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Guardias penitenciarios bloquean las cárceles de Francia tras sufrir agresiones

Los vigilantes de prisiones reclaman un mejor salario y más medidas de seguridad para un trabajo que consideran peligroso

Silvia Ayuso
Guardias de prisiones protestan fuera de la cárcel de Beziers, en Francia
Guardias de prisiones protestan fuera de la cárcel de Beziers, en Francia PASCAL GUYOT (AFP)

La rabia en esta ocasión está al otro lado de las rejas. Guardias de prisiones de toda Francia mantienen un duro pulso con el Gobierno para exigir mejoras en sus condiciones de trabajo y salariales que han llevado al cierre parcial o total de decenas de cárceles en todo el país. La protesta, que comenzó hace una semana tras la agresión a varios guardias por parte de un yihadista preso, se endureció este lunes después del fracaso de las negociaciones con el Ministerio de Justicia durante el fin de semana. Hasta 130 prisiones de las 188 de todo el país, según los sindicatos —alrededor de medio centenar, de acuerdo con la administración penitenciaria—, amanecieron este lunes con las puertas bloqueadas en un intento de forzar al Gobierno a mejorar su propuesta. La ministra de Justicia, Nicole Belloubet, recibió a los principales sindicatos y, aunque no se llegó a un acuerdo -los encuentros continuarán este martes- se declaró optimista de cara a hallar una solución, pese a que reconoció que los puntos de partida de las dos partes son aún muy distantes.

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Para los sindicatos de los guardias de prisiones, que representan a unos 28.000 asalariados de todo el país, la oferta lanzada por el Gobierno el viernes no es suficiente. Belloubet había ofrecido mejorar las condiciones de seguridad de los vigilantes, la creación de un espacio de detención especial, “totalmente separado del resto de los detenidos”, para los presos violentos y, finalmente, aumentar en cuatro años en 1.100 el número de guardias de prisiones, 100 de ellos este mismo 2018.

El rechazo a la propuesta se confirmó en la noche del sábado y el domingo numerosas prisiones retomaron sus protestas, con un llamamiento de los sindicatos a redoblarlas este lunes como medida de presión. Los sindicatos reclaman una mejora de las condiciones salariales y una cifra mayor de puestos a crear. El sindicato FO (Force Ouvrière) pide incluso que se duplique, hasta 2.400, el número de puestos nuevos a crear para vigilar a una población carcelaria de unos 70.000 presos, una de las más grandes de Europa, destaca Reuters.

Tras el encuentro con los representantes sindicales, Belloubet adelantó que las negociaciones continuarán el martes sobre tres ejes: creación de empleo, seguridad del personal y la "cuestión de las indemnizaciones", aunque advirtió de que la oferta inicial del ejecutivo constituye ya "un esfuerzo consecuente" y que será difícil mejorarla, informa la prensa francesa.

Agresiones a guardias

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Al menos 150 vigilantes se congregaron hacia las seis de la mañana ante las puertas de Fleury-Mérogis, al sur de París, para bloquear con barricadas hechas con neumáticos y palés las puertas de la prisión más grande de Europa, donde cumplen sentencia varios presos de ETA, informa la agencia France Presse.

“El personal está cansado y furioso. El movimiento será duro este lunes y no se detendrá si el gobierno no deja de proponer más que medias medidas”, advirtió el secretario general del sindicato CGT-Pénitentiare, Christopher Dorangeville.

Las tensiones comenzaron el 11 de enero, después de que un detenido yihadista, que cumple prisión por un atentado en Túnez en 2000 que dejó 21 muertos, agrediera a tres guardias de seguridad con unas tijeras de punta redonda y una cuchilla de afeitar en la prisión de Vendin-le-Vieil, en el norte de Francia. Desde entonces, varios incidentes más se han registrado en cárceles de todo el país —entre ellos el viernes en Borgo, Córcega, donde otros dos vigilantes resultaron heridos por otro preso radicalizado y este mismo domingo en Longuenesse, en el norte, donde otro recluso agredió a varios guardias con la pata metálica de una mesa— no han hecho más que aumentar la indignación de los responsables de la seguridad de las prisiones, que consideran que su trabajo es peligroso y está además mal pagado y mal considerado. 

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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