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El nominado por Trump para fiscal general promete respetar la investigación de la trama rusa

William Barr, que este martes incia su audiencia de confirmación en el Senado, busca tranquilizar a los demócratas al garantizar que “se permitirá a Mueller completar su trabajo"

Pablo Guimón
William Barr, nominado a fiscal general de EE UU.
William Barr, nominado a fiscal general de EE UU.JONATHAN ERNST (REUTERS)

El hombre nominado por Donald Trump para ser el nuevo fiscal general de Estados Unidos, William Barr, ha prometido que permitirá al fiscal especial Robert Mueller proseguir sin interferencias políticas con su investigación sobre los supuestos vínculos entre el presidente y el Kremlin durante la campaña de las presidenciales de 2016. Así lo asegura Barr en un adelanto, publicado este lunes, del testimonio que prestará el martes ante el Comité Judicial del Senado, al inicio de su audiencia de confirmación como responsable del Departamento de Justicia, que se prolongará durante dos días.

"Creo que lo mejor para todos —el presidente, el Congreso, y, lo más importante, para el pueblo estadounidense— es que este asunto se resuelva permitiendo que el fiscal especial concluya tu trabajo", dicen los extractos del discurso adelantados, que buscan mitigar los temores de los demócratas de que el nuevo fiscal general pudiera apartar a Mueller y cerrar la investigación.

Barr, que ya dirigió el Departamento de Justicia entre 1991 y 1993 bajo la presidencia de George H.W. Bush, fue nominado por Trump el pasado 7 de diciembre para reemplazar Jeff Sessions. Este último había pasado de ser el gran aliado del presidente a convertirse en objeto de su ira cuando, en marzo de 2017, decidió inhibirse en la investigación de la trama rusa. Inicialmente era el FBI el que investigaba la posible conspiración entre el equipo de Trump y Moscú, y si el presidente había tratado de obstruir la justicia. Al depender el FBI del Departamento de Justicia, era Sessions quien supervisaba las pesquisas, hasta que decidió inhibirse al salir a la luz que ocultó que él mismo se había reunido con el entonces embajador ruso en EE UU, Sergei Kislyak. La supervisión de la investigación pasó entonces a su número dos, Rod Rosenstein, que en mayo de ese mismo año, cuando Trump fulminó a James Comey como director del FBI, encomendó el caso al fiscal especial Robert Mueller, un respetado exdirector del buró, para despejar suspicacias.

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Poco después de la nominación de Barr, salió a la luz un documento que había remitido a los abogados de Trump el año pasado, en el que se mostraba crítico con la parte de la investigación que contempla una posible obstrucción de la justicia por parte del presidente. Eso disparó los temores entre los legisladores demócratas de que, de ser confirmado como fiscal general, pudiera torpedear la investigación de Mueller. Pero, en los extractos de su ponencia adelantados, garantiza que “se permitirá a Bob [Mueller] completar su trabajo”.

Asegura Barr que no permitirá que "la política partidista, los intereses personales o cualquier otra consideración inapropiada" pueda interferir con la investigación de Mueller. "Puedo asegurar que, cuando los juicios sean hechos por mí, los emitiré basados solamente en la ley y no dejaré que intereses personales, políticos u otros intereses impropios influyan en mis decisiones", prosigue el nominado, que considera de "vital importancia" permitir que Mueller complete su investigación y asegura que tiene "el mayor respeto" por el fiscal especial.

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El presidente, defiende Barr, “no ha buscado garantías, promesas o compromisos de ningún tipo, ni expresos ni implícitos, y yo no se los he dado, más allá de que llevaré el Departamento con profesionalidad e integridad”. Su confirmación como fiscal general está poco menos que garantizada ya que, aunque los demócratas se opusieran unánimemente, los republicanos tienen la mayoría en el Senado.

Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

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