Nervios en las empresas y cautela en los mercados por los vaivenes del Brexit
La incertidumbre ante la marcha de Reino Unido de la UE pone nerviosas a las compañías, que no saben si tendrán que enfrentar una salida sin acuerdo
La mayor derrota de un Gobierno en la historia del Parlamento británico no ha servido para aclarar qué va a pasar con el Brexit. Por eso, los mercados apenas han reaccionado al descalabro del Gobierno de Theresa May, que el martes por la noche vio cómo los Comunes rechazaban con 432 votos en contra y 202 a favor el acuerdo de separación alcanzado el mes pasado por Reino Unido y la Unión Europea.
La parálisis de los mercados (la libra se ha mantenido razonablemente estable) se debe a que no se sabe qué va a pasar ahora pero cunde la impresión de que, a pesar de las apariencias, la posibilidad de un Brexit sin acuerdo ha perdido peso y cada vez parece más obvio que habrá algún tipo de retraso en la fecha del divorcio, previsto para el 29 de marzo. Esa incertidumbre es precisamente la que pone nerviosas a las empresas, que no saben si se han de enfrentar a una salida sin acuerdo, si habrá finalmente un pacto que signifique un periodo de transición antes de la marcha de la UE o incluso si al final el país, de una forma u otra, acabará quedándose en la Unión Europea.
El Gobernador del Banco de Inglaterra, el canadiense Mark Carney, ha advertido este miércoles por la mañana en una comparecencia parlamentaria sobre la “volatilidad” que pueden sufrir los mercados debido a esa incertidumbre. Y ha subrayado que “el mercado está a la espera” de lo que hace el Parlamento y parece haberse creado una expectativa de que el actual impasse significa que “se va a extender el proceso de toma de decisiones y la perspectiva de un no acuerdo parece haber disminuido”. Y ha pronosticado que “va a continuar la volatilidad”.
En economía, volatilidad significa riesgo: es el factor que delata que un activo se ha desviado de su valor estándar, sea hacia arriba o hacia abajo. Es lo que le está pasando a la libra esterlina, que se ha convertido en el mejor termómetro para medir los sentimientos de los mercados financieros ante el Brexit porque la Bolsa está demasiado penetrada por empresas con intereses exteriores y no refleja tan bien los vaivenes de la economía británica. Cuando aumenta el riesgo de un Brexit sin acuerdo, la libra baja; si el acuerdo parece próximo o el mercado cree que al final no habrá Brexit, la libra sube.
El martes por la noche, tras la catastrófica derrota parlamentaria de Theresa May, la libra subió frente al dólar pero recuperó pronto la paridad. El miércoles, apenas se movió. ¿Por qué? Primero subió porque del conjunto del debate parlamentario el mercado extrajo la conclusión de que tanto el Gobierno como los Comunes parecen absolutamente resueltos a evitar una salida sin acuerdo. Pero en conjunto, la libra se mantuvo estable porque en realidad nadie tiene ni idea de qué va a pasar exactamente, salvo la certeza de que el líder laborista, Jeremy Corbyn, no conseguiría que prosperara su moción de no confianza contra Theresa May.
Para el banco de inversiones Nomura, la lección a extraer es que “en el Parlamento hay una mayoría a favor de un Brexit suave y en contra de un Brexit sin acuerdo”. Por eso, apuesta por una libra al alza.
La agencia de calificación Moody’s coincide en que el voto del martes prolonga la incertidumbre y amenaza con empeorar el perfil crediticio de Reino Unido. “Sin embargo, el voto contra el acuerdo no es, en sí mismo, suficiente para que Moody’s cambie su base a un escenario de no acuerdo en el que la agencia debería revisar formalmente el perfil crediticio de Reino Unido y de otros afectados por la cuestión”, matiza la agencia.
La volatilidad política deja a los mercados financieros sin dirección, y por lo tanto a la expectativa. Para las empresas, esa falta de dirección es mucho más difícil de digerir porque han de decidir hoy cómo preparar los próximos meses, cuando no años. “Necesitamos un plan de forma inmediata”, ha declarado Carolyn Fairbairn, directora general de la CBI, la patronal manufacturera británica. “Los políticos tienen que hacer historia como líderes. Todos los diputados tienen que reflexionar sobre la necesidad de un compromiso y actuar con rapidez para proteger la economía de Reino Unido”, ha añadido.
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