La UE reclama a Reino Unido que aclare su posición con rapidez
Los principales grupos parlamentarios se abren a ampliar el plazo del Brexit pero apremian a Londres a consensuar una propuesta
Bruselas y las principales capitales europeas han enviado este miércoles a Londres un mensaje de paciencia y comprensión, pero también de premura, tras la monumental derrota del Gobierno de Theresa May en la Cámara de los Comunes, que el martes rechazó por 230 votos de diferencia el acuerdo de salida de Reino Unido de la Unión Europea. Desde la canciller alemana, Angela Merkel, hasta la Comisión Europea han insistido en que todavía hay tiempo para evitar el temido escenario de un Brexit sin acuerdo. Pero los líderes europeos han advertido a Londres que debe moverse muy rápido porque apenas quedan 70 días para el 29 de marzo, el plazo establecido para la consumación del Brexit.
"Podemos estar más cerca del escenario del Brexit sin acuerdo, pero no es seguro que se produzca e intentaremos que no ocurra siempre y cuando sepamos cuál es el próximo movimiento de Reino Unido", ha señalado el portavoz oficial de la Comisión, Margaritis Schinas. También Berlín y París mostraron su disposición a aprovechar las semanas restantes de los dos años de negociación previstos en el artículo 50 del Tratado de la UE (cuenta atrás que Londres puso en marcha el 29 de marzo de 2017) para cerrar un acuerdo. E incluso a prolongar ese plazo si fuera necesario para rematar el Brexit con un pacto entre Reino Unido y los Veintisiete.
"Todavía tenemos tiempo de negociar y estamos esperando la propuesta que la primera ministra [británica] está preparando", ha señalado la canciller alemana. La ministra francesa de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau, se ha mostrado dispuesta a contemplar una prórroga del artículo 50 para dar más tiempo a Londres para completar la tramitación del Brexit o replantearlo si fuera necesario. Pero el gobierno de Emmanuel Macron ha advertido de que no aceptará, en ningún caso, la renegociación del Acuerdo de salida logrado el pasado 25 de noviembre. En el mismo sentido se ha pronunciado el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien calificó en Estrasburgo el acuerdo actual como el "mejor" y "único" posible.
El pleno del Parlamento Europeo también ha abordado las consecuencias del histórico batacazo de May en la Cámara de los Comunes. Y el hemiciclo de Estrasburgo ha sido un clamor a favor de que Londres someta de nuevo a las urnas el Brexit, bien en forma de elecciones generales o, incluso, de un segundo referéndum. Hasta Nigel Farage, eurodiputado eurófobo y antiguo líder de UK Independence (UKiP) se ha mostrado convencido de que una segunda consulta será inevitable. Pero ha desafiado: "Los partidarios del Brexit ganaremos por un margen aún mayor".
Debate parlamentario
Los tres principales grupos de la Eurocámara (los conservadores del PPE, los socialdemócratas de S&D y los liberales de ALDE) se han mostrado a favor de prolongar el plazo del Brexit si Londres lo solicita, a condición de que el Gobierno británico deje claro cuál es el objetivo de esa prórroga. Lo ha resumido el negociador de la UE, Michel Barnier, quien ha señalado que las "diferentes motivaciones, incluso contradictorias" que llevaron a 432 diputados a rechazar el acuerdo no configuran una propuesta mayoritaria alternativa. “Ahora el balón está en el tejado de los británicos”, ha coincidido el líder del PPE Manfred Weber, quien ha reclamado a Londres una “orientación” para poder seguir negociando. El conservador británico Syed Kamall ha aguado esa aspiración. "Me temo que van a tener que esperar un poco más", ha señalado ante las consecuencias que puede tener la votación del martes.
Los populares y los liberales defienden que, en cualquier caso, el aplazamiento no sea más allá del 26 de mayo, fecha de las elecciones al Parlamento Europeo. Los socialdemócratas no han fijado límite para una prórroga que, según fuentes diplomáticas, podría llegar hasta finales de junio (en vísperas de la constitución del nuevo Parlamento Europeo) o, incluso, hasta después del verano si Londres se comprometiera a someter el Brexit a un nuevo plebiscito.
El socialdemócrata Roberto Gualtieri ha recordado que la activación del artículo 50 es “revocable” y ha sostenido que, si la Cámara de los Comunes es incapaz de marcar el camino por el que debe transitar Reino Unido, "tal vez ha llegado el momento de que la ciudadanía pueda expresarse con nuevas elecciones o un referéndum”. Esa misma opción, la de un segundo referéndum, es la que ha expresado también Los Verdes.
Puesto que una salida para May podría pasar por un pacto con los laboristas británicos, los principales grupos parlamentarios se mostraron dispuestos a abrir la mano en la futura relación entre ambas partes. "En la Unión Europea estamos dispuestos y preparados para tener una relación más profunda", ha sostenido el líder de los liberales, Guy Verhofstadt, quien ha considerado que fueron los propios británicos quienes fijaron unas líneas rojas estrictas impulsados por la "línea dura" de los conservadores.
Una solución a contrarreloj
Bruselas sigue apostando por una “salida ordenada” del Reino Unido. Lo reiteró ayer el negociador de la UE, Michel Barnier, ante el pleno del Parlamento Europeo. Sin embargo, el tiempo se agota y advirtió de que solo quedan 10 semanas para que venza el plazo para que Reino Unido pase a ser un “país tercero”. Y el “riesgo de un no acuerdo”, del Brexit duro, crece. Las capitales sostuvieron que, ante la votación de la Cámara de los Comunes, siguen con sus planes de contingencia para afrontar una situación caótica. En especial en los países con una mayor relación con Londres, como Irlanda. Su primer ministro, el democristiano Leo Varadkar, afirmó que el país se está preparando para esa eventualidad y avisó del “profundo impacto negativo en el empleo” que un Brexit duro tendría en las dos jurisdicciones de la isla.
La Comisión Europea ha publicado en varias tandas los planes de contingencia ante una salida desordenada de Reino Unido. Su vicepresidente primero, Frans Timmermans, recordó que el Brexit ya en sí mismo una decisión dañina para el conjunto de la Unión Europea, por lo que Londres y Bruselas deben seguir buscando acuerdos para minimizar sus efectos. “Como políticos, estamos obligados a reducir el daño al mínimo posible”, añadió. Por ello, consideró que la UE debe seguir pertrechándose ante la posibilidad de que el caos en Westminster impida una retirada sin sobresaltos.
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