Benalla se contradice con los hechos reunidos por la comisión, que demuestran una implicación real del interesado en la seguridad del presidente de la República”, sostiene el informe. Por ello, agregan los senadores, “el fiscal debería pronunciarse sobre ese punto”.

En su comparecencia semanal tras el consejo de ministros, el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, afirmó que el Elíseo estaba dispuesto a presentar “respuestas factuales” al informe de los senadores que, agregó sin querer especificar, tiene “elementos tergiversados”.

En el centro de toda la tormenta están Benalla y su amigo y antiguo compañero Vincent Crase, un exempleado del partido de Macron que también se hizo pasar por policía en la manifestación del 1 de mayo. Ambos se disponían a pasar su segunda noche en prisión, después de que les fuera revocada la libertad condicional por considerar los jueces que no respetaron las “condiciones del control judicial” bajo las que se encontraban. Uno de los requisitos para permanecer en libertad era que Benalla y Crase no podían mantener ningún tipo de contacto. Pero el diario Mediapart reveló a finales de enero la grabación de unas conversaciones, que datan del 26 de julio, que demuestran que no respetaron esa condición.

Al principio, el escándalo Benalla parecía limitarse al abuso de funciones del joven hombre de confianza de Macron, de 27 años, y de la respuesta insuficiente del Elíseo. El propio presidente llegó a desestimar el caso, que calificó de “tormenta de verano”. Pero este acabó y el escándalo ha permanecido latente. Primero por la revelación de que Benalla habría portado armas de manera irregular y, después, en diciembre, cuando la prensa reveló que había realizado varios viajes a África para reunirse con mandatarios y altos funcionarios usando los pasaportes diplomáticos y de servicio que debería haber entregado cuando fue despedido del Elíseo. “No es un solo caso Benalla”, son varios escándalos continuados, denunció el presidente de la comisión investigadora, el senador Bas.

La justicia abre otra investigación sobre Benalla

Los problemas judiciales de Alexandre Benalla no hacen más que complicarse. La Fiscalía de París ha abierto una nueva investigación preliminar para determinar si hubo un “ocultamiento de pruebas” en las diferentes investigaciones que giran en torno al antiguo hombre de confianza del presidente Macron. La nueva investigación se centra en una misteriosa caja fuerte de Benalla —nunca hallada— donde dijo que guardaba sus armas, así como las grabaciones de su conversación con Vincent Crase, en las que el joven presumía del apoyo del presidente frente a las acusaciones en su contra.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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