Trump cuestiona la credibilidad de la mujer que acusa de intento de violación a su candidato al Supremo
Los comentarios del presidente se producen en pleno proceso de aprobación del juez Kavanaugh y a semanas de las elecciones legislativas
El presidente Donald Trump ha cuestionado directamente la credibilidad de Christine Blasey Ford, la mujer que acusa al juez Brett M. Kavanaugh, su candidato a juez del Supremo, de haber intentado violarla en una fiesta en 1982, cuando ambos eran menores de edad. “No tengo duda de que, si el ataque a la doctora Ford fue tan malo como dice, ella o sus amorosos padres habrán presentado cargos inmediatamente ante las fuerzas de seguridad locales. ¡Pido que adelante esos documentos para que podamos conocer fecha, tiempo y lugar!”, ha tuiteado el presidente de Estados Unidos este viernes por la mañana.
El hecho de que Trump haya dado el paso de valorar públicamente las acusaciones de Ford, psicóloga investigadora en una universidad de California, puede tener efectos en el proceso de confirmación del juez Kavanaugh, que se está llevando a cabo estos días en el Senado: la suerte de Kavanaugh depende del apoyo de una serie de senadores republicanos y, en particular, de dos republicanas moderadas —Lisa Murkowski y Susan Collins— que no han revelado cuál será su voto y que se han desmarcado otras veces de su partido en asuntos sociales.
La decisión del presidente de cuestionar la credibilidad de una mujer que dice haber sido víctima de un abuso sexual también podría tener un efecto en las elecciones legislativas, como indica la ola de protesta que ha desatado su comentario en Twitter. Miles de mujeres han compartido en la red social, con el hashtag de #WhyIDidntReport, los motivos por los que no acudieron a las autoridades después de haber sufrido casos parecidos al que denuncia Ford.
La designación del muy conservador Brett Kavanaugh como juez vitalicio del Tribunal Supremo en sustitución de otro más moderado, algo que inclinaría a la derecha la balanza de la máxima instancia judicial estadounidense, avanzaba viento en popa. Pero todo saltó por los aires la semana pasada cuando Christine Blasey Ford, la mujer que acusó anónimamente al juez designado por Trump para el Supremo de un intento de violación, decidió revelar su identidad. Kavanaugh lo niega y comparecerá en el Comité Judicial del Senado el próximo lunes. También lo hará Ford. El caso, si los senadores lo consideran lo suficientemente relevante, podría descarrilar directamente la nominación de Kavanaugh o retrasar el proceso hasta después de las elecciones, en cuyo caso su aprobación dependerá de la nueva Cámara salida de los comicios, en la que se prevé una mayor presencia demócrata.Sucede además que no es, ni mucho menos, la primera vez que Trump ofrece su respaldo a hombres denunciados por delitos sexuales. Él mismo ha sido acusado de abusos por casi una veintena de mujeres. Pero esta vez ha ido aún un poco más lejos al poner en duda pública y directamente la acusación de una mujer que dice haber sufrido un intento de violación. Si ya se anticipaba un respaldo masivo de las votantes mujeres al Partido Demócrata, esta crisis podría dispararlo a cotas aún más altas.
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