Trump congela de golpe el pago de programas del Gobierno que suman cientos de miles de millones de dólares al año
El presidente de EE UU detiene el suministro de fármacos contra el virus del sida y la malaria a países pobres
Donald Trump sigue gobernando por las bravas una semana después de regresar a la presidencia de Estados Unidos. La oficina presupuestaria de la Casa Blanca envió una instrucción este lunes a todos los departamentos y agencias de la Administración federal para que congelen los desembolsos de préstamos, subvenciones y ayudas mientras el nuevo Gobierno analiza si se alinean con sus prioridades, aunque señala que lo hagan en la medida en que la ley lo permita. El documento de dos páginas, difundido primero en las redes sociales y cuya autenticidad fue confirmada por medios estadounidenses, ha generado una enorme confusión e incertidumbre en las agencias federales y en los destinatarios de esos programas. Al tiempo, Trump ha decidido detener también la ayuda a los países pobres con medicamentos contra el VIH, el virus del sida, la malaria y otros, que salvan millones de vidas.
La instrucción difundida por el director interino de la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB), Matthew Vaeth, ordena a las agencias federales pausar temporalmente “todas las actividades relacionadas con la obligación o el desembolso de toda la asistencia financiera federal”. “El uso de recursos federales para promover la equidad marxista, la transexualidad y las políticas de ingeniería social del nuevo pacto verde es un despilfarro del dinero de los contribuyentes que no mejora la vida cotidiana de aquellos a quienes servimos”, argumenta el memorando.
Aunque el Gobierno de Trump pone el foco en ciertas políticas, ha decidido matar moscas a cañonazos y cortar de golpe el grifo de la financiación pública de forma preventiva a toda clase de programas. El cumplimiento de la orden supone detener la entrega de partidas de cientos de miles de millones o incluso billones de dólares en términos anuales para todo tipo de propósitos.
Entre los destinatarios de los desembolsos federales están las Administraciones estatales y locales. Los programas que se financian con ese dinero incluyen la educación y el transporte. Se cortan los desembolsos de préstamos a pequeñas empresas, dinero para investigación de las universidades, fondos para organizaciones sanitarias sin ánimo de lucro y muchas otras ayudas.
El documento especifica que la congelación de fondos no afecta a las prestaciones de Medicare, el sistema de seguro sanitario público, o de la Seguridad Social. También se salvan las ayudas dirigidas directamente a individuos, aunque no está claro el alcance de esa excepción y, además, la mayoría de los programas no se canaliza directamente, sino a través de otras organizaciones.
En su primera rueda de prensa como portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt defendió este martes la medida subrayando que el dinero que la asistencia prestada directamente a individuos, incluidas las pensiones, la atemnción de Medicare o los cupones de alimentos no se verán congelados. Pero no pudo garantizar que se mantengan los que perciben de forma indirecta, a través de los gobiernos estatales y locales y de organizaciones no gubernamentales, incluido Medicaid, el seguro sanitario público para personas más necesitadas.
“Es responsabilidad de este presidente y esta administración ser buenos gestores de los dólares de los contribuyentes”, aseguró Leavitt. “La razón de esto es asegurar que cada céntimo que sale por la puerta no está en conflicto con las órdenes ejecutivas y las acciones que este presidente ha tomado”, añadió, antes de soltar el repertorio trumpista contra la diversidad, la inclusión, la agenda verde en términos despectivos.
“Los últimos cuatro años, hemos visto a la administración Biden gastar dinero como marineros borrachos. Es una gran razón por la que hemos tenido una crisis de inflación en este país, y le corresponde a esta administración asegurarse, de nuevo, de que cada céntimo se contabiliza honestamente”, argumentó.
Ni siquiera está claro que Trump tenga la autoridad para tomar una medida de ese calado. “Más anarquía y caos en Estados Unidos mientras la Administración de Donald Trump desobedece descaradamente la ley, reteniendo prácticamente todos los fondos vitales que apoyan programas en todas las comunidades del país. Si esto continúa, el pueblo estadounidense pagará un precio terrible”, tuiteó el líder de la minoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, tras difundirse la instrucción. “El Congreso aprobó estas inversiones y no son opcionales, son la ley. Estas subvenciones ayudan a comunidades de Estados rojos [republicanos] y azules [demócratas] y apoyan a las familias, ayudan a los padres a criar a sus hijos y conducen a comunidades más fuertes”, añadió el senador, que desconfía además de que la congelación sea temporal.
El memorando exige a las agencias federales que identifiquen y revisen todos los programas de ayuda financiera federal y las actividades de apoyo de acuerdo con las políticas de Trump y cita como ejemplos algunas de las órdenes ejecutivas y demás disposiciones que aprobó en su primer día como presidente. Con ellas, barría la era de Joe Biden en asuntos como la agenda verde, las políticas de diversidad e inclusión, la ayuda exterior y la inmigración.
Para aplicar esas órdenes de Trump, según la instrucción, “cada agencia debe completar un análisis exhaustivo de todos sus programas de ayuda financiera federal para identificar programas, proyectos y actividades que puedan estar implicados en cualquiera de las órdenes ejecutivas del presidente”. “Mientras tanto, en la medida en que lo permita la legislación aplicable, los organismos federales deben suspender temporalmente todas las actividades relacionadas con la obligación o el desembolso de toda la asistencia financiera federal, y otras actividades pertinentes del organismo que puedan verse afectadas por las órdenes ejecutivas, incluida, entre otras, la asistencia financiera para la ayuda exterior, las organizaciones no gubernamentales, la DEI [diversidad, igualdad e inclusión], la ideología de género woke [término para referirse despectivamente a políticas progresistas] y el nuevo pacto verde”, añade el documento.
La fecha fijada para la entrada en vigor de la instrucción es perentoria: este martes a las 17.00 horas de Washington (las 23.00 horas en la España peninsular). La oficina presupuestaria de la Casa Blanca da de plazo a las agencias federales hasta el 10 de febrero para que le presenten información detallada sobre todos los programas, proyectos o actividades sujetos a la pausa en los desembolsos.
Alarma máxima para las ONG
“Esta orden es un potencial incendio de alarma máxima para las organizaciones sin ánimo de lucro y las personas y comunidades a las que sirven”, ha tuiteado Diane Yentel, directora del Consejo Nacional de Organizaciones sin Ánimo de Lucro. “Desde la interrupción de la investigación sobre la cura del cáncer infantil hasta el cierre de refugios para personas sin hogar, la interrupción de la asistencia alimentaria, la reducción de la seguridad frente a la violencia doméstica y el cierre de líneas telefónicas de ayuda al suicidio, el impacto de incluso una breve pausa en la financiación podría ser devastador y costar vidas. Esta orden podría diezmar miles de organizaciones y dejar a los vecinos sin los servicios que necesitan”, ha añadido.
Al tiempo, y como parte de la congelación de la ayuda exterior incluida en los decretos que aprobó en su primer día en la Casa Blanca, la Administración Trump ha tomado medidas para detener el suministro de medicamentos que salvan vidas contra el VIH, la malaria y la tuberculosis, así como suministros médicos para recién nacidos, según informa Reuters.
El martes, los contratistas y socios que trabajan con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) empezaron a recibir memorandos, a uno de los cuales, dirigido a la firma Chemonics, tuvo acceso la agencia. El documento paraliza la ayuda de la empresa en materia de VIH, malaria y tuberculosis, así como anticonceptivos y suministros de salud materno-infantil, según dijeron a Reuters una fuente y un antiguo funcionario de USAID.
“Esto es catastrófico”, dijo Atul Gawande, exjefe de salud global de USAID que dejó la agencia este mes. “Los suministros de medicamentos donados mantienen con vida a 20 millones de personas que viven con el VIH. Eso se acaba hoy”, añadió. Las interrupciones en el tratamiento de enfermedades implican que los pacientes corren el riesgo de enfermar, así como, en el caso del VIH en particular, de transmitir el virus a otras personas. También significa que pueden surgir cepas resistentes a los fármacos, según Gawande.
Leavitt defendió también en su primera rueda de prensa el recorte de la ayuda exterior. Puso como ejemplo los 37.000 millones de dólares que se dedicaban a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y también que estaban a punto de destinarse 50 millones de dólares “para financiar preservativos en Gaza, que es un derroche absurdo de dinero de los contribuyentes”, dijo.
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