Francia busca aliviar sus saturadas cárceles
Alternativas a la prisión para condenas cortas, la clave para rebajar en 8.000 presos la población carcelaria francesa
La ministra francesa de Justicia, Nicole Belloubet, presentó este miércoles al Gobierno los planes para conseguir una de las metas fijadas por el presidente Emmanuel Macron: reducir la población carcelaria en unos 8.000 presos en el próximo año. El proyecto busca descargar unas prisiones saturadas, a la espera de que se haga efectiva, a más largo plazo, la creación de hasta 15.000 nuevas plazas en las prisiones de todo el país.
El plan “global y coherente”, como lo definió Belloubet, para reducir la población carcelaria se basa sobre todo en imponer alternativas a la cárcel para las penas más cortas. Así, dijo la ministra, se prohibirán las penas de prisión de menos de un mes y, para las inferiores a seis meses, se buscarán alternativas, como la imposición de un brazalete electrónico o penas de trabajo en beneficio de la comunidad, conocidas en Francia como trabajos de interés general. Sin embargo, se produce otra reforma que, según algunos críticos al plan, podría provocar el efecto contrario al deseado y volver a llenar las prisiones: toda pena superior a un año de cárcel deberá ser cumplida, mientras que, desde 2009, para las condenas de hasta dos años cabía la posibilidad de cambiar la prisión por otra sanción.
“Hemos hecho del encarcelamiento la pena de referencia única, lo cual resulta ineficaz cuando esta es de corta duración”, dijo la ministra a Les Echos. Las condenas “inferiores a los seis meses más que contribuir a la reinserción, lo que hacen es marginar”, sostuvo. A partir de octubre, se lanzará una “Agencia de trabajo de interés general y de trabajo penitenciario” que deberá contactar y movilizar a los servicios públicos, las asociaciones y las empresas privadas para ampliar la oferta laboral como alternativa a la cárcel, agregó en rueda de prensa tras el consejo de ministros en el que desveló su programa.
Este se basa en las guías marcadas por Macron quien, en un discurso ante la Escuela Nacional de Administración Penitenciaria el pasado marzo, afirmó que el sistema carcelario del país está “a punto de colapsar”.
Con 70.710 presos, Francia no solo ha batido este año un nuevo récord de encarcelados. Se ha consolidado, también, como uno de los países europeos con mayores tasas de sobrepoblación carcelaria, por detrás solo de Macedonia, Hungría, Chipre y Bélgica, según el último informe del Consejo de Europa. La capacidad máxima de las 187 cárceles del país es de menos de 60.000 plazas. Medio centenar de estas instalaciones tienen una tasa de ocupación superior al 150%, según la agencia France Presse. El personal de prisión protagonizó a comienzos de año fuertes protestas en varias cárceles del país por sus condiciones de trabajo en cárceles saturadas y con presos peligrosos que agredieron a algunos trabajadores.
Al respecto, la ministra aseguró este miércoles que se prevé “diversificar” las prisiones para “adaptarlas mejor” a los diversos regímenes de detención. “La seguridad será adaptada al perfil de los detenidos”, aseveró. Además, el Gobierno planea construir dos cárceles “experimentales” con la colaboración de empresas privadas con la idea de que los presos que realicen trabajos durante su condena puedan continuar en ese empleo una vez sean liberados.
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