“Apenas esté en el poder, López Obrador va a contemporizar”
La escritora mexicana y Premio Cervantes considera que su país ha tocado fondo y necesita un cambio político para evitar el abismo
"A mi edad estoy más allá del bien y del mal, de la vanidad", dice con desparpajo Elena Poniatowska (París, 1932) en su casa de Chimalistac, al sur de Ciudad de México. A sus 86 años, la Premio Cervantes, que prepara una novela sobre su familia (Poniatowski/Poniatowska) habla sobre la campaña electoral mexicana. Seguidora de Andrés Manuel López Obrador, desde hace muchos años, considera que el candidato de Morena se va a moderar si, como dicen las encuestas, se alza con la victoria en las presidenciales del 1 de julio.
Pregunta. ¿Sigue enfadada con López Obrador por su alianza con los evangélicos del partido Encuentro Social (PES) o ya se arreglaron?
Respuesta. No, lo único es que ahora por problemas de salud, las úlceras, el estrés y una mácula en el ojo izquierdo no he estado muy presente o muy requerida, pero claro que sigo pensando que no hay mejor opción que AMLO y estoy con él desde que era jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Soy de las de antes, no de los de última hora. Fui a todas las manifestaciones y hablé en todos los templetes…
P. ¿Echa de menos en la campaña más proclamas progresistas?
R. Sé que esos temas, López Obrador no los va a tocar, no los va a tocar y ya no los tocó, como se dice en México. Ya no habló del aborto… Él ha dicho que es cristiano. Tiene una actitud que es bastante religiosa que finalmente pues coincide con la de los mexicanos. Incluso el nombre de su partido, Morena, es guadalupano. A la Virgen le dicen la Morena.
Nunca he oído que nadie presuma de ser de derechas, ni siquiera un banquero
P. ¿Qué significaría para usted la llegada de López Obrador al poder, si es que al final se hace con la victoria?
R. Creo que ahora sí. Espero, claro que es muy difícil, que los pobres vayan a ser lo primero, algo que es absolutamente indispensable en un país como el nuestro y en general en toda América Latina que está en la misma situación… en Perú, en Venezuela…
P. Dicen que la victoria de AMLO supondría que México se convertiría en Venezuela…
R. Ya, es un desastre. Cuando me dieron el premio Rómulo Gallegos, en 2007, vi a Chávez y ya desde entonces, desde esos tiempos, López Obrador no estaba de acuerdo con él. Es una injusticia que digan, que hablen de su cercanía o de su adhesión a Chávez.
P. Para que los pobres vayan primero, las élites deberían quizá renunciar a parte de sus privilegios…
R. No creo que eso se lo vaya a pedir López Obrador. No lo creo. Creo que apenas esté en el poder va a contemporizar, va a estar tan feliz que se va a poner de buen humor, igual que Octavio Paz cuando se sacó el Nobel.
La campaña me parece pobrísima, bajísimo y tristísimo el nivel del debate
P. ¿Y fue mejor persona?
R. Y fue mejor persona. Creo que además López Obrador ha reunido a grandes cerebros, por ejemplo, el escritor Fabrizio Mejía Madrid, y, en fin, tiene con él una serie de intelectuales o de pensadores de primera, de gente que ha demostrado que ama al país y que le preocupa.
P. Para usted que vivió y escribió sobre la masacre de Tlatelolco, ¿qué significa que la izquierda llegue por primera vez al poder 50 años después? ¿Es una venganza, una restitución, una recompensa?
R. Bueno, acuérdate que el PRI y los gobiernos que han llegado al poder, todos, todos te dicen que son de izquierdas. Siempre la bandera en México ha sido la bandera de la izquierda. Nunca he oído que nadie presuma de ser de derechas, ni siquiera un banquero. Yo no sé si han leído a Marx alguno. Lo que nos sucede a la mitad de los mexicanos es que no sabemos de qué estamos hablando (risas). Tenemos una supina ignorancia. Los que saben en general son tan aburridos que no les sigue nadie…
P. Pero sí sería, pese a toda esa retórica, la primera vez que llega al Gobierno una opción digamos progresista…
R. Bueno, está Lázaro Cárdenas, su Gobierno. Está, por ejemplo, un hombre que yo admiro mucho con su cara de póker que es Cuauhtémoc Cárdenas. En cuanto a Tlatelolco, como hubo movimientos estudiantiles en el mundo entero, aunque todo se iniciara en Berkeley, California, el hecho de que México fuese el único país, antes de lo que ocurrió en Tiananmen, en China, donde hubo una masacre como la que hubo, eso sí escandalizó mundialmente. Recuerdo a Oriana Fallaci, que yo fui a verla al hospital francés. Estaba sacada de onda con el procedimiento, se quedó paralizada por el horror de pensar en una balacera sobre una multitud inerme. Como corresponsal de guerra, nunca lo había visto.
Lo peor sería que México siguiera por este mismo camino descendiente, por este camino que le está llevando al abismo
P. ¿Cree que es posible aún que haya fraude?
R. No creo que no le dejen llegar, es tan grande la ventaja… Creo que sería gravísimo que no llegara porque López Obrador, cuando dijo los pobres primero, de veras tiene a los pobres a su lado. Ahora, me dicen que las boletas para votar están muy complicadas, que sigue figurando Margarita Zavala. A mí lo que me parece una infamia es que hayan declarado que todo el dinero iba a ir a Oaxaca tras los sismos, a Juchitán, a todas las zonas que más sufrieron, y que ahora se esté gastando en otras cosas y desayunarnos con el rostro de Ricardo Anaya [candidato del PAN, centroderecha] o el de Mikel Arreola [candidato del PRI a la Ciudad de México]. ¿Por qué tenemos que padecer ese tipo de cosas? Claro, que a los gringos les va peor: tienen que ver el horrible peinado del horrible Trump… es una trumpada…
P. Veo que está siguiendo la campaña. ¿Qué le parece?
R. Soy periodista desde 1953, recibo los periódicos a diario. Me parece pobrísima, bajísimo y tristísimo el nivel del debate, la facilidad de palabra de López Obrador me deja pasmada (risas), se va a enojar… El segundo debate se caracterizó porque hablaban más los moderadores que los candidatos, no los dejaban hablar. Te dan ganas de pegarte un tiro tú y otro, a ellos. A uno mismo por la decepción y a ellos por el coraje.
P. ¿Por dónde tendría que empezar a cambiar México?
R. Lo que más me conmueve de todo lo que se ha dicho, en especial López Obrador, son los pobres ex aequo con la educación. Es tan grave el nivel educativo, la formación de los chavos, el respeto y el cuidado a los maestros, pero que también ellos reciban cursos propedéuticos para que sean cada vez mejores. Tengo en mi casa montones de cartas guardadas de maestros y es muy conmovedora su capacidad de entrega, quisiera, si me alcanza la vida, hacer algo sobre esos casos. Otra cosa es la protección del petróleo, que es nuestra única riqueza.
P. Parece a veces la recuperación de un pasado ideal…
R. Es cierto. Pero es obvio que, al igual que Venezuela, somos un país petrolero. Me preocupan también las mujeres, yo soy feminista desde hace mucho tiempo, hicimos una revista que se llamó Fem. Me preocupa que el cuerpo de cada mujer sea suyo. Han muerto chavitas en la Universidad, está la violencia de los maridos y hay que romper los esquemas. Hay esquemas en México que parecen como una religión: siempre hablan, por ejemplo, del cantante José José, que es víctima y preso del alcoholismo, luego está su mamá, la típica mamá mexicana de "hijito, hijito", su hermano envidioso, todas esas imbecilidades que de veras nos ahogan, de que tú eres víctima de tus circunstancias, en México, ese discurso es fundamental y es lo más nocivo que hay.
P. ¿Ese fatalismo es lo peor para usted del México actual?
R. Lo peor sería que México siguiera por este mismo camino descendiente, por este camino que le está llevando al abismo. Sería atroz y yo creo que mucha gente, aparte de López Obrador, lo que quiere es liberarse de un partido que lleva décadas dañando al país, haciendo un daño atroz. Y además, sobre un pueblo que no es nada corriente, hay unos políticos corrientes que expolian al país, que lo vacían, que antes por lo menos se llevaban sus fortunas a Suiza y que nunca se recuperan. Ese dinero te habla de que parecemos un país de expoliadores, de rateros, esa es la palabra. El envilecimiento de México es tan profundo, ha llegado tan lejos… en las depresiones te dicen que hay que tocar fondo para volver a hacer pie, pero que tienes que llegar hasta el fondo. Espero que México haya tocado fondo, que no haya otra sorpresa catastrófica.
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