Trudeau niega la acusación de haber manoseado a una periodista hace casi dos décadas
La mujer, bajo anonimato, sostiene que el primer ministro se propasó en un concierto
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha negado que hace casi dos décadas, en el transcurso de un concierto, tocase de forma inapropiada a una periodista. La acusación, publicada en aquel entonces en la que la prensa del país norteamericano, ha vuelto a poner en el foco al hoy primer ministro, hasta el punto de haberle llevado a romper el silencio. "Recuerdo muy bien ese día en Creston. Era para apoyar a la Fundación Avalanche. Pasé un buen día. No recuerdo absolutamente interacción negativa alguna", dijo Trudeau esta semana. "No siento que haya actuado de manera inapropiada, pero respeto el hecho de que otra persona lo haya experimentado de manera diferente", insistió este jueves.
El episodio se remonta al año 2000, cuando el político participaba en un festival de música en la ciudad de Creston. Pocos días después, un editorial publicado en un periódico local de la Columbia Británica, el Creston Valley Advance, denunciaba que una de sus periodistas, sin identificar, sufrió “tocamientos indebidos” por parte del actual primer ministro. Trudeau tenía entonces 28 años y trabajaba como profesor de francés y matemáticas en un instituto de Vancouver y participaba como voluntario en distintas causas.
Aquel día, Trudeau asistió al festival musical Kokanee que recaudaba fondos para Avalanche, una organización enfocada en evitar accidentes en las montañas. Según Creston Valley Advance, la periodista se acercó y Trudeau la manoseó. El mismo editorial de entonces sostiene que Trudeau se disculpó días después con la reportera, que también trabajaba en esos años para los diarios The National Post y The Vancouver Sun, con estas palabras: “Lo siento. Si hubiera sabido que estabas trabajando para un periódico nacional, nunca habría sido tan directo”.
Según publicó este junio The National Post, la periodista había contado afligida la historia a dos de sus colegas y, según creen estos últimos, ella misma se encargó de escribir el editorial, ya que eran días en que varios miembros de la redacción estaban de vacaciones. La columna apareció sin firma. Tanto The National Post como la cadena CBC han contactado a la reportera, quien ha declinado hacer cualquier comentario.
La semana pasada, la oficina del primer ministro emitió un comunicado con los mismos términos usados por Trudeau en Regina: en efecto, participó en el festival en Creston, pero no cree haber tenido interacciones negativas. “Como el primer ministro lo ha dicho anteriormente, siempre ha sido muy cuidadoso en tratar a todos con respeto. Sus primeras experiencias como activista fueron sobre el tema de las agresiones sexuales en [la Universidad] McGill. Él conoce la importancia de ser considerado y respetuoso”, indicaba el comunicado.
La acusación puede golpear la imagen de Trudeau como defensor del feminismo que se ha reflejado en diversas iniciativas y programas gubernamentales, dentro y fuera de Canadá. También puede afectar su reputación como un líder político que ha reaccionado con firmeza ante casos parecidos. En 2014, cuando era jefe de los liberales, Trudeau separó de su caucus a dos diputados por acusaciones de agresión sexual. “Es extremadamente importante ser claro al respecto: el acoso sexual o las agresiones sexuales son inaceptables”, dijo en Ottawa en enero pasado, a raíz de que dos políticos conservadores tuvieron que dejar sus cargos por señalamientos similares. Ese mismo mes, en una entrevista con CBC, manifestó que nadie podría acusarlo por este tipo de comportamientos, ya que siempre ha sido muy cuidadoso con toda persona.
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