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El Gobierno de Estados Unidos muestra a los primeros soldados en la frontera

Trump ha comenzado con el despliegue de los primeros 1.000 militares en el sur de Texas para contener la caravana de migrantes

Soldados desplegados por Trump en Hidalgo (Texas), fronteriza con México
Pablo Ximénez de Sandoval

La imagen de militarización de la frontera de Estados Unidos con México que trata de promover el presidente Donald Trump se hizo realidad este viernes cuando empezaron a llegar los primeros efectivos a algunas zonas de California, Arizona y Texas. La aviación de Estados Unidos distribuyó imágenes de soldados llegando al aeropuerto de Harlingen, Texas, para su despliegue en la zona de McAllen, al sur del Estado. Son los primeros 1.000 soldados de un contingente aprobado de 5.200 que, según el presidente Trump, podría llegar a los 15.000.

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El despliegue militar, que en sus cifras máximas sería mayor que la presencia de Estados Unidos en Irak, tiene como objetivo supuestamente la contención de la “invasión”, en palabras de Trump, que se avecina desde Centroamérica. Una caravana de migrantes que partió de Honduras en dirección al norte y hace dos semanas cruzó la frontera entre Guatemala y México en dirección a Estados Unidos. La caravana, formada por familias desesperadas, ha crecido hasta las 7.000 personas. Se encuentran a más de 1.000 kilómetros de la frontera entre México y Estados Unidos. Y avanzan a pie.

Todo esto sucede a cuatro días de las elecciones legislativas del próximo martes, 6 de noviembre, en las que Trump se juega el futuro de su presidencia. Trump ha convertido este asunto en uno de los principales puntos de su campaña y trata de excitar a sus seguidores transmitiendo sensación de caos en la frontera, un caos al que, dentro de esta lógica narrativa, él responde con dureza para defender EE UU. Los militares no pueden hacer las labores de policía de inmigración (ICE) y los agentes de seguridad fronteriza (CBP). Su trabajo se limita a apoyo logístico y administrativo, para poder destinar más agentes al trabajo de seguridad en la frontera.

El despliegue militar en la frontera está además envuelto en la retórica antiinmigrantes más dura que ha utilizado Trump desde tiempos de la campaña electoral. El jueves, Trump anunció que se plantea modificar las leyes de asilo, que quiere modificar por decreto la Constitución para negar la nacionalidad a los nacidos en territorio de EE UU de padres extranjeros, y que ha pedido a los soldados desplegados que respondan con fuego a cualquier agresión.

La actual demostración de fuerza en la frontera es la segunda después de que Trump exigiera la movilización de más de 2.000 miembros de la Guardia Nacional (ejército de reservistas que depende de los Estados) ante la llegada de una caravana de inmigrantes parecida el pasado mes de abril. Aquella caravana llegó a la frontera dividida en grupos de decenas o cientos. Los que pidieron refugio en los puertos de entrada de la frontera fueron recibidos y sus peticiones procesadas, de acuerdo a las leyes de asilo estadounidenses.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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