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La OTAN reclama a Rusia que cumpla con el tratado de misiles

La falta de mecanismos de control del rearme global centra el debate de la conferencia de seguridad de Múnich

Ana Carbajosa
Pence saluda al ministro presidente de Baviera, Markus Soeder, este viernes.
Pence saluda al ministro presidente de Baviera, Markus Soeder, este viernes. Matthias Schrader (AP)

Los ecos de la Guerra Fría resonaron con insistencia en la apertura de la Conferencia de Seguridad de Múnich. Unos 600 participantes –altos cargos políticos y expertos, incluida la canciller Angela Merkel o el vicepresidente de EE UU, Mike Pence- debaten hasta el domingo los retos de la seguridad global en la conferencia que se celebra anualmente en la capital bávara. Los participantes pintaron durante el arranque un panorama sombrío y situaron el colapso del tratado de control armamentístico como un desafío prioritario. “Le pedimos a Rusia que destruya sus misiles”, clamó Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN.

“El reloj corre. Queremos que Rusia vuelva a cumplir”, pidió Stoltenberg. EE UU anunció a principios de febrero que se retiraba del tratado de eliminación de armas de medio y corto alcance (INF, por sus siglas en inglés), acuerdos de la era Reagan tras acusar reiteradamente a Moscú de violar el pacto. El anuncio ha puesto punto final al mecanismo de control de desarrollo de armamento de la Guerra Fría y ha abierto un nuevo escenario global plagado de incertidumbres. El secretario general de la OTAN pidió a Moscú que recapacite y aproveche los seis meses para que se haga efectiva la retirada de EE UU para “volver” a un tratado que, consideró, ahora ha quedado reducido a “papel mojado” tras el incumplimiento de Moscú y la consecuente retirada de Washington.

EE UU y China impulsan el gasto militar

Los países europeos deberán destinar 102 millones de dólares más para alcanzar el objetivo comprometido en 2014 del 2% de su PIB, según el informe presentado en Múnich del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, IISS por sus siglas en inglés.

El estudio del IISS refleja un aumento del 1,8% en Defensa y armamento en todo el mundo el año pasado. Estados Unidos es responsable de la mitad de ese incremento, mientras que China contribuyó también sustancialmente a esa subida habiendo aumentado su presupuesto de defensa un 6% en los últimos dos años. La modernización y el desarrollo tecnológico del armamento chino gracias a la inteligencia artificial es una de las preocupaciones que los participantes de la conferencia de Múnich han puesto reiteradamente sobre la mesa.

Aún así, Stoltenberg aseguró que la OTAN “está preparada para un mundo sin INF y con misiles rusos en Europa”, sin ofrecer detalles sobre planes concretos. “Lo haremos unidos y de forma proporcionada”, indicó para después añadir que la Alianza no tiene intención de "desplegar en Europa baterías terrestres de misiles capaces de incorporar cabezas nucleares y subrayó que los aliados no pueden ser “naifs” ni “complacientes”.

El secretario general, como muchos de los ponentes, resaltó los beneficios que los mecanismos de control armamentístico han tenido desde la Segunda Guerra Mundial, “pero esas instituciones están ahora bajo presión. Necesitamos reforzarlas y reformarlas”.

Jacek Czaputowicz, ministro de Exteriores polaco, se sumó a las voces preocupadas por la merma de mecanismos de control en la carrera armamentística y evocó los tiempos de la Guerra Fría. Aseguró que recuerda bien “la situación en Europa en los ochenta y todos temen ese escenario, pero tenemos que acostumbrarnos a la nueva situación. No estamos a favor del despliegue de misiles en nuestro territorio, pero buscaremos una solución dentro de la OTAN, tenemos que responder juntos con la Alianza a la amenaza rusa”, dijo Czaputowicz.

La ministra de Defensa alemana, Ursula Von der Leyen, abrió el foco y explicó que más allá de las supuestas violaciones rusas, “necesitamos un amplio abanico de medidas para convencer a Rusia de que se siente en la mesa de negociación, pero hay que abrir el debate también a China [que no forma parte del INF], para integrar a otros en esta discusión de cómo hacer frente a las amenazas”.

Von der Leyen insistió en que “la OTAN sigue siendo nuestra primera opción cuando se trata de seguridad” y consideró que la organización atlántica es una unión “de intereses, pero también de valores”. Von der Leyen aseguró que “sabemos que tenemos que hacer más. Estamos comprometidos con el 2%” [del PIB], pero a la vez repitió el argumento alemán de que no solo se trata de hablar del famoso porcentaje que exige Washington. Alemania, recordó, es el segundo contribuyente de tropas a la OTAN y el segundo mayor financiador.

Más contundente respecto al incumplimiento ruso se mostró Gavin Williamson, ministro de Defensa británico, quien aseguró que “debemos prepararnos para dar una respuesta a las provocaciones de Rusia. El aventurismo ruso tiene que tener un coste”, dijo el titular de Defensa británico, quien no dudó en emplear un tono muy beligerante contra Rusia: “Queremos que el tratado de INF funcione”.

Compromiso en seguridad tras el Brexit

Williamson aprovechó para tender la mano a la Unión en tiempos de convulso divorcio. Dijo que su “compromiso de defensa con Europa se mantiene firme , también cuando salgamos de la UE” y consideró que el Brexit “es una oportunidad para hacer más en el escenario global”.

La canciller alemana, Angela Merkel, el vicepresidente de EE UU, Mike Pence, y el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, compondrán el plato fuerte de la conferencia el sábado. Hasta 50 miembros del Congreso estadounidense, así como Ivanka Trump, asesora de la Casa Blanca e hija del presidente estadounidense, y su marido Jared Kuschner, también consejero presidencial, se han desplazado hasta Múnich para participar en un encuentro en el que tradicionalmente las relaciones transatlánticas ocupan un lugar privilegiado. El presidente francés, Emmanuel Macron, es el gran ausente. El anfitrión del evento, el embajador Wolfgang Ischinger, ofreció la explicación oficial la semana pasada en Berlín; es decir, que la crisis doméstica que atraviesa le ha impedido desplazarse hasta Múnich.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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